Una pila para dominarlos a todos

 

Normalmente, el ámbito de la conservación de videojuegos suele ser cuanto menos hostil frente a compañías y usuarios que anteponen sus intereses frente a los generales. Bien por la adquisición de ejemplares únicos de algún título desconocido acompañado de una negativa a hacer copias de seguridad, o cambios que hagan inaccesibles nuestros juegos (no en la compra, sino en el uso de versiones que ya poseemos) son algunos de los ejemplos, pero pese a que lo habitual es la crítica, hoy toca aplaudir a Sony por haberse puesto, rompiendo la tendencia, en favor de la preservación con la última actualización de software de PlayStation 4.

Esta llevaba siendo una petición recurrente por parte de la comunidad, y es que Sony administraba el uso (o la incapacidad para ello) de los juegos de la consola en base a una pila interna que, como todas las pilas, podías descargarse por completo y quedar inútil, impidiendo así el acceso a los contenidos que legítimamente hemos adquirido. En este nuevo parche, aunque algunos puedan acusar a Sony de cubrirse las espaldas de cara al futuro en vez de favorecer la preservación (con toda la razón del mundo en mantener la sospecha), pero lo que importa es el resultado final, hablando en plata.

Una vez otorgados los correspondientes aplausos y agradecimientos a la compañía nipona, toca también explicar las consecuencias de esto (relevantes, pero no suponen tampoco un antes y un después para con la industria del videojuego) así como otros elementos que podrían ser tenidos en cuenta de cara al futuro. Y es que PlayStation 4, mal que pese, no es una consola especialmente atractiva desde el punto de vista de la conservación y preservación de la industria del videojuego, dada su retrocompatibilidad con su sucesora, PlayStation 5. Esto no hace de menos este acto por parte de Sony, pero no es comparable a los problemas que sufre la comunidad de PlayStation 3 a la hora de descargar juegos o parches para sus títulos.

Este caso, dada la arquitectura Cell sobre la que se construyó el hardware de PlayStation 3, lo cual deriva directamente en la ausencia de retrocompatibilidad hacia el futuro (y de hecho, ni siquiera PlayStation Now, el servicio de streaming de Sony, tiene gran parte del catálogo de la misma disponible) sí debería tener toda la atención de Sony en lo que a preservación se refiere. Y es también el (posible) punto de inflexión que pueda revelar las auténticas intenciones de la compañía con este movimiento.

¿Ayudar a la escena, o simplemente cubrirse las espaldas de cara a un futuro?

Y aunque suela ser Nintendo, tras recurrir a la vía judicial normalmente, la que más críticas se lleva por impedir el acceso a sus títulos más longevos, esta medida presuntamente populista llevada a cabo por Sony podría desatar mayores críticas (¿si lo ha hecho con PlayStation 4, por qué no con PlayStation 3?) o halagos. Sí, hoy en día es más fácil conservar la mayoría de títulos que se lanzan en las distintas plataformas, pero precisamente por la mayor cantidad de novedades que hay mes a mes, en esta época de servicios online que pueden detener su servicio sin aviso previo, cualquier facilidad a los usuarios que dedican su tiempo a registrar la historia del medio debería ser no solo bienvenida, sino también aplaudida en pro de que se mantengan a lo largo del tiempo.