"Love keeps us kind"

El 30 de agosto de este año 2018, al que tan pocos días de vida le quedan, llegaba a nuestras tiendas digitales The Messenger, un particular homenaje a los clásicos Ninja Gaiden que no tardó en ser coronado como una de las grandes sorpresas del verano por los principales portales del sector. Su éxito nos pilló a muchos desprevenidos, pero lo cierto es que estaba justificado: la aventura destilaba un mimo exagerado, y el carisma del que constantemente hacía gala, manifiesto a través de sus diálogos y escenarios, hacía del hecho de retirar la vista de la pantalla algo imposible para el jugador. Tal fue la adicción que desencadenó en muchos de nosotros que, semanas más tarde, fue nominado por el jurado de The Game Awards como Mejor juego independiente, alzándose finalmente, durante la ceremonia, como el Mejor debut que una propuesta de estas características haya podido tener en estos últimos doce meses.

Llegados a este punto, resulta lógico pensar en la idea de que Sabotage Studio, la humilde compañía que se encuentra detrás de semejante proyecto, ya debe de estar completamente inmersa en el desarrollo de su próxima entrega, siguiendo, así, los pasos de otros fenómenos del sector, como Undertale o Nidhogg. No obstante, no parece que esta opción haya sido contemplada, de momento, por los chicos que se encuentran tras esta suerte de Metroidvania, pues se han aventurado a ir con su propuesta hasta el final, nutriéndola constantemente de un contenido maravilloso que va desde el reciente New Game+ hasta Picnic Panic, un nuevo capítulo de corte narrativo que se sumará al contenido ya disponible a lo largo del próximo año 2019. Y lo peor, amigos, es que todas estas inclusiones son, al menos de momento, absolutamente gratis.

Actualmente, por suerte o por desgracia, vivimos una etapa de la industria en la que el hecho de que un juego se actualice periódicamente con nuevos contenidos no nos sorprende. Es un modelo de negocio más, y titanes como Battlefield V u Overwatch se aprovechan de él de buena forma, basando el correcto funcionamiento de su modo online en las inclusiones semana tras semana. Entiendo que, en parte, este hecho se haya desvirtualizado parcialmente, restándole peso a un gesto que no siempre ha estado ahí, y al que propuestas como The Messenger se enfrentan con determinación: el agradecimiento eterno hacia el comprador, al que se le impide pensar en el proyecto – una vez lo ha acabado – como ‘una pérdida de dinero‘, debido al soporte post-lanzamiento que todavía está por llegar.

¿Qué gana un estudio como Sabotage trabajando duro en unas actualizaciones descargables de las que no va a ver ni un centavo?

Puede que, al contrario que aventuras como Shovel Knight, el tiempo invertido no se traduzca directamente en cifras, pero sí que lo hará en algo mucho más importante: en compradores contentos, en buena fama y, por ende, en repercusión directa e instantánea por la vía más antigua que se conoce, el boca a boca. The Messenger es un proyecto redondo, que merece ser descubierto por muchísimos más jugadores, y no me cabe la menor duda de que, con el trabajo indirectamente remunerado que el estudio está llevando a cabo, dicho alcance pasará de ser un objetivo a una realidad. Apoyemos esta industria, porque solo así conseguiremos que ideas y conceptos que merecen la pena sigan llegando a buen puerto durante los años venideros.