Bienvenidos al Motel Oxide

Un pequeño giro de tuerca o una combinación de géneros o subgéneros puede aportar una experiencia totalmente refrescante en un videojuego, y aunque sean ingredientes ya utilizados previamente, la manera de combinarlos puede cambiar radicalmente el resultado final. Del mismo modo, las influencias pueden usarse para crear imitaciones insulsas o, si se utilizan bien, pueden lograr resultados con personalidad propia, y que al mismo tiempo dejen patente su inspiración. Es el caso de Oxide Room 104, título de terror inmersivo en primera persona que llega de la mano de Wild Sphere.

La hibridación y utilización de formatos transmedia es la base de este título, que ha sabido combinar de manera efectiva y satisfactoria diversas influencias. Algunas del propio medio y otras externas, de disciplinas que aparentemente no guardan ninguna relación con el videojuego. Oxide Room 104 nos plantea una narrativa que se inicia con la abrupta llegada del protagonista a un motel de carretera, en el que se despierta totalmente desnudo, sumergido en una bañera. No sabe cómo ni cuándo ha llegado a ese lugar, al menos inicialmente, y como suele ser habitual en las historias de misterio y/o terror, todas estas incógnitas se irán despejando a medida que avancemos, así como las que surjan por el camino. Lo especial de este título es cómo desarrolla ese avance y las posibilidades que da al jugador.Oxide Room

Como comentaba hace un momento, Oxide hace un ejercicio de transmedia al crear su narrativa y su sistema de progreso. Wild Sphere tomó la idea base de los escape room y la aplicó a un videojuego que inicialmente se puede presentar como un survival horror clásico. De esta forma, el esquema de avance consistirá en la resolución de pequeños puzles y acertijos, normalmente aplicados al escenario en sí mismo, y no tanto a un puzle en el sentido más clásico de los videojuegos. Es decir, no nos encontraremos tanto ante combinaciones de botones, juegos de palabras o enigmas numéricos, sino que tendremos que investigar las habitaciones del motel y encontrar lo necesario para acceder a cada rincón e interactuar con todas las posibilidades que se nos ofrecen en estas habitaciones. Tendremos que recorrer cada habitación, encontrando sus respectivas llaves y demás objetos adecuados para interactuar con todo lo que nos ofrecen dichas habitaciones. También habrá presencia de ‘puzles más clásicos’, como cajas fuertes con combinaciones numéricas o similares, pero el grueso del progreso se centrará en el entorno en sí, en el escenario del juego entendido como un gran puzle dividido en secciones.

Sin embargo, la propuesta de Oxide va un poco más allá y ofrece un elemento extra para lograr ese toque de frescura que transmite, ese elemento extra es la variabilidad del escenario y la progresión. Para explicar esto tenemos que detenernos un momento en la propuesta argumental de Oxide, para que pueda entenderse como se justifica su mecánica de variabilidad del escenario. Bien, el juego nos muestra a un protagonista atrapado en un motel habitado por criaturas de pesadilla, y en el que suceden extraños sucesos paranormales. La aventura comienza en el cuarto de baño de la habitación 104, y desde ahí tendremos que explorar el motel para abrirnos paso hasta la salida de este y escapar. Con mecánicas similares a las de un survival horror clásico tendremos que luchar por nuestra vida, enfrentándonos a las criaturas del motel, además de los peligros del entorno. Tendremos que gestionar recursos como la munición o los objetos curativos, y registrar cada porción del mapa. Incluso tendremos una habitación segura, y algunos baúles de almacenamiento, como ocurre en Resident Evil.

Sin embargo, la gran diferencia con los clásicos del género aparece cuando morimos. Al contrario de lo que ocurriría normalmente, no cargamos la partida o el punto de control para intentarlo de nuevo. En este caso, el protagonista se despierta de nuevo en la habitación 104, y tendremos que repetir el proceso de huida. Cada vez que muramos todo el juego cambiará: la disposición de los objetos, la cantidad y tipo de enemigos e incluso el estado del escenario. Este último se irá deformando y volviendo cada vez más surrealista, al más puro estilo Silent Hill. Podemos morir un máximo de tres veces, antes de que se de la partida por perdida y tengamos que reiniciarla por completo. Gracias a este sistema, inspirado en los ya mencionados escape room, la experiencia logra ser orgánica y cambiante, y ofrece al jugador diversas vías para resolver el reto, así como varios finales en función de nuestro número de muertes antes de lograr escapar.

Las inspiraciones de este título dentro de los videojuegos, más allá del formato escape room, son evidentes. Bebe de Resident Evil en lo referente a la gestión de recursos y sistema de inventario, con objetos combinables, ganzúas, etc… Por otro lado, en lo referente a la creación de sus escenarios y al componente psicológico de la trama, se fija evidentemente en Silent Hill. Los escenarios cotidianos retorcidos hasta lo surrealista y las grotescas criaturas a las que nos enfrentamos son prueba clara de ello. Finalmente, también tiene una fuerte influencia de The Evil Within, aunque no puedo explicarla sin caer en el spoiler. De cualquier forma, como es común a todos estos títulos, gran parte del peso de la narrativa cae sobre elementos textuales que recogeremos por el mapa, y que nos contarán la historia de diversos personajes del motel que nos ayudarán a entender el conjunto de la historia.

Oxide, en parte debido a su naturaleza cíclica y de bucle, tiene una duración breve, aunque algo variable. Cada intento de huida puede resolverse en apenas unas horas, o incluso menos, dependiendo de cómo resolvamos y afrontemos los retos. No es obligatorio, ni mucho menos, explorar todo el motel. El jugador que quiera ser más directo y buscar la salida directamente podrá hacerlo, siempre y cuando sea capaz de encontrar los elementos necesarios y resolver los retos de la manera que lo lleve a ello. Las pistas para salir rápidamente del hotel están ahí desde el inicio, y si estamos atentos podremos evitar gran parte de las habitaciones. Todo depende de nuestro estilo de juego e interés. Esta brevedad es uno de los aliados de Oxide, ya que le permite finalizar antes de que se pierda la tensión o el misterio. Los juegos de terror que se alargan más de lo necesario tienden a fracasar, a aburrir al jugador, y esto no ocurre con Oxide.

Si hablamos de los aspectos más técnicos, el título de Wild Sphere cumple con lo que esperamos de él, y lo que necesita para funcionar. No es, ni mucho menos, un despliegue de proezas técnicas, pero no lo necesita. Tiene un apartado visual adecuado para su naturaleza, con escenarios sucios y envejecidos, y funciona de manera estable y fluida. Sin embargo, en la versión de Nintendo Switch, este aspecto presenta flaquezas que lastran la experiencia final. Los tiempos de carga se alargan demasiado, y la tasa de FPS es irregular en la híbrida de Nintendo, lo que resulta en un balance bastante más negativo del que se percibe en PlayStation 5. No obstante, hay que mencionar que la versión de Switch se lanzará al mercado en agosto, por lo que el estudio aún tiene tiempo para pulir la versión.

Frescura y originalidad al servicio del terror

Oxide Room 104 es una opción más que recomendable para los aficionados al terror inmersivo, un juego que aporta elementos frescos y originales al género. Nos sorprende gracias a su capacidad para ofrecer distintos desarrollos durante la partida, variando la disposición de los objetos, enemigos e incluso del orden de progreso por el escenario. Combina un poco de survival horror, con resolución de puzles y mecánicas de escape room, lo que resulta en un cóctel bastante fresco de sabores ya conocidos. Además, está claro que el estudio tená claro qué hacer y cómo hacerlo, ofreciendo una experiencia concisa y perfectamente funcional. En resumen, una experiencia breve pero intensa que te mantendrá pegado al mando durante un par de horas, y probablemente te genere interés por repetir para ver cómo puede cambiar el Motel Oxide. Los únicos problemas reseñables son las bajadas de rendimiento en Nintendo Switch.


Este análisis ha sido realizado con una copia para PlayStation 5 adquirida por la redacción y una copia para Nintendo Switch facilitada por Perp Games.