mind in awe

Pese a su aparente conservadurismo, siempre presente en las bases jugables de sus secuelas, a los chicos de DICE nunca les ha gustado lo de hacer experimentos con gaseosa. Tras probar suerte con un Star Wars: Battlefront II cargado de micropagos y polémica a partes iguales – del que, seguro, Electronic Arts ha debido de tomar buena nota -, ahora, semanas antes de que nos podamos meter de lleno en un todavía enigmático 2019, el estudio ha querido probar suerte con un lanzamiento fragmentado, que, permitiendo a los usuarios de PC y Xbox One disfrutar antes de la propuesta, ha acabado inevitablemente restando peso y valor a un Battlefield V francamente redondo, del que hoy sentimos la necesidad de hablar. Porque puede que la nueva obra de Troisi y Gabrielson no sea perfecta, y que beba en demasía de su predecesor más directo, pero, desde luego, no es merecedora de las cifras que parece estar cosechando. Battlefield V destila mimo, amor por el detalle y buen hacer, buscando desde el primer minuto sorprender con las herramientas adecuadas a un espectador que ya ha sido partícipe de mil batallas.

Nada más iniciar la aplicación, un prólogo épico y apasionante, que no hace más que mostrarnos explícitamente lo cruel que puede llegar a ser la lucha (replicando la jugada del primer capítulo numerado, en el que se nos mostraba lo breve de la vida de los peones), nos da la bienvenida a un conjunto jugable y técnico que únicamente flaquea en su parte más narrativa, pero que desde el comienzo busca realizar una fuerte declaración de intenciones. Parafraseando a uno de mis más admirados compañeros de Eurogamer España, Battlefield V tiene cosas que decir sobre la guerra, y no tiene ningún problema en dejar a un lado esa WWII que todos conocemos, propia del Pacífico, para implicarnos en una aventura humana y emocional que tiene, como principal objetivo, llevar dichas sensaciones propias de la Campaña al multijugador.



Al contrario de lo que a priori se pueda pensar, esta constante búsqueda por la crudeza compartida no es un síntoma más de la centralización interna del producto, pues se sigue apostando por un modo campaña convencional, Historias de Guerra. Un caso un tanto paradójico, dado que, si bien la franquicia estrella de DICE y Electronic Arts nació de la necesidad de llevar las batallas a gran escala a los ordenadores de los jugadores de todo el mundo, ha acabado adaptándose al mercado durante las últimas décadas, haciendo suyo un modo historia que no parece tener el más mínimo sentido a día de hoy. No obstante, es precisamente este último factor lo que lo hace valioso, pues la decidida apuesta de DICE por mostrarnos las obscenidades del conflicto protagonizado por las tropas del Eje y los Aliados no se preocupa lo más mínimo en realizar un innecesario despliegue de medios para llevar a cabo lo que tanto busca: transmitir de forma honesta un mensaje áspero y tajante sobre los enfrentamientos a pequeña y a gran escala, mostrando sus consecuencias y dando paso, indirectamente, a la moraleja que se encuentra implícita en ello.

Desgraciadamente, no puedo hablar propiamente de una victoria en este caso, ya que ninguno de los tres capítulos independientes que conforman la historia original son capaces de aprovechar sus oportunidades como es debido – dado, quizás, a lo escueto de su desarrollo – . En las cuatro horas y media que fácilmente nos pueden tomar llegar a la pantalla de créditos (jugando en modo Normal, y sin hacerle demasiado caso a los coleccionables que están esparcidos por los mapas) conoceremos a personajes muy desangelados, descubriremos situaciones muy previsibles y podremos estrechar la mano a una inteligencia artificial digna del momento histórico en el que se desarrolla la acción, pero nada de ello, ni siquiera lo monótono de los objetivos a realizar durante las misiones, puede eclipsar el buen sabor de boca – parcialmente patriota – que deja la modalidad, mereciendo ser jugada, sin lugar a dudas, por todo comprador. Puede que sea un conjunto que, a base de cuidadas cinemáticas y scripts predefinidos, no sabe transmitir correctamente el mensaje que se le ha asignado, pero, al final del día, este está ahí, y eso hace de Historias de Guerra, ineludiblemente, algo más que un mero entrenamiento con buenas ideas. Aunque eso no quita, claro está, que pueda utilizarse como tal.

Battlefield V 1

Porque si hay algo que hace único a este Battlefield V dentro del panorama actual, eso es, obviamente, su modo multijugador online. Una vertiente que ha cambiado muchísimo con respecto a lo que pudimos probar en Gamescom 2018, pero que mantiene el enfoque y la diversión de entonces, partiendo de la excelsa base jugable de Battlefield 1 para ofrecer una experiencia más completa y equilibrada a nivel de opciones, que no de contenidos.

En primera instancia, quizás lo que más llame la atención sea la inclusión de nuevos modos de juego, que van en consonancia con lo que comentado anteriormente. El más llamativo – e ilustrativo, de cara a demostrar mi anterior tesis – no es otro que Grandes Operaciones, una propuesta por la acción masiva que, bajo una estructura pseudo-narrativa, se configura a base de dos o tres partidas de larga duración para ofrecer una experiencia global que puede superar las dos o tres horas de juego, y en la que cada ronda presenta un impacto en el desarrollo general de la escaramuza. El jugador, así, toma un rol mucho menos anárquico, siendo forzado a emplear su propia materia gris para contemplar sus posibilidades en batalla, y viéndose constamente motivado por las represalias y repercusiones que su derrota pueda tener en la ronda siguiente, tanto dentro como fuera de su escuadrón.

Battlefield VEsta es tan solo una prueba más de que nos encontramos ante el modo online más maduro y pulido de toda la franquicia; una modalidad en la que, esta vez, no se ha querido dejar nada al azar, dinamizando el movimiento y la mecánica de disparo de nuestro soldado e independizando al usuario de muchos factores externos (tranquilos, no es el caso de la gravedad), que hace que ahora el mero hecho de huir o matar sea más satisfactorio, visceral y emocionante. Sigue siendo un capítulo adaptado a la época, por lo que no tiene cabida esperar un ritmo de juego como el de la competencia futurista, pero no por ello se hace menos correcto o disfrutable.

Además, existen ciertas mejoras introducidas que, de una manera sorprendentemente orgánica, refuerzan el juego en equipo, y eso acaba siendo otro grandísimo punto a favor para un conglomerado de mecánicas que, en líneas generales, funcionan como un reloj suizo. Entre ellas, podemos plantar cara a un sistema de desgaste muy agresivo, que limita nuestra salud y munición hasta niveles extremos y que, por tanto, nos obliga a estar cerca de un compañero médico o de apoyo, o bien a solicitar abundates cajas de suministros en el fragor de la batalla (que, como líder de patrulla, puedes llamar empleando los puntos generados por toda tu tropa). No obstante, acciones que anteriormente estaban limitadas a una división, como el hecho de revivir a un compañero caído en batalla, se han cedido a un público más amplio, reservando al médico, en este caso, la potestad de resucitar a los aliados que no pertenecen a su propia patrulla. En resumidas cuentas, podríamos decir que se ha realizado un equilibrio en cuanto a herramientas y capacidades, pero un equilibrio con el que, al menos en el terreno personal, me siento conforme, favoreciendo notablemente ese fugaz sentimiento de unión y cooperación que, como una cerilla, se prende con el inicio de cada partida.

Pese a lo dicho, siento que todavía existe un cierto margen de mejora que se puede minimizar paulatinamente de cara a futuras entregas, y que va más allá de la sonada carencia de contenido – que existe, y que queda patente, especialmente, en la oferta de mapas y armas disponibles en el día uno -. Creo que, tal y como ocurre con su campaña, en el modo multijugador de Battlefield V hay elementos que sobran, que no acaban de cumplir su función como deberían, o que simplemente carecen de sentido o utilidad. Es el caso, por ejemplo, de las más que anecdóticas fortificaciones, que, de carácter estático, se han implementado con tal de cubrir una necesidad completamente inexistente, contando con un enfoque pasivo que choca con la filosofía del juego. De la misma manera, creo que los escasos mapeados disponibles podrían haber sido mejor diseñados desde un punto de vista casi arquitectónico, pues la verticalidad presente se siente muy forzada, y artísticamente se notan poco inspirados, presentando un acabado ligeramente inferior al de los anteriores episodios de la franquicia.

Vientos de Guerra
Con tal de suplir la falta de contenido, Battlefield V se actualizará durante los meses venideros con nuevos mapas, armas y modos de juego, prescindiendo por primera vez del Pase de Temporada Premium que durante tanto tiempo ha estado apegado a la saga. Y no es una promesa vacía: el Capítulo 1 – Apertura fue lanzado hace muy poquito, y ha conseguido demostrarnos cómo la propuesta es capaz de dejar a un lado los pay to win y la división de la comunidad para ofrecer una misma experiencia única y resistente al paso del tiempo. Experiencia que, solo durante los próximos tres meses, ya se verá aderezada con misiones cooperativas, un nuevo escenario de juego y hasta un battle royale, Firestorm. Podéis estar tranquilos: hay Battlefield para rato.

Battlefield V Vientos de guerra

Estas carencias, que casi podrían pasar desapercibidas en otra propuesta de similares características, se hacen obvias dada la pasión por el detalle que envuelve a todo lo demás, incluyendo la personalización del personaje y de su arsenal, que es sorprendentemente vasta, así como todo lo relativo al acabado técnico. En lo relativo al primer punto, poco tengo que comentar, más allá de que las opciones son francamente abrumadoras, en parte, gracias al nuevo sistema de Especializaciones, que permite desarrollar nuestros fusiles favoritos a través de árboles de accesorios propios e individuales [aprovecho para recordaros que, si estáis interesados, podéis descubrir cuáles son las mejores armas del título pinchando sobre este texto]. En lo relativo al segundo, ya es otro cantar.

Impactante, dinámico y complejo, Battlefield V es absolutamente brillante a nivel técnico. Un expectaculo constante de sombras, luces y explosiones que presenta unas texturas, unos modelados y unas animaciones que rozan el fotorrealismo. Las opciones gráficas – incluso en consola – son apabullantes, permitiéndonos cambiar, incluso, el tamaño de nuestro campo de visión, y la optimización, por lo que hemos podido ver y comprobar, es correcta en todas las versiones. En este sentido, me encuentro con un único error que me duele destacar en un conjunto tan obsesionado por el detalle, y es que, en todo lo que no tenga que ver estrictamente con gameplay, siento que al juego le falta fluidez. Supongo que es normal, pues la consola en la que se ha realizado el análisis ya tiene unos cuantos años encima y la carga gráfica de la que presume la entrega – incluso fuera de batalla – es apabullante, pero no deja de ser curioso que, especialmente en todo lo relativo a los menús (que, todo sea dicho, son bastante intuitivos y atractivos a la vista), el juego rasque tantísimo, llegando a ser algo angustioso.

Eso sí, no esperéis noticias negativas en el apartado sonoro, pues la BSO bien se podría calificar como memorable y los efectos de sonido son brutales, marca de la casa, aportando muchísima contundencia a las armas de fuego, y acompañando de manera sobresaliente al constante desfile que aparece en pantalla. Siguiendo esta tendencia, el doblaje, independientemente del idioma escogido, me parece para levantarse de la silla y aplaudir, contando en su elenco con actores de renombre muy competentes, que realmente saben hacer su trabajo, reforzando una y otra vez los valores

Gusanos de seda

Galardón-Plata-HyperHypeNo me tiembla el pulso al escribir que Battlefield V es, por méritos propios, uno de los mejores capítulos de la franquicia, presentando un apartado técnico de infarto, una ambientación excelente y un multijugador insuperable. Es algo tan simple como que, dentro de su género, no tiene rival, pese a tener que cargar con ciertos hierros que lo alejan una y otra vez de la perfección – como esas Historias de Guerra que todavía deben de trabajarse un poquito más de cara a futuras entregas, o ese plan de contenido que, ansiosos, esperamos que se cumpla más pronto que tarde  -. Una base magistral, valiente en su concepto, que no sorprenderá a aquellos que vengan de Battlefield 1, pero que sabrá satisfacer a todo el que busque una experiencia cruda, cooperativa y visceral a la que volver reiteradas veces en un futuro, sabiendo, con total seguridad, que le esperará contenido nuevo por descubrir.


Este análisis ha sido realizado con un código de descarga para PS4 cedido por Electronic Arts.