Como en casa, en ningún sitio

La preservación de software está viviendo su época dorada: los avances tecnológicos en este ámbito son tan grandes que se trabaja contrarreloj por extraer, emular y sobre todo conservar aquellos programas (juegos en lo que a nosotros atañe) que son parte de nuestra historia. En The Talos Principle se rasca un poco la superficie de este tema, ya que lo que importa en ese juego es encontrar un sustituto al ser humano, y no, no me voy a poner filosófico ni nada por el estilo, no es el lugar, aunque sí el momento. El caso es que, hayas jugado a ese juego o no, sigue siendo parte de nuestra historia, de la historia de alguien como tú que cuando iba a la sala de informática de su colegio tenía un documento de Word abierto y de fondo uno de estos maravillosos juegos. Minijuegos.com es parte de mi vida, y no quiero ni pensar dónde estaría si mi padre no me hubiera conseguido esos juegos de Miniclip. No llegué a Newgrounds a tiempo, pero eso es porque me encontré con Happy Wheels por el camino.

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Flash Player se ha llevado muchos palos y con razón. En los últimos años han surgido herramientas como HTML5 que han dejado a este gran soporte de juegos y animaciones web por los suelos. Ya se avisó que iban a dejar de dar soporte, y tampoco se les puede culpar. Es un proyecto que ha llegado a su fin, pero su muerte también va a dejar un vasto vacío. Todos esos juegos van a desaparecer, esas animaciones tan chorras ya no podrán ser reproducidas ni Edmund McMillen podrá continuar con su carrera. Sin embargo, siempre hay alguien dispuesto a salvar el día, y esta vez les ha tocado a la maravillosa comunidad de Flashpoint, un proyecto que según dicen ya alberga más de 37.000 juegos y animaciones. Toda una oda a la nostalgia. Además, no han querido quedarse cortos y te dan dos opciones para poder jugar: descargando todo (vas a necesitar 300 GB de memoria interna) o yendo poquito a poco, bajando sólo los que te interesan. También cuenta con playlist y con más tipos de juegos aparte de Flash, como el propio HTML5, JavaScript o Unity.

Por supuesto, no todo esto se hace de la noche a la mañana, ya que se está luchando contrarreloj antes de que termine el año, momento en el que Adobe dejará morir a Flash. En ese punto muchas páginas desaparecerán por temas de seguridad y el software se declarará obsoleto, por lo que conviene actuar cuanto antes. Hay un canal de Discord dedicado especialmente para este proyecto, donde puedes mandar tus juegos y sus metadatos si los tienes tras probar que funcionan, participar en el testeo de juegos y rellenar una hoja de cálculo maravillosa donde hay cientos de páginas a revisar. También hay que tener en cuenta que mucho de este contenido viene de páginas contenidas en archive.org y rescatadas gracias a la WayBack Machine, y que el emulador no deja de ser un emulador, puede dar algún que otro fallo.

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Cuando suceden cosas como estas me alegra mucho que se tome la iniciativa de rescatar todo ese contenido perdido, no en el sentido de tener Diógenes digital, sino porque son fruto de una época y de sus limitaciones. Gracias a esos juegos existe, por ejemplo, un mercado móvil tan abundante, muchos podían experimentar como quisiesen haciendo aquello que les parecía gracioso y que les llenaba, y ese afán se sigue viendo a día de hoy en el panorama indie. Muchos grandes diseñadores y creadores se curtieron en esas páginas, y rescatar su legado, sea más o menos importante, es más que necesario. Os recomiendo y animo a que visitéis dicho servidor y a que probéis por vosotros mismos ese baluarte de lo que un día internet fue: un remanso de paz, lleno de juegos clónicos de Mario, con muchas pizcas de originalidad y de peinar bebés.