Nostalgia de aventuras

Quizá sea porque ya peino más de una cana o porque, según mis mejores amigos, soy una persona que ya nació vieja, pero siempre he tenido una nostalgia abrumadora por videojuegos de mi infancia. Claramente no porque fuesen mejores (que en muchos casos, también) sino porque me hacen recordar una época más sencilla. Una etapa de mi vida en la que no predominaba la incertidumbre ni el estrés, sino momentos de risas, imaginación y esperanza. Y cuidado que no quiero que os deprimáis, sigo siendo el que cuenta los mejores chistes, pero como nos suele pasar a todos, cada vez me es más difícil conectar y disfrutar de un videojuego como hacía antaño. Aunque afortunadamente, hay excepciones, y me alegra decir que la mayoría de ellas se encuentran en el sector independiente. Un mundillo donde pequeñas desarrolladoras pueden plasmar en sus obras todo su cariño, imaginación y deseos, algo que a los mandos se nota y como jugadores lo deberíamos valorar infinitamente. Es una de las razones por las que siempre defiendo las pequeñas desarrolladoras y el principal motivo por el que me decidí a crear INDIEferente. Dar voz a pequeños equipos con increíble talento para que puedan hacer sentir a la mayor cantidad de gente lo que sentían con los videojuegos de su infancia.

Para mi, y pongo la mano en el fuego al decir que para muchísimas personas también, uno de los primeros títulos que se me vienen a la mente cuando rememoro aquellos años mozos es el inolvidable Monkey Island. La hilarante aventura de Guybrush Threepwood intentando convertirse en el pirata más temido de los mares nos dejó momentos que aun hoy, 35 añazos después (se dice pronto), siguen siendo referente en la industria. No solo esta saga fue de las más representativas de aquella década sino que hubieron otras —la mayoría aventuras gráficas— que supusieron grandes sensaciones para los jugadores y revoluciones para el sector de los videojuegos. Podríamos nombrar también a maravillas como Day Of The Tentacle, Octodad, Grim Fandango o Hollywood Monsters y aun nos quedarían otros referentes en el bastidor. Pues está claro que no soy el único nostálgico porque aun a día de hoy aparecen juegos indies con toda la magia de aquellas obras de arte.

El misterio del Silencio

Uno de esos indies que homenajean las aventuras gráficas clásicas se estrena hoy mismo, el 9 de Diciembre. Perfecto para disfrutarlo con unas pantuflas y un buen chocolate caliente mientras ves nevar (o en mi caso, llover) por la ventana. Este título con sabor a infancia noventera se llama Scholar Adventure: Mystery of Silence y nos llega de la mano de los españoles Making games. Aunque bueno, sería más correcto decir que nos llega de la mano de solo tres de los integrantes de Making games. Esto se debe a que dicha desarrolladora es un colectivo de personas especializadas cada una en su propia disciplina que en 2020 se unieron para crear pequeños videojuegos con todo su amor y cariño. Pues el juego de que hablamos hoy ha sido llevado a cabo casi totalmente por Ayose Trujillo, director creativo y publicista procedente de Las Palmas de Gran Canaria que ha decidido embarcarse en la dura pero bonita senda de ser desarrollador en solitario. Aunque afortunadamente ha tenido algo de ayuda, concretamente de los expertos Antonio Vozmediano poniendo el aspecto sonoro y de Beatriz Díaz (que nadie la menciona en las noticias sobre este juego y me parece fatal) en el meollo de la producción y márquetin, además de ayudando también con la narrativa. Un equipazo que han conseguido devolverme a mi más tierna y despreocupada infancia con su título, creado, por cierto, utilizando la famosa herramienta PowerQuest. Si no os suena quizá a alguno le interese ya que es una útil función de Unity para la creación de videojuegos 2D de tipo point&Click.

Pues a lo que vamos, que me lío más que la trama de Kingdom Hearts. En el indie dirigido por el desarrollador canario nos pone en la piel de William, un escritor en ciernes con una personalidad impulsiva, curiosa y con cero instinto de supervivencia. Quiero decir, ¿en que cabeza cabe que, para escribir TU PRIMER LIBRO, decidas irte a vivir a un convento en el que cada dos segundos pasa algo tenebroso? Solo con los primeros segundos de juego, donde el prota debe darle una moneda a un barquero “a penas” sospechoso y cruzar un oscuro rio, no sin antes haberte marcado la lengua con el símbolo que aparece en la moneda que le acabas de dar, ya sabemos que este señor se va a meter en más de un problema. Una clara referencia al Rio Estigia y a Caronte, el barquero que lleva las almas hacia el Inframundo, sí. Y una clara señal de que tienes que salir corriendo de allí en vez de montarte en su embarcación y, encima, darle la chapa durante todo el viaje. Muchos momentos de humor en las a penas 2 horas que dura el juego los que me ha dado el bueno de William con su egocentrismo y confianza en él mismo y los demás. Pero esto deja claro que es un personaje muy bien creado y con una carga cómica que le da un toque muy interesante al juego, donde vivimos constantes situaciones misteriosas y peligrosas pero siempre con un ambiente distendido Algo que recuerda mucho, una vez más, al protagonista de la saga Monkey Island y su inigualable elocuencia y chispa.

La historia nos lleva a un oscuro convento donde todos sus devotos parecen haber prometido un voto de silencio hacia el antiguo abad, el cual lleva años desaparecido. Un lugar donde en, años a, no había momento de silencio ya que era el hogar de la Schola Cantorum, la abadía más famosa de la región por el talento musical de aquellos viviendo allí y sobre todo de su, ahora desaparecido, rector. En la estancia que William pasa allí tendrá que descubrir los sucesos que llevaron al declive del lugar y los tétricos secretos que esconden sus antiguas y ruinosas paredes. Todo ello a base de una aventura point and click donde tendremos que encontrar los objetos necesarios para usarlos en los lugares y momentos precisos. También tendremos, como en la mayoría de títulos de esta índole, la opción de combinar ciertos objetos para crear otro nuevo. Y aunque no quiero destripar nada sobre la trama principal si que me gustaría mencionar el gran trabajo narrativo realizado por Ayose Trujillo y Beatriz Díaz creando una historia interesante, que cierra todos los cabos y, además, que nos permite decidir entre dos finales distintos.

Un buen primer paso

Un gran trabajo el realizado por el trio creador de Scholar Adventure: Mystery of Silence, más aun teniendo en cuenta que es su primera obra propiamente dicha. Un viaje corto, sí, pero divertido y con buena variedad de carismáticos personajes y divertidos diálogos. Además algo que también hay que recalcar es el aspecto sonoro, que está muy bien realizado. Una ambientación más que digna y melodías que le quedan como anillo al dedo a la aventura y al estilo global del juego. Con esos bonitos gráficos pixelados que beben tanto de las aventuras gráficas de los 90 y que aun así tienen gran cantidad de detalles en sus oscuros y lúgubres escenarios.

Y cuidado que no soy el único que esta de acuerdo con que este grupo tiene un prospero futuro porque la acogida que ha tenido la versión demo de su juego ha tenido una calurosa acogida entre fans y medios. Por ejemplo, al poco de presentarse, el título ya había sido nominado al videojuego con mejor narrativa en los Pucela Game Awards. Lamentablemente quedó como finalista, habiendo sido Prismania, de Tenebris Studio, el ganador en su categoría. Pero estoy seguro de que haber llegado hasta ahí con su primera obra ha servido para motivar sus creadores a seguir por este camino y mejorar todavía más la siguiente entrega. Porque sí, hasta donde se sabe, Scholar Adventure tiene pensado ser una saga con varias entregas en las que William se meterá en mil y un lío.

Sin ir más lejos, el final de este primer juego deja entrever que una secuela llegará más pronto que tarde y yo, ahora que soy fan autodeclarado de esta IP, estoy segurísimo de que tendrá la misma calidad o más que su primera entrega. Por supuesto cuando la segunda parte llegue, tardaré nada y menos en probarla, analizarla y compartirla con todos vosotros tanto en INDIEferente como aquí, en Hyperhype, para que la descubráis y disfrutéis tanto como lo he hecho yo.