Reivindicando uno de los mejores juegos de Square para SNES

Super Nintendo dio grandes juegos a la historia gracias a su portentoso catálogo, y la explosión de los RPG en esta plataforma no fue una excepción. Me atrevería incluso a decir que la trayectoria de este tipo de juegos pasa por esta consola, ya que dejó obras atemporales y permitió expandir el género, especialmente en su variante japonesa (el JRPG) con el que mucha gente comenzó a familiarizarse por su peculiar estilo. Por aquel entonces SquareSoft empezó a robar los corazones de un buen número de jugadores del género, ya que sus RPG destilaban una enorme calidad y originalidad fruto, entre otras cosas, del estilo tan particular de la compañía. Basta con nombrar algún Final Fantasy o Chrono Trigger para tener más que de sobra una muestra de ello, y es que la carrera de esta empresa en los RPG es envidiable.

Sin embargo para mí hay un gran olvidado. Hay un juego que muy raramente aparece en un top de los mejores RPG de Super Nintendo, y es casi imposible encontrarlo como uno de los mejores juegos de la consola. Hablo de Secret of Evermore, un infravalorado título. Un juego que marcó mi infancia, mi forma de entender los videojuegos, y que no me cansaré jamás de reivindicar como una pieza digna de culto y admiración. Cabe mencionar además que la peculiaridad de este videojuego divide a los jugadores en dos grupos: los que lo amamos y los que lo ignoran (cuando no lo odian). Para pertenecer a este selecto segundo grupo, debes aferrarte, básicamente, a cuatro comprensibles razones:

  1. Es una copia de Secret of Mana en su interfaz gráfica, pese a que su comparación en estilo y ambientación deje en evidencia su obvia diferenciación
  2. Es muy diferente a los RPG de la época – especialmente, a los JRPGs
  3. Fue el elegido para sustituir a Chrono Trigger en occidente, especialmente en Europa
  4. Por la combinación de las tres anteriores

Entonces, ¿qué lo hace especial?

Contexto

En 1993 Square ya contaba desde hacía un tiempo con una división en EEUU, centrada principalmente en la distribución de los títulos nipones en el país americano. Sin embargo rondaba por allí la idea de crear un videojuego propio. Ese mismo año Japón les daría luz verde y SquareSoft USA acabaría formando un grupo de 26 personas para llevar a cabo Secret of Evermore, usando hardware que fuese capaz de producir gráficos exigentes y programándolo con el lenguaje creado por la compañía: SIGIL (Square Interpreted Game Intelligence Language). En contra de lo que parece, Secret of Evermore no toma el motor de Secret of Mana sino que fue programado desde cero copiando su estilo. Además el juego haría especial hincapié en occidente, la cultura popular americana y sobre todo en el cine de serie B (ya visto en otros juegos como Maniac Mansion, de LucasArts).  

Saldría a la venta en octubre de 1995 y llegaría a Europa en 1996 localizado a diferentes idiomas entre ellos un perfecto castellano, y efectivamente fue la elección de SquareSoft y Nintendo para este territorio en lugar de Chrono Trigger, sacándolo al mercado en una gran caja que contenía una preciosa guía oficial. A pesar de que sacó críticas muy favorables parece que su mérito se lo ha tragado el paso del tiempo, centrándose las miradas en un ya reputado Secret of Mana y sobretodo en las aventuras de Chrono y sus compañeros. Obviamente la enorme calidad de éstos no desmerece la del otro siendo juegos muy distintos entre sí, y considero que ese vacío que se crea alrededor de Secret of Evermore es totalmente injusto.

La sinopsis es bastante sencilla: Podunk, EEUU. En 1965 un científico consigue crear una máquina para generar un mundo paralelo al gusto de sus creadores. Al experimento asisten su nieta, la bibliotecaria del pueblo y un arqueólogo, y juntos crearán Evermore con cuatro regiones divididas en una zona prehistórica, una de la Edad Antigua, otra medieval y otra futurista ubicada en una base lunar. Algo sale mal y la máquina los transporta a ese mundo sin posibilidad de retorno. Volviendo al presente de 1995, un chico aficionado a las películas de serie B sale del cine en compañía de su perro. Un gato cruza corriendo frente a ellos y el perro lo persigue. El chico sale tras su compañero peludo y acaban en la vieja mansión del científico. Trasteando entre sus habitaciones encuentran la máquina, que se activa por error, transportando a ambos a Evermore. Desde ese momento su mayor preocupación será volver a casa, vagando por los diferentes territorios, conociendo a sus creadores y haciendo frente a una conspiración orquestada por alguien en la sombra.

A todas luces, nos encontramos ante una historia simple pero divertida, alejada deliberadamente del dramatismo japonés, que es la excusa perfecta para explotar una capacidad artística variada, y que a pesar de sus personajes bastante planos y su poca profundidad se las apaña para conseguir algunos giros interesantes sin renunciar al humor. A pesar de que el argumento plantea temáticas históricas diferentes y que el juego deja meridianamente claro que Evermore es una suerte de mundo paralelo, hay gente que sigue pensando que el juego trata sobre viajes en el tiempo. y eso es un error. Para colmo ese error puede dar lugar a la comparación con Chrono Trigger, haciendo que aumente el rencor de que ese título no hubiera pisado suelo europeo.

Music with Soul(e): una vertiente artística con empaque

Hay muchas cosas que destacaría de Secret of Evermore, pero una de ellas es sin duda su gran banda sonora, muy diferente a lo que los RPG de SNES tenía acostumbrados a sus jugadores. “¡¿Dónde están las canciones pegadizas?!”, seguramente dirían algunos. Sin embargo recuerdo que en su momento me quedé impresionado ante tal propuesta, probablemente muy madura y avanzada para la época, el contexto y el público al que estaba dirigidos. Quizás lo artístico pesó mucho más que lo comercial y ese fue uno de sus dobles filos para no quedarse con el agrado de mucha gente. Para otra tanta (como yo) fue la punta de lanza con lo que asombrarse nada más meter el cartucho en la consola y darle al botón de encender. La primera en la frente, aunque esta vez en el buen sentido. Quizás una de las pruebas de lo artístico que llegó a ser esto sea la carátula oficial de su soundtrack en CD, que sintetiza con total precisión (y con mucha poesía) todo el carácter que envuelve el juego sin usar ni un sólo gráfico de éste, haciendo que sólo pueda ser entendida por alguien que lo haya jugado o conozca a fondo su trama y desenlace. Eso la convierte en una portada sobresaliente y a la altura de lo que representa.

A cargo de esta magistral BSO estuvo nada más y nada menos que un jovencísimo Jeremy Soule de apenas 19 años. Ésta es la ópera prima del autor conocido por sus trabajos en videojuegos como Skyrim, Baldur’s Gate o Star Wars: Knights of the Old Republic entre otros muchos, y consiguió el trabajo tras enviar una maqueta a Square sobre cómo creía que debían sonar los videojuegos (mucho más expresivos musicalmente, con buena ambientación dramática e intensidad). El juego luce un soundtrack con un fuerte componente ambiental. A los sonidos de la selva, el desierto o un pantano (entre muchos otros) le acompañan drones y pads dignos de Brian Eno o melodías minimalistas cercanas a Erik Satie, empapándose a veces del carácter cultural según la región de Evermore donde nos encontremos. Por ejemplo en Prehistoria sobresale la percusión tribal, en Antiqua un estilo más folklórico, en Gothica el estilo renacentista y en Omnitopia (la región futurista) la experimentación electrónica. A pesar de que carece de algún leitmotiv que estructure todo, lo cierto es que su peculiar estilo, escalas y tonos no la hace verse (o escucharse) como una banda sonora inconexa; más bien todo lo contrario, como una especie de álbum conceptual. En todo momento sabemos que estamos en el mismo juego y que todo pertenece a la misma colección, y eso junto con su variedad la hace muy disfrutable.

Por su parte, el singular arte conceptual y lo que finalmente se traslada a los gráficos del juego queda siempre a medio camino entre lo amable y lo inquietante, recordando en muchos casos a Mighty Max. Podremos encontrar mapeados y colores preciosos o sitios oscuros en la que la música de Soule hace virguerías para provocar cierta pesadumbre. Las distintas épocas históricas dotan al juego de mucha riqueza visual, y además tendremos jefes finales con aspecto caricaturesco y otros cuyo diseño directamente tiene tintes muy oscuros. Prueba de ello son por ejemplo Trax (que se ilustró la imagen de la caja y el cartucho), Ignis o Mungola. Todo es posible en Evermore, pero desde luego no deja indiferente su exquisito tratamiento gráfico, sus sombras, sus animaciones y su extensa paleta de colores. Este juego es una auténtica virguería para la consola a la que estaba destinada y así se nota en todo momento. A su favor está el hecho de pillar a la Super Nintendo dando sus últimos coletazos en el mercado antes de la irrupción de los 32 bits, por lo que las técnicas ya estaban muy pulidas y Square siempre se caracterizó por darlo todo en ese aspecto.

A modo de curiosidad, en el juego aparecen algunos cameos de personajes de Final Fantasy: entre el público del Coliseo se encuentran los sprites de varios personajes de la sexta entrega, y en Gothica nos encontraremos a un armero que curiosamente se llama Cecil y nos cuenta una historia que quizá nos suene… Un fan service como la copa de un pino para los viciados de 1995.

Del chico al perro, y del bazooka a la alquimia

El estilo de juego en tiempo real posee algunas características interesantes heredadas de Secret of Mana, por ejemplo los menús en anillo y algunas de sus mecánicas como puede ser el nivel de stamina para ejecutar algunas acciones. Tendremos dos personajes disponibles para jugar: el chico y su perro, que prácticamente siempre irán de la mano. Uno será controlado por nosotros y el otro por la máquina, teniendo diferentes niveles de configuración para ataque y protección/búsqueda cuando así sea. En cualquier momento podremos cambiar entre uno y otro, habiendo situaciones que lo requieran o nos beneficien en ese cambio.

Los objetos del inventario son pocos pero concisos, y para mí es un acierto que sólo podamos tener una cantidad limitada de cada tipo evitando la acumulación. La distinta protección para nuestro personaje y su can es la esperada en un juego de este género. Asimismo, el sistema de armas es lo más flojo tanto por la poca variedad como por el hecho de que prácticamente no destacan. Se dividen en espadas (y su hueso de dinosaurio inicial), lanzas, hachas y bazookas con sus correspondientes balas. El equipo ofensivo lo iremos obteniendo poco a poco y su sistema de niveles y carga es poco ágil. Subir niveles con las armas llega a ser tedioso porque necesitamos eliminar una buena cantidad de enemigos para ello. Al llegar a determinados niveles podremos cargar la stamina para que las hagan más daño, dejando presionado un botón del mando. El daño básico se hace con el contador de stamina estándar al 100%, el segundo nivel ya requiere sostener el mencionado botón para que la barra aumente hasta el 200% y lo mismo para que al tercer nivel siga llenándose la barra que contabiliza el 300%.

La alquimia es la joya de la corona del conjunto jugable, conformada por un espectacular sistema de magias.

En este sistema tan original y divertido necesitaremos conseguir dos cosas: las fórmulas y los ingredientes, habiendo un número total (si no me equivoco) de 52 y 22 respectivamente. Las fórmulas podremos obtenerlas de algunos personajes NPC o cofres, y los ingredientes podremos encontrarlos o comprarlos, acumulando hasta 99 unidades de cada tipo. A pesar de que sepamos diferentes fórmulas, solamente podremos llevar activas con nosotros 10 de ellas. Cada fórmula consume dos ingredientes en diferentes cantidades que se restan de nuestro inventario hasta que no tengamos suficientes para ejecutar los hechizos. Hay fórmulas que comparten ingredientes, asi que puede darse el caso de que si los consumimos en un hechizo contribuya a que haya menos cantidad para otro, disminuyendo así su número de “lanzamientos”.

Las magias son muy variadas respondiendo al carácter en tiempo real del juego. Las hay de curación, de alteración de estado (beneficiosos y nocivos), de ataque y de interacción con el entorno. A pesar de que hay que acceder al menú de anillos para ejecutarlas no es un proceso que se vuelva pesado (incluso se agradece para hacer pequeñas pausas en las batallas), y algunas de ellas admiten un pequeño uso en cadena. También poseen un sistema de niveles, por lo que a mayor nivel mayor será su efecto, aunque en esta ocasión las subiremos más ágilmente que las armas. Además, hay un sistema de invocaciones con el que podremos acceder a magias exclusivas. Dichas invocaciones se ejecutan usando unas perlas, y usar un hechizo de esos supone consumir una de dichas perlas… existiendo un número limitado de ellas en el juego. La gestión de estos objetos será por tanto fundamental si queremos guardar magias poderosas para casos de emergencia o jefes finales. Este sistema de magias de “usar y tirar” puede no ser del agrado de los jugadores que prefieren un sistema por PM, y es que en ese apartado Secret of Evermore suele recibir las mismas críticas que Final Fantasy VIII.

El riesgo de no estar en la memoria colectiva

Secret of Evermore es uno de esos juegos que tuvo una visión artística de gran nivel preparada para triunfar, pero lo que lo rodeaba no lo acompañó. Quizás fueron las circunstancias del mercado y lo que por aquel entonces estaba de moda, o quizás tener como nombre “Secret of…” creaba unas expectativas que no se cumplieron para muchos. Coincidir en el tiempo con Chrono Trigger probablemente tampoco le ayudó mucho, no lo sé. Sea lo que fuere, Secret of Evermore es un olvidado a pesar de su calidad, su arte, su localización y su lujosa caja. Todo eso dio igual, nunca fue suficiente para convencer, a no ser que sepas lo que es y quieras obtenerlo a día de hoy por unos precios que pueden rondar los 100 euros si es una unidad en buen estado.

Los que lo conocimos en su momento creo que seguimos defendiéndolo a capa y espada, y es que da la sensación de que los haters lo han jugado más bien poco o directamente no lo han probado por prejuicios. Otros sin embargo se han quedado sin saber de su existencia, pero a día de hoy con la emulación es posible conseguirlo sin tener que desembolsar una cantidad casi insultante de dinero, y es que por mucho que se empeñen algunos esa práctica ha salvado a muchos títulos de caer en el olvido más absoluto y a darles el lugar que se merecen. ¿Podría hacerse justicia con Secret of Evermore? Yo espero que sí. Y mientras espero a que eso llegue no dejaré de recomendarlo gritándolo a los 4 vientos. Si os ha picado mínimamente la curiosidad jugadlo porque merece la pena, porque ahí reside el secreto de Evermore: que parece una copia barata o un juego menor, cuando no lo es en ningún aspecto.