Con 400 títulos en desarrollo, el servicio aún intenta atraer a nuevos jugadores

Tras la llegada de la nueva generación, muchos se habrán olvidado de la plataforma con la que Google irrumpió en este sector hace aproximadamente un año… si es que no habían dejado de pensar en ella antes, claro. Siendo sinceros, Stadia nunca ha estado presente en nuestras vidas. Tras un año de vida, el proyecto todavía no ha conseguido alzarse con los números previstos, y parece distar bastante de tales cifras, algo que, como usuarios, nos hace plantearnos la inversión. Así lo ha reconocido el director de juegos de la empresa, Jack Buser, quien explicaba que Google Stadia “no es una plataforma pensada para el corto plazo” en una entrevista concedida a MobileSyrup. A su vez ha querido recordar que el juego en streaming es nuevo para la industria, algo que podría afectar al número de ventas de títulos listos para jugar desde la nube y consecuentemente a la pobre recepción de la plataforma, cuyo catálogo a día de hoy compite contra el de otros titanes como Game Pass o Amazon Luna.

“Estamos aquí para el largo plazo. Un aspecto de estar en el negocio del desarrollo es que los videojuegos tardan mucho en construirse, pero sé lo que va a pasar con Stadia hasta dentro de tres o cuatro años. Pensar en la visión a largo plazo y en lo apasionante que va a ser es toda una aventura”Jack Buser, director de la división lúdica de Google

No obstante, Buser ha querido dejar claro que el proyecto solo esta en su fase de crecimiento, y que cuentan con una hoja de ruta que incluye la friolera de 400 videojuegos en desarrollo, los cuales están siendo paridos por 200 estudios diferentes.

Estas declaraciones nos hacen pensar algo obvio, pero que a muchos aún nos cuesta ver: que lo mejor de Stadia está por venir. ¿Pero no hubiese sido mejor ofrecer un proyecto construido sobre una buena base? Teniendo en cuenta que ahora mismo el pastel de este sector se reparte entre tres grandes empresas, la decisión de crear de la nada una nueva plataforma, especialmente cuando la empresa jamás se había interesado por el medio, precisaba de una base tecnológica, lúdica y mediática muy bien estructurada. Si lo que pretendes era hacerte un hueco en el mundo de videojuego, no puedes esperar poner el mercado patas arriba únicamente por llevar el nombre de Google.

Es obvio que los jugadores de consola ahora mismo se encuentran posicionados mayormente entre Sony o Microsoft, habiéndose Nintendo desplazado en la última década a un plano más cercano al juego accesorio/portátil. Si tu intención es acercarte a estos jugadores de sobremesa, realmente debes de ofrecer algo interesante para ellos. El hecho de que el proyecto presente una naturaleza dedicada al largo plazo no deja de ser, a mis ojos, una excusa barata, y es que desde su nacimiento el conjunto Stadia se vio muy marcado por sus propias limitaciones: su escueto catálogo de juegos de lanzamiento, sin ir más lejos, forzó la decisión de incorporar el Buddy Pass mucho antes de lo pensado dado que los números no eran los esperados, así como un sistema de logros con la intención de motivar a los pocos jugadores que tenían su plataforma a invertir más horas en la misma, y como reclamo para aquellos que todavía no veían suficientes alicientes en Stadia. 

Todas estas decisiones fueron tomadas con la intención de alcanzar un número más alto de jugadores de manera rápida y puntual, por lo que el cuento del proyecto a largo plazo suena, ahora, un poco contradictorio en relación a las decisiones que tomaron. Creo que con Stadia Google tuvo demasiadas prisas por entrar al mercado del videojuego; seguramente con un año más de trabajo y creando un buen catálogo exclusivo junto con todas las novedades que fueron llegando más tarde hubiesen hecho que la consola hubiese tenido una repercusión diferente. Las malas decisiones y las prisas de lanzar el producto antes de la llegada de la nueva generación incentivaron la pronta desaparición mediática y social del servicio.

Dicho esto, desde aquí les deseo lo mejor a Google en un proyecto que, sin dudas, hubiese podido tener un gran impacto si las cosas se hubiesen hecho con calma.