Mucho ruido y pocas nueces

Ayer tuvo lugar en Madrid un debate electoral, con ponentes de Ciudadanos, Podemos, PP y PSOE de cara a analizar propuestas relativas a la industria del videojuego, de la animación y de los efectos visuales, con las elecciones del próximo 28 de abril en el punto de mira. Organizado por Dev y Diboos, asociaciones “referencia” cada una en su ámbito correspondiente. Sin haber podido asistir finalmente de forma presencial, he tenido que seguir el evento desde la retransmisión facilitad por ElZeroUno. Por lo pronto, y antes de comenzar el evento, salta a la vista que ninguno de los ponentes tiene experienca directa con ninguno de los medios protagonistas (Videojuego, Animación y VFX), si acaso Sofía Castañón (Podemos) habiendo trabajado en producción audiovisual y como directora de un largometraje, mientras que Víctor Píriz (PP), Iban García del Blanco (PSOE) y Daniel Martínez Rodríguez (Ciudadanos) no han tenido contacto directo con las disciplinas a tratar. Sin querer desdeñar al sector de la animación o al de VFX, desde aquí nos vamos a centrar en las propuestas que afectan al sector del videojuego.

Moderado por José Luis Farías, de 3D Wire, desde el principio se tuvo la intención de que tuviera un ambiente de mesa redonda, sin grandes crispaciones entre los ponentes en ningún momento. Para dar comienzo, cada ponente trató de resumir en apenas 2 minutos la situación actual y algunas medidas (que evidentemente no requerían mucha explicación, por la limitación de tiempo), en los que lo más destacado de cada partido fue: la intención de atraer inversión extranjera y acceso a Publishers internacionales (Ciudadanos), mencionar que para su partido es un sector estratégico y que aparece dentro de su programa electoral de cara a las siguientes elecciones, la medida 224 (PP), con un análisis similar al del partido naranja, centrarse en la consolidación de ayudas y profesionalizar el sector (PSOE) y mejorar las condiciones laborales, hablar con todo el sector (tanto grandes compañías como PYMES) e incluir el medio dentro de la cultura en todos los ámbitos (Podemos). Evidentemente, el orden de intervención en esta intervención favoreció claramente a los últimos en hablar, que podían apoyarse en detalles expuestos por otros ponentes y así ganar tiempo para exponer sus propuestas.

Acto seguido, se dio paso a un bloque centrado en la atracción de la inversión, con los incentivos fiscales, los esquemas de producción o el I+D+I como aspectos claves. Como en el resto del debate, los turnos de intervención se fueron invirtiendo para compensar. En esta ocasión, la representante de Podemos optó por hacer comunes sus propuestas a los sectores del videojuego y animación, con Atrapa la Bandera como ejemplo, con incentivos fiscales, seguimiento de ayudas y la mención de exportar los productos (con la correspondiente indirecta a los patriotas que luego tienen su dinero en Suiza, como era de esperar), mientras que por otro lado, el ponente de Ciudadanos, además de mencionar beneficios fiscales y plantear ayudas directas al sector de la animación, mencionó la eficiencia en función de los presupuestos, factor limitante en la actualidad de cara a la producción nacional. En otros términos, el representante del PP mencionó solventar controversias con la Agencia Tributaria y agilizar trámites para fomentar la inversión extranjera, mientras que el correspondiente al PSOE mencionó que dado que muchos de los problemas eran similares al cine, las soluciones deberían ser similares, además de potenciar un gran evento de repercusión mundial como escaparate para los productos de factura nacional.

El siguiente punto, que pasaremos algo por alto, ya que las intervenciones dejaron algo que desear, sobre canales que no tributan en España (haciendo referencia clara a streamers y creadores de contenido que optan por emigrar a Andorra en busca de menos impuestos a pagar), con pocas conclusiones como tratar de regular el sector (PSOE) o la inclusión en el Mercado Único Digital de la Unión Europea (Ciudadanos). A continuación, en lo respectivo a medidas de apoyo a la formación y apoyo al crecimiento del sector, además mencionar prácticamente todos la Ley de Mecenazgo, Iban García reafirmó la propuesta de un gran evento para aumentar la repercusión, reactivar el diálogo entre el gobierno y las diferentes Comunidades Autónomas, trabajo entre los Ministerios de Industria y Cultura, e implementar Formación Profesional dual de cara a estos sectores. Por otro lado, Sofía Castañón habló de incluir al videojuego en el currículum académico, mencionó problemas en las ayudas por el presupuesto mínimo de 1 millón de euros (que muchos proyectos no alcanzan) y refuerza la perspectiva de PYMES y autónomos frente a las grandes empresas. Por su parte, Daniel Martínez Rodríguez mencionó el impulso a la gamificación dentro de otros sectores, e incubadoras y aceleradoras de empresas como vía para obtener empleo de calidad (irónico, cuando al mencionar una hipotética subida del salario mínimo su reacción en directo fue de claro rechazo). Y por último, Víctor Píriz habló de ayudas tanto públicas como privadas y apoyo a las Startups, además de enfocar los Serious Games a la educación.

Acto seguido, y poniéndose en un plano más hipotético, (la pregunta los situaba en caso de gobernar con mayoría absoluta, situación prácticamente imposible en el panorama actual), los cuatro indicaron que incluirían a sendas industrias dentro de las competencias de los Ministerios de Industria y Cultura, antes de pasar a hablar sobre una posible extensión del Estatuto del Artista para que afectara a estos sectores, intervenciones de las cuales lo poco que se sacó en claro fue la perspectiva del trabajo que queda por hacer (con todos de acuerdo), la mención a que el Área de Cultura ha funcionado de forma consensuada a pesar de la fragmentación parlamentaria, y la crítica de Podemos a los detalles que se quedan fuera del documento, que el informe y la realidad no se corresponden, además de que el consenso no se lleva a la realidad material, la falta de protección al desempleo, la situación de muchos falsos autónomos, la medida de su programa electoral de una jornada laboral de 34 horas semanales y la inclusión de la perspectiva de género en el medio.

Acto seguido, se pasó a preguntas por parte del público (las cuales no pudieron ser respondidas en su totalidad), entre las cuales destacaron la fragmentación empresarial entre la industria del videojuego (con muy pocas empresas grandes), a lo que todos se limitaron a responder con un control más exhaustivo de las ayudas para evitar la proliferación de Startups fraudulentas, el papel de los videojuegos dentro de la televisión pública (considerado ahora mismo como publicidad a empresas, mientras que los libros y las películas se ven como incentivo cultural) a lo que todos respondieron con la necesidad de cambiar esta situación, aunque todos admitieron que desconocían la situación, con el representante del PP relegando estos contenidos de cara a los canales infantiles, y con la de Podemos hablando de eliminar el estigma cultural hacia el medio.

La última pregunta, y una de las más importantes tal vez, fue la correspondiente a la incorporación al mercado laboral de la gente ya formada, ámbito en el que hay un nivel de paro más que evidente, ante lo cual, la única intervención que habló de Crunch, horas extra que podrían implicar puestos de trabajo adicionales y precariedad fue la de Sofia Castañón, frente al resto, que citaron prácticamente las ideas del Libro Blanco de Dev sin mucha más profundidad, más allá de mencionar sindicatos como una opción de organización para luchar por derechos laborales.


Y de esta manera terminó este debate electoral, del cual se saca mucho humo y pocas nueces, porque propuestas sin definir como “ayudas directas”, “incentivos fiscales” y similares son prácticamente especulación. Desde luego, y sin conocer de forma interna los posibles ponentes, se me antoja complicado alabar a alguno por su comprensión del medio (si acaso a Sofía Castañón, de Podemos, por su trabajo previo en el sector audiovisual), pero en más de una ocasión se les notó algo perdidos y que tiraron de guión para solventar ciertas preguntas.

Es cierto que los tres sectores en España apenas están arraigados, y es complicado que en partidos políticos haya militantes con experiencia en ellos, pero no por ello hay que dejar de ser exigente con cada formación. Y desde luego, resulta llamativo que, y especialmente con la situación cada vez más conocida de las diferentes problemáticas en grandes empresas en lo respectivo a derechos laborales, apenas se haya querido tratar algún bloque con la perspectiva de los trabajadores en mente. Un par de alusiones no son suficientes, y ejemplos como el de Motion Twin podrían haber sido aprovechados para marcar dicho punto de inflexión. Y de igual manera, hubiera sido un punto a favor del acto que hubiera habido representación de partidos regionales en los que la industria está más o menos asentada (como Galicia, Cataluña o Comunidad Valenciana) para añadir otro enfoque. En cualquier caso, como debate, deja que desear, y desde luego, si alguien tenía pensado elegir su voto en función de lo dicho aquí, que se lo haga mirar.