No solo de AC vive el hombre

Nintendo vive en una burbuja desde hace años gracias a la remontada que tuvo con la Switch. Wii U fue un desastre monumental cuya historia da para otro artículo entero, pero los grandes problemas que tuvo desde su lanzamiento (marketing, falta de público objetivo y de juegos de lanzamiento) fueron subsanados en su sucesora, siendo una de las consolas más vendidas hasta la fecha. También se ha visto beneficiada por otras causas indirectas, como el lanzamiento de Animal Crossing: New Horizons justo cuando nos estábamos encerrando en nuestras casas, y lo que parecía en principio que iba a ser otro fiasco monumental ha conseguido que Nintendo vuelva a emerger. Sin embargo, cada vez Nintendo deja de ser más esa juguetera para convertirse casi en la Apple de la industria, porque si algo tiene el dinero es que, a más cantidad, más deseo.

La condescendencia de Nintendo con la que parece decir “todo vale” puede llegar a salirles caro, y para muestra el lanzamiento de Xbox One, completamente enfocado a lo más casual gracias al éxito de Kinect y con políticas anti-consumidor bastante agresivas. Nintendo es esa empresa que se puede permitir el lujo de ofrecerte una suscripción a su conexión online teniendo la peor infraestructura, tener fallos de diseños garrafales y lanzar productos más que mediocres pensando que vamos a pasar por el aro, y hasta cierto punto les está funcionando. Metroid Dread ha sido un petardazo teniendo en cuenta las cifras que suele mover la saga, y Animal Crossing sigue arrasando. Sin embargo, el discurso parece que ha cambiado un poco frente a lo que comentaba Ignacio hace unos días, y es que la gente se está cansando. Quizá no lo han reconocido directamente, pero son conscientes de cómo funciona esto.

Joy-con

 

 

Comentarios aparte sobre ventas y la falta de semiconductores, Doug Bowser explicaba a The Verge que saben que tienen un problema con los joysticks de los Joy-Con y con la emulación de sus juegos antiguos de Nintendo 64. El primero es un problema que se empezó a agravar en 2019, llegándoles a costar una demanda y que, para apaciguar a la masa enfurecida, ofrecieron reparar los mandos de forma gratuita (aunque solo en algunas partes del mundo). Bowser contaba que se han hecho diversas revisiones de los joysticks, y es cierto que hay distintos modelos de esa pieza en particular aunque el resultado siempre sea el mismo. Quizá que se empezaran a romper todos a la vez no fuese una buena señal, y que modelos sucesivos de la consola como la Lite también lo sufrieran cerca de las 20 horas de juego es muy grave. Switch OLED ha salido este mes pasado y no han querido hacer comentarios sobre el “drifting” hasta ahora, asegurando este modelo tiene la última revisión instalada. Lo más sorprendente de todo esto es que sea justamente Nintendo, una veterana de la industria, la que tenga un problema de este calibre con una tecnología que lleva casi 30 años entre nosotros y que otras portátiles han sabido llevar mucho mejor.

El otro punto de discordia es el Nintendo Switch Online Expansion Pack, que recopila algunos títulos de Nintendo 64 emulados pero no como uno se esperaría. La conexión online para el multijugador es pésima, algunos juegos sufren de un retardo en el control terrible y luego está The Legend of Zelda: Ocarina of Time. El que es uno de los juegos más importantes de la historia sufre no solo del retardo, sino de una mala carga en las texturas que hacen que el juego se vea fatal. Somos conscientes que Nintendo en los últimos años trata de sobrevivir con sus viejas glorias, sin apenas ofrecer conceptos nuevos e ignorando por completo a su comunidad. Quiero decir, Super Mario 3D All-Stars no tenía soporte para mando de GameCube a pesar de que uno de sus juegos salió en esa consola. Skyward Sword HD salió más caro e igual de feo que el original. Es el mínimo de lo mínimo, y se está llegando al límite. Lo que podría haber sido una alternativa a la emulación se ha convertido en otra puñalada para los que creían que Nintendo sigue cuidando de sus sagas y de llegar a la excelencia pura y dura. Switch posee la única ventaja frente a un móvil que puede mover juegos más potentes y que sus títulos first-party no salen de ahí, y lo siento mucho, pero Steam Deck no va a alcanzarla. Será más potente, pero el precio tan superior y la batería escasa (aparte de que hasta tu abuela sabe que Nintendo = videojuego y Steam = posible marca de lavadora) son factores muy importantes, como ya se ha visto otras muchas veces. Del juego en la nube ya hablamos otro día.

No es la primera vez que se dice y no va a ser la última, pero esto va a terminar explotando por un lado o por otro. Ahora mismo una Switch es valiosa por su conveniencia al ser portátil y gracias a los indies e increíbles ports de estudios más grandes. Cuando se bromeaba con que “todos los indies salen en Switch” no dejaba de ser una triste realidad, y es que si no fuera porque puedes jugar a Celeste en el metro sería otra PSVita. Hay a quien le sale rentable y oye, a tope con ello, pero esta tendencia anti-consumidor cada vez es más peligrosa, y en el momento que se pueda piratear cualquier modelo en cualquier versión veremos quién es el que paga 50 pavos para jugar al F-Zero. Es una patata caliente que, cuando explote, no podrán decir que no lo vieron venir.