El futuro del indie

En plena fiebre post-E3 ha tenido lugar el Steam Next Fest y, como el año pasado, hemos optado por hacer un repaso a los títulos más llamativos. Ante la imposibilidad de hacer un texto que aúne todas las demos existentes, hemos probado más de una decena de ellas y, para no alargar en demasía, dejaremos de lado lo más discreto. Sobre todo por respeto hacia dichas obras que, aunque se hayan mostrado, no están aún en un estado avanzado del desarrollo, pudiendo someterse a numerosos cambios para los que una valoración actual sería harto injusta. Sin más, vamos con las demos más destacadas:

Terra Nil

Una de las propuestas más llamativas del evento: un city builder a la inversa donde, en lugar de aumentar la producción hasta niveles insostenibles y cuya eficiencia se basa en la excedencia, nuestra misión es arreglarlo todo. Reforestar, devolver la vida a los ríos y praderas, así como organizar el terreno de forma eficaz serán nuestras tareas principales, para las que tenemos que jugar con la disposición de elementos y así cubrir el mayor porcentaje posible de terreno siguiendo las directrices y proporciones correctas. ¿Lo mejor? La gesta no acaba hasta que limpiamos las huellas de nuestra presencia allí, teniendo que construir un transporte basado en elementos reciclados. Toda una oda al desarrollo sostenible y la reducción del desgaste ecológico producido por la mano humana que, además, es sumamente divertido.

Unpacking

Las primeras apariencias de Unpacking muestran una simplicidad más propia de minijuego. Sin embargo, aunque nunca a llega a complicar sus mecánicas en demasía (al menos, por lo visto en la demo), consigue acompasarnos a su ritmo. Uno puramente desestresante y cariñoso, que nos propone ordenar los objetos personales en una mudanza, pero relacionado con el progreso en la vida de una chica, a la que veremos deshacerse de algunas pertenencias, así como conservar los elementos más apreciados.

They Always Run

La estética de The Always Run es difícil de pasar por alto. Un título de scroll lateral con toques cyberpunk en el que controlamos a un mutante de tres brazos. Y sí, podemos controlar esa extremidad añadida con el uso del joystick o el ratón, pudiendo tener una variable más a la hora de combatir. Aunque su jugabilidad, al menos en combate, no termina de ser tan espectacular como otros videojuegos del mismo estilo, las sensaciones generales son bastante positivas y la movilidad extra del personaje con respecto a otros humanos nos deja persecuciones y elementos de parkour más que competentes.

Song of Iron

Los vikingos están de moda. Bueno, todo el tema de la mitología nórdica está reiterándose en demasía — tengo curiosidad por el agotamiento de la temática en el próximo God of War — y títulos como Assassin’s Creed Valhalla han aprovechado el momento hasta su máxima expresión. Song of Iron apuesta por esta ambientación, pero parece que deja el aspecto mitológico en un segundo (o inexistente) plano, al menos por lo que se puede apreciar en la demo, más orientada al aparatado crudo y salvaje de lo terrenal. Con un estilo 2D de scroll lateral nos propone un combate lento, pesado y difícil que apuesta por el realismo de los movimientos, por la gestión de prioridades y por el buen empleo de nuestros reflejos para anticiparnos a la situación. Al fin y al cabo, un mozo forzudo de más de 100 kilos tiene unas leyes físicas que cumplir.

Death Trash

A Death Trash hacía tiempo que le seguía la pista. Por suerte, su demo no decepciona lo más mínimo y, con una concepción algo más reducida, se postula como un Fallout clásico, pero moderno. Un mundo post-apocalíptico con elementos terroríficos que pululan por el entorno, combinando el estilo de roleo clásico en un combate activo, alejado de los turnos. Su apartado artístico nos deja personajes de esos de píxeles bien gordotes, de los buenos, por lo que no queda más que esperar con ansia su salida para proceder al disfrute de lo grotesco.

Norco

Una de las mayores sorpresas que opta por una narración al estilo novela visual en primera persona, con diferentes estancias que recorrer e investigar (a lo Phoenix Wright, por poner un ejemplo), pero en un universo complejo y algo futurista. La decadencia emocional se hace presente desde los primeros instantes de la demo y, por si cabía alguna duda, pronto veremos reflejados elementos de obras tan emblemáticas como Kentucky Route Zero y Disco Elysium, empleando la conversación para construir unos mapas mentales que, a su vez, pondrán nuestras ideas en entredicho, obligándonos a replantearnos muchas cosas. Y si en la demo podemos apreciar todo esto, probablemente debamos llegar emocionalmente preparados a la entrega definitiva.

Sacred Fire

Sacred Fire se presenta como un roleo puro, basado en tiradas de dados y decisiones encadenadas que dependen de las habilidades y estadísticas de nuestro personaje en combinación con el azar. Lo sorprendente es la elección del apartado visual: imágenes semiestáticas, todo renderizado previamente y sin modelados de ningún tipo que, curiosamente, funcionan de forma eficiente y lo dotan de una personalidad única. Acaba convirtiéndose en una aventura interactiva que recordará nuestras decisiones, elecciones versátiles de personalidad y que nos propondrá un reto apropiado, teniendo que desenvolvernos de la mejor manera posible según el estilo elegido.

The Rewinder

Las aventuras gráficas tipo point and click no son algo nuevo en absoluto. The Rewinder no reinventa nada e incluso emplea los típicos inventarios de este tipo de videojuegos donde recogemos algunos objetos del entorno para usarlos en lugares específicos y avanzar en la trama, que se configura a modo de puzle o misterio. Lo novedoso es la ambientación basada en la mitología china y que nos pone a los mandos de Qi Yun, un individuo que, al ser un “rewinder” es capaz de comunicarse con los espíritus del otro plano de la existencia, además de modificar los recuerdos y arreglar sucesos trasteando con el pasado. 

Blooming Business Casino

Como Two Point Hospital, pero con casinos y animales ludópatas. Un juego de gestión más pero que propone un apartado visual bastante agradable. Los eventos aleatorios, además, le dan ese toque divertido y rompedor que puede reventarnos la partida por completo, o garantizarnos la tranquilidad económica. Como suele pasar en estos casos, se trata de un título pensado para el largo plazo, las actualizaciones y expansiones que modifican la experiencia, así como una comunidad modder activa, capaz de duplicar o triplicar las horas de juego que podría suponer el juego base. Con todo, apunta a ser interesante de cara a seguirle la pista.

The Fermi Paradox

Si los números apuntan a una inabarcable cantidad de estrellas en el universo, nuestras condiciones podrían replicarse en algún lugar de este. De hecho, en nuestra propia galaxia debería ser posible, por pura estadística, la existencia de alguna civilización además de la humana. Pero, si esto es así ¿dónde está todo el mundo? Esta es la paradoja de Fermi, de la cual os recomiendo leer en este estupendo artículo que la resume y la presenta de la mejor forma posible. ¿Y en qué consiste el juego que lleva su nombre? Bueno, como no podría ser de otra manera, la premisa es superarla: poner en contacto a las civilizaciones que, sin saberlo, se encuentran relativamente cerca, pero no tienen la tecnología o condiciones adecuadas para que se produzca la confluencia, dejando el espacio en ese absoluto silencio que nosotros debemos evitar.

Omno

Omno es el concepto más cercano a Journey que he probado en mucho tiempo. Y eso era antes de que el propio título, al terminar la demo, me dejara deslizarme por dunas de arena surfeando desde lo alto de mi bastón mágico. Por lo demás, la jugabilidad parece basada en pequeños puzles más basados en la contemplación visual que en la dificultad en sí misma, convirtiéndolo en un juego relajante y cuyo trasfondo parece contarse a través de glifos y estructuras ruinosas, al estilo de su principal inspiración. Los propios desarrolladores argumentan que, pese al buen apartado gráfico, las mecánicas en sí mismas podían estar poco pulidas por provenir de una pre-alpha bastante antigua, pero he de decir que el potencial es bastante elevado pese a las carencias de las que hablan, por lo que no puedo sino aguardar al lanzamiento con confianza.

Road 96

Hace poco hablamos de Umurangi Generation y cómo condensa el sentir de toda una generación en apenas unas horas de videojuego. Road 96 es otro de esos títulos capaces de transmitir todo un conjunto de sensaciones al que se siente identificado con cualquiera de los instantes del mismo. ¿La premisa? Un viaje por carretera para llegar a la frontera y alcanzar el exilio de un país corrupto, podrido y cuyos abusos policiales son la norma frente a la juventud. Una juventud que, ante la imposibilidad de cambiar las cosas, decide huir, por los medios que sean, en busca de un lugar en el que encajar. El juego nos pone en la piel de uno de estos jóvenes que, de forma procedural, accederá a una serie de eventos aleatorios con posibilidades diversas para su resolución, llevándonos por un camino a través de la carretera hacia la frontera y tomando decisiones peliagudas en el proceso. Un título cuyo contenido político es más que evidente y que se propone como muestra del descontento popular ante un sistema en el que, por lo general, el poder no es alcanzable para muchos.


Con esto cerramos este repaso por lo más señalado del Steam Next Fest de este 2021. Somos conscientes de que títulos como Unsighted, Whisper Trip o Len’s Island, entre otros, no aparecen en este breve resumen, pero como comentábamos al inicio, algunos de ellos nos han dejado sensaciones encontradas que, quizás, no corresponda valorar en los tiempos actuales, esperando para ello a una fase más cercana al lanzamiento. Lo que sí queda claro es que el futuro cercano para el videojuego independiente se antoja interesante y muy esperanzador en cuanto a ideas y sorpresas se refiere. Esperamos que este vistazo sirva para engrosar vuestra lista de deseos y presentar alternativas de entretenimiento y disfrute cultural.