Igualitarismo como máxima

Aunque probablemente diste mucho de serlo, me gusta pensar en la conclusión del anterior ensayo como una bonita casualidad. En ella hablamos de cine posmodernista y de nuevos medios que se interesaron por dicha corriente, pero terminamos hablando de Black or White, de Michael Jackson, obra de obvio carácter reivindicativo en la que El Rey del Pop, como respuesta a la controversia generada acerca de su color de piel, reclamaba no solo el derecho a la igualdad racial, sino también a la equidad global e independiente de la raza, género, religión, cultura o preferencias. Esta sería una de las más sonadas ocasiones en las que, fruto de las políticas de movimiento que se dieron hasta mayo de 1968 y de un posmodernismo en auge que acogería directores muy interesados en la autoría y en lo independiente, un artista aprovecharía el medio audiovisual para virar su mensaje hacia el igualitarismo, y supondría un punto de inflexión en la reivindicación racial, queer y feminista que se llevaría a cabo a finales del siglo XX.

Poco antes de que el videoclip saliese a la luz, sin embargo, Jeanne Dielman, 23 Quai du Commerce, 1080 Bruxelles (Chantal Akerman, 1975), mucho más alejada del colectivismo que otras cintas de la época, ya se encargaría de realizar una crítica a la prostitución y un paralelo rechazo al mainstream a través de un film performativo muy atrevido audiovisualmente, y completamente volcado sobre la realidad. Gracias a su afán por la narración mostrativa y por la cotidianidad, la película, con reminiscencias a la crudeza neorrealista, fue capaz de renegar de cualquier búsqueda de empatía por parte del espectador, en pro de dejar patente la monotonía a la que está constantemente expuesta su protagonista.

Un año después, Sebastiane (Derek Jarman, 1976), dirigida por el creador del estático, performático y melancólico Blue, se postularía como una biografía de San Sebastián rodada en latín. No obstante, el mundo que configuraría resultaría muy poco verosímil, rebosante de cuerpos contemporáneos y de físicas poco acordes a la realidad, así como de escenas homoeróticas e intencionalmente “cutres” (casi kitsch), lo que generaría un importante contraste con ese intento por acercarse a la realidad que denotó el rechazo ante el uso de cualquier lengua moderna.

Mucho más depurada —o, más bien, cercana al mainstream— sería la cinematografía de Haz lo que debas (Spike Lee, 1989), película militante a la que le bastaron unos cuantos minutos para realizar toda una declaración de intenciones antirracista. La introducción del largometraje, orquestada por una canción rap pegadiza (Jungle Fever, de Stevie Wonder) que es bailada por los protagonistas y grabada de manera frontal e invariable a ellos, supone una clara protesta racial, la cual se explicitaría aún más con el devenir de los minutos a través de múltiples simbolismos que atacan directamente a la realidad. Cabe destacar el uso en esta obra del plano contraplano, un recurso que utiliza para generar espacios en común y así tomar distancias con el lenguaje clásico sin por ello dejar de ser una producción austera o alternativa.

Si bien sus temáticas pivotan sobre dilemas muy alejados entre sí en el imaginario colectivo, estudiar el trabajo de Spike Lee me ha permitido recordar mi paso por Entiérrame, mi amor (The Pixel Hunt and Figs, 2017), una aventura para dispositivos móviles abiertamente antirracista desde su inicio que, pese a hacer gala con cierta frecuencia de unas muy duras secuencias caracterizadas por una crudeza propia del neorrealismo, se encuentra repleta de simbolismos, y utiliza la cotidianidad para contarnos la historia de Nour, una mujer siria que emprende un viaje a Europa para escapar de la guerra. En la piel de Majd, su marido, nos comunicaremos con ella constantemente a través de una aplicación de mensajería instantánea, hablando de la vida diaria y de cientos de vivencias intrascendentes mientras seguimos un periplo peligroso y, lo que es más importante, muy cercano a la realidad que cientos de mujeres viven día tras día.


  • Serie ‘Historia del cine a través del videojuego’