Evidentemente, blanqueando crímenes de guerra

Cuando hay rumores o noticias sobre proyectos cancelados, el surgimiento de la expectación es inevitable. Pero cuando se trata de un título que ya se vio envuelto en diferentes polémicas hace más de 10 años, teniendo en cuenta la crispación que se vive a nivel mundial en términos geopolíticos y cansancio acumulado de la sociedad tras una dura pandemia, el regreso de Six Days in Fallujah, previsto para su lanzamiento este mismo año tanto en consolas como PC, no iba a librarse de todo tipo de comentarios, tanto de apoyo como negativos.

Anunciado originalmente por Atomic Games en el año 2009, el título estaba propuesto como un shooter militar táctico en primera persona, basado en historias de la segunda batalla de Faluya (Fallujah) regresa de la mano de Highwire Games y publicado por Victura, con desarrolladores procedentes de, entre otros proyectos, Halo o Destiny. Sin embargo, ya desde la propia nota de prensa sobre el anuncio se deja clara la perspectiva que tomará el juego, con marines y soldados que intervinieron en la batalla (y por lo tanto, aunque también se menciona que contaran con testimonios de civiles iraquíes, parece que la narrativa estará llevada desde el lado norteamericano de la invasión de Iraq, y no precisamente desde un punto de vista crítico con la guerra, que los hay y muchos), de manera que la especulación sobre la trama no ha hecho más que empezar, y cómo de evidente será el blanqueo de la acción estadounidense.

Aunque lo cierto es que, desde el propio tráiler, ya se puede ver que el tratamiento de la historia, más que fiel a la propia historia, va a ser un acto de revisionismo histórico como pocas veces se ha visto en la industria del videojuego. Teniendo reciente una obra que trata el papel del videojuego en este tipo de conflictos, está claro que la necesidad de EEUU de implantar su relato haciendo uso de su (por el momento) hegemonía cultural se ve en este tipo de títulos, aun cuando existen, incluso en los propios implicados en la guerra, aquellos que critican las acciones que se vieron forzados a cometer.

Sin embargo, y aunque la narrativa sea la punta de lanza que hemos podido ver hasta ahora, no deja de ser excesivamente evidente que, tras el papel del ejército de EEUU en la situación política del país (tanto por su acción como por su inacción, según el punto de vista y bando elegido), sea necesaria una limpieza de imagen en forma de videojuego, cuando además ya el ejército lleva una cantidad considerable de tiempo utilizando plataformas como Twitch.tv y los videojuegos como herramienta de reclutamiento.

Habrá que ver como evoluciona el título, ante la polémica inicial (y que está por ver si tiene respuesta, o quien calla otorga, dando la razón a las críticas), pero desde luego, Six Days in Fallujah como precedente es peligroso, tanto desde el punto de vista cultural, como para la industria del videojuego.


Evidentemente, en los videojuegos ha habido temáticas de todo tipo, sin por ello estar exentas de polémicas, pero el blanqueo de crímenes de guerra es una línea roja que no debería cruzarse, aunque evidentemente, poca o nula importancia habrá tenido la opinión de los desarrolladores, que pueden ser los que al final acaben pagando el pato.