El miedo a quedarse atrás

Sony está que no para. Desde el evento del miércoles la información que ha llegado acerca de la consola se ha manejado de una forma lamentable: el nuevo y excesivo precio de algunos títulos que saldrán esta generación, que si los exclusivos no son tan exclusivos pero realmente sí lo son, las reservas son un desastre con unos cambios de divisa más que cuestionables… Cada vez que sale algo nuevo, a los pocos minutos tienen que rectificar. Más allá de eso, está más que claro cuales son las distintas estrategias que van a seguir Microsoft y Sony: la primera, que abandonó las exclusividades en la pasada generación, opta por la accesibilidad a la hora de poder jugar a lo que quieras, proponiendo el Game Pass y Series S como una elección más que válida; la segunda sigue creyendo en el exclusivo, aunque sea de forma temporal, y a pesar de también tener una opción digital, esta cuenta con la misma potencia que la versión principal. Por supuesto, Sony también tiene otro servicio de suscripción desde hace años, PS Now, aunque está más centrado en juegos de anteriores consolas que en nuevos lanzamientos.

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La estrategia que toma Microsoft a Sony no le sale rentable, incluso en lo que respecta a las ediciones digitales de las consolas. Series S sale a un precio más que asequible si lo único que quieres es jugar a los nuevos títulos que vayan saliendo sacrificado potencia y almacenamiento en la consola, mientras que PS5 Digital Edition es más cara, cuenta con los exclusivos de Sony y está al mismo nivel de potencia que PS5. Jim Ryan, CEO de PlayStation, ha confesado que habían barajado la posibilidad de ofrecer una consola menos potente con un precio aún más bajo, pero no creyeron que fuese a funcionar. Xbox Series S tiene una clara desventaja, y es que queda a gusto del consumidor creerse que tendrá la fuerza suficiente para aguantar toda una generación desde el primer día, y por supuesto va a volverse un problema. No creo que lleguemos al punto en el que algunos juegos solo salgan para Xbox Series X porque Series S no de más de sí, pero en los desarrollos claramente va a suponer una limitación. Sin embargo, a nivel de marketing es una opción más que viable.

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Hablando desde mi propia situación, se vienen momentos duros, sobre todo en lo económico, así que mi duelo está en cómo sacar el máximo partido gastando lo mínimo. Lo que desde Sony quieren impulsar a muerte es que, si escoges su plataforma, vas a obtener la mayor calidad posible, que gastarse un poco más merece la pena. Microsoft opta más por abrir el mercado a aquellos que no pueden permitirse un ordenador lo suficientemente potente ni el extra que supone una PS5 digital. Quieren que juegues como puedas, pero que juegues con ellos. Por eso me extraña tanto que Sony esté jugando estas cartas, ya que solo van al mercado que han tenido durante toda su vida y confían en que van a triunfar sin hacer nada. Nunca he tenido una PlayStation ni una Xbox, en mi casa todo ha sido siempre Nintendo hasta la Wii. Quiero que Sony me venda de verdad esa nueva generación, porque pienso en cómo voy a poder jugar a los nuevos juegos y no me importa esperar a que aparezcan en el Game Pass un par de meses después. Por su parte, Microsoft tiene que cumplir el trato y asegurar que si escojo su consola no me voy a quedar atrás en mitad de generación. La Guerra de Consolas terminó hace mucho tiempo, y hoy por hoy se elige más por aquello que sea económico y a la vez duradero. Sabemos perfectamente que va a ser insostenible, pero solo estamos viendo el amanecer de lo que podemos esperar en los próximos años.