Entra (o parece que lo hace) a la última fase de producción

Ken Levine está más desaparecido de lo que cualquiera esperaría, teniendo en cuenta el estatus que tiene su nombre en la industria y que aparantemente se encuentra en las fases finales de su nuevo proyecto, bajo su nuevo estudio, Ghost Story Games, fundado en 2017 fruto del cierre de Irrational Games allá por el año 2014. Y aunque el silencio es máximo en todo lo que se refiere a este nuevo proyecto, del que por no saber, desconocemos aún su título o nombre en clave, las ofertas de trabajo publicadas para el mismo dejan pequeñas pinceladas de su estado. De cara a la última publicada en su estado original (ya que ha sido modificada para ocultar las novedades), el proyecto estaría entrando en las últimas fases de producción, y el equipo contaría ya con cerca de 35 empleados.

La experiencia de Levine en títulos como System Shock 2 o Bioshock (entrega original e Infinite, ya que no estuvo involucrado en el desarrollo de Bioshock 2) es recomendada para el trabajo, lo que acompañado del tema principal del juego (“un nuevo e inmersivo First Person Shooter de ciencia ficción con elementos RPG”) puede aventurar 2 opciones: el juego que siempre quiso hacer con Irrational Games y no pudo, o un estancamiento como creativo que limita el género y temática de sus proyectos.

No nos engañemos, ningún Bioshock ha destacado en exceso por sus características jugables (no dejan de ser shooters con poderes especiales) sino por la narrativa, y no tanto en la forma como en el contenido. Y es esto último lo que parece que el creativo estadounidense quiere cambiar con su obra en Ghost Story Games. El interés de Ken Levine por el sistema Némesis de La Tierra Media: Sombras de Mordor a nivel narrativo nunca ha sido casual, y son numerosas las veces que ha mencionado que su próximo título integrará elementos similares a su narración. Si a esto sumamos su “odio” a las cinemáticas, las cuales pretende enterrar de forma definitiva, ya que en Bioshock seguían estando presentes en momento muy concretos de la trama, por más que la entrada a Rapture fuera una exposición con (pequeña) libertad en lo jugable.

Creo que a estas alturas nadie duda del valor sobre seguro que supone apostar por la calidad de un título de Levine, pero tal vez su propio nombre y ambición puedan jugar en su contra. Esa aspiración a marcar la diferencia frente al resto de la industria supone un intento de soplo de aire fresco en comparación a otras obras, pero esta vez la cantidad de recursos disponibles puede jugar en su contra. Eso, suponiendo que, y raro sería cualquier otra posibilidad, no renuncie al éxito comercial y quiera quedarse solo con el crítico, quedando relegado a la categoría de juego de culto (y que no triunfó por [inserte motivo]).

‘Would you kindly?’

Y sería raro, sí, pero cuando la única información de un proyecto anunciado (no estamos ante filtraciones, ya que el desarrollo lleva siendo de conocimiento público años) que cuenta con nombres relevantes de la industria se obtiene a partir de ofertas de trabajo que más tarde son modificadas, algo no huele bien. Ni nombre, ni una captura, ni una muestra de arte conceptual… y si es cierto que están entrando en las fases finales de producción, ¿a qué esperan para mostrar algo? El nombre de Ken Levine garantiza atención, después de todo, pero también expectativas. Y más cuando la propia 2K también tiene anunciado una nueva entrega de Bioshock de la que tampoco se sabe nada, que puede ser un golpe fatal a nivel de márketing. Saga conocida, con más recursos a su alcance, y tal vez esa cierta justicia poética de que abandonar una franquicia para hacer lo mismo con otro nombre no fue la decisión correcta. Pero ya se sabe, el hombre elige, el esclavo obedece.