El caso de Housemarque y Returnal

Aunque desde la industria rara vez salgan a la luz problemas entre desarrolladoras y sus respectivas editoras o distribuidoras a no ser que haya juicios o problemas económicos serios entre las partes, en los últimos tiempos hemos podido acceder a algunos casos como el de los pagos de Epic como parte de su programa de juegos gratuitos, o el ejemplo que hoy nos ocupa, que se ha dado con Returnal, en el que el estudio responsable de su desarrollo, Housemarque, fue informada del aumento de precio de su proyecto (hasta los 80€ que pretenden estandarizar a lo largo de esta generación de consolas) al mismo tiempo que los usuarios, tal y como informan desde IGN, según declaraciones de Mikael Haveri, director de marketing del estudio de desarrollo.

Teniendo en cuenta que las publicaciones previas del estudio, como Resogun o Nex Machina, podían encuadrarse por completo en el mercado independiente tanto en pretensiones como en precio del producto, y aunque Returnal parece haber sido un éxito a todas luces (como podéis comprobar en nuestro análisis), esta decisión fue tomada de manera prácticamente unilateral por parte de Sony (que al fin y al cabo, al financiar el proyecto, tienen voz y voto de manera total en estos asuntos) tras ser gratamente sorprendidos por las demos internas del estudio, lo cual también facilitó el poder expandir la idea original en cuanto a planteamiento y niveles de contenido. En cualquier caso, desde el propio estudio ya eran conscientes de justificar ese aumento de precio de sus anteriores títulos hacia este nuevo estándar, por lo que este cambio no era su principal problema a la hora de publicitar Returnal.

Dada la incapacidad para justificar ese aumento de precio de cara al usuario por parte de los estudios más allá de querer justificar una mayor tasa de ganancia para los inversores (Sony, en este caso), así como lo complicado de comunicar esta decisión, hacen que en este caso Housemarque quede libre de culpa. En primer lugar, porque la decisión no corre a su cargo y por lo tanto van a ser víctimas en cualquier resolución posible, bien sea desde el lado de la crítica por parte del usuario, así como la económica por parte del distribuidor.

Sin embargo, esto no quita que, por ejemplo, en caso de que opten por publicar contenido descargable de pago, vayan a ser objeto de críticas totalmente merecidas, siendo precisamente esta vía la única manera “razonable” de llevar este tipo de decisiones hacia la comunidad, aunque no dejarían de ser por otro lado una confesión de fe hacia que no se lleven a cabo este tipo de prácticas. En cualquier caso, ante la posibilidad de sufrir daños en términos de imagen, es lógico desde cualquier punto de vista echar balones fuera y culpar a cualquiera antes que asumir la crítica. Esto no es algo exclusivo de la polémica de los precios ni un ataque a Housemarque, sino que hemos podido verlo a lo largo del tiempo no ya en la industria del videojuego, sino prácticamente en cualquier situación.

Y lo cierto es que esta actitud, de falta de transparencia sobre quién toma las decisiones, y por tanto, quién es el responsable de cara a la comunidad, es algo difícil de cambiar por la propia naturaleza de la industria y el poco control que los usuarios tienen sobre el resto de elementos de la misma, pero sí es algo que, en la medida que nuestra capacidad nos permita, debemos criticar y señalar allá donde sea posible, tanto en positivo (por ejemplo, como hemos comentado antes, si un AAA opta por elevar su precio base a cambio de no cobrar por futuros DLCs, no me parece algo tan criticable) como en negativo según corresponda.