Se acabó el meme del payaso

Nunca vamos a superar el subtítulo de nuestro artículo del año pasado. Sin embargo, más allá de nuestro ingenio (obviamente, in decrescendo), pocas cosas han cambiado desde entonces. 2025 nos ha pasado por encima, arroyándonos como una bola de demolición, pero nosotros nos sentimos igual. Quizás con una consola nueva bajo el brazo (una que ahora nos permite jugar a Cyberpunk 2077 en el tren), o con un tattoo de un juego que hasta hace unos cuantos meses ni siquiera conocíamos (Esquie se merecía un hueco en mi manga derecha), pero igual que siempre.

A continuación os dejamos una lista de los que, para nosotros, han sido algunos de los mejores juegos del año. Juzgándolos bajo el mismo criterio de siempre:

Juanma Sarrión: Clair Obscur: Expedition 33

Me es muy difícil elegir cuál ha sido el mejor juego de 2025 de los que he jugado en estos últimos 365 días. Y a pesar de lo que la mayoría pensarán, esa dificultad no es debido a la ingente cantidad de títulos que he terminado, sino a la casi inexistente cantidad de ellos que han sido lanzados este mismo año. Con el tiempo me he dado cuenta que los videojuegos me gustan igual que la pizza: de un día para otro. Así que al año o dos de haber salido un juego, es cuando decido sumergirme en él. Suena un poco meme pero perdón por el retraso.

Esto me obliga a debatirme entre 2 títulos concretos que, además de haber salido este mismo año, han sido para mí una fantasía a todos los niveles. Y aunque no me guste seguir las modas, mi indecisión está entre Blue Prince y Expedition 33 (para sorpresa de nadie). Ambas han sido historias que me han atrapado y las he explotado a más no poder, metiéndome de lleno en todos sus aspectos. La historia de ambos es increíble, la banda sonora única y la jugabilidad es de lo mejor que he probado a los mandos. Pero esto va de decidir quién está en la cúspide, y aunque papá Kojima me mire mal, tengo que darle un premio más a Clair Obscur: Expedition 33. Pero yo de momento no se lo voy a quitar. De momento.

La primera obra de Sandfall Interactive ha supuesto para mi la reconciliación con el combate por turnos, algo que solo había logrado la saga de Dragon Quest. Probablemente no pueda decir nada sobre este juego que no sepáis ya (aunque en INDIEferente tengo un video sobre 33 Curiosidades acerca de él y de su banda sonora) pero una vez más me reafirmo en su incalculable valor. No solo como videojuego “independiente”, sino en lo que ha supuesto para la industria con el tamaño de su equipo y su precio de salida. Además de, por supuesto, tener un lore alucinante que aún tiene mucho que contar y unos personajes —y doblaje— carismáticos a los que les cogí un cariño tremendo. Sobre todo tras los últimos minutos de juego, cuya decisión fue para mi de las más difíciles que he tenido que tomar a los mandos. ¿Y qué decir de su música que no hayan dicho ya los millones de videos reaccionando a ella? Por todo ello y lo que aún queda por venir en esta saga, no puedo sino alabar lo que Expedition 33 ha supuesto para mi este año y elegirlo como mi más sincero GOTY de 2025.

Charlie Sánchez: Ninja Gaiden Ragebound

En 2025 he jugado muy, muy poco. Menos aún, juegos que hayan salido este año. En mi backlog esperan pacientes, entre otros, Dispatch, Donkey Kong Bananza, Kingdom Come Deliverance II y Silent Hill f (con este último saldaré mi deuda este enero, pinky promise). Obras que tienen todas las papeletas para volarme la cabeza, y en algunos casos, para entrar en mis tops de todos los tiempos. No obstante, no siento que lo tengan especialmente fácil en su comparación con el que para mí es uno de los mejores y más redondos videojuegos que ha parido la industria española en la última década: Ninja Gaiden Ragebound.

El que podría parecer el hermano pequeño de todos los lanzamientos que estaban previstos para este 2025 (Ninja Gaiden 4, Ninja Gaiden 2 Black) ha resultado ser, con diferencia, el título más acotado y mejor rematado de todos ellos. Y es que, sin mucho miedo a la discusión popular, creo que todos podemos admitir que el mejor Ninja Gaiden es españolRagebound es rápido, fiero. Es divertidísimo, y está extremadamente concentrado. Además, tiene ideas frescas que aportan y que sabe exprimir, y está fuertemente orientado a la rejugabilidad, reviviendo las sensaciones a los mandos de las primeras entradas de la serie.

Por salvar una saga histórica, por poner a The Game Kitchen (aún más) en el mapa, por poner un juego sevillano en las manos de Neil Druckmann… ¡gracias, Ragebound!

Jaime Llanos: Hollow Knight: Silksong

El juego de la bicha ha sido todo un fenómeno desde el momento en que se anunció entre 2017 y 2018. Su eterno desarrollo y constantes retrasos lo convirtieron en un mito más grande que la reputación del Hollow Knight original y es por esto mismo, quizás, que el juego terminó siendo tan divisivo; sí, a pesar de ser recibido superbien tanto por la crítica como por los fans, ha habido un porcentaje de gente nada desdeñable que o bien sus expectativas eran demasiado altas como para que cualquiera haya sido el resultado pudiesen quedar conformes o bien gente que no había jugado a su predecesor y quiso entrar directo a Silksong, esperando un juego mucho más accesible para todo el mundo.

Y es en parte por el hecho de que Silksong no está hecho para todo el mundo que me ha gustado tanto. Team Cherry hizo el juego para aquellos jugadores que se pasaron una y otra vez Hollow Knight, vencieron los panteones y terminaron todos los DLCs primero y el resto en segundo lugar.

Si bien el juego dista de ser perfecto; teniendo un sistema de progresión de habilidades que tarda demasiado en extenderse, quedando las últimas habilidades para recién el último tercio del juego, siento que las críticas más usuales que se le hicieron al juego fue precisamente por la tan inquebrantable visión que tenía Team Cherry en cuanto a qué querían que fuese Silksong.

Ya lo mencionamos en nuestro canal de YouTube y es que, si algo terminó afectando al juego fue la ambición de un equipo —guardando las proporciones— pequeño. Si Hollow Knight fue inspirado por Dark Souls, Silksong parece haber seguido los pasos de Dark Souls 2, con un mapa mucho más extendido y menos interconectado, con lugares hostiles repletos de trampas y emboscadas y una dificultad que a ratos pareciera ofender al jugador. Pero, al final del día, no solo terminó siendo una obra que estuvo a la altura de mis expectativas, sino que además desafió mi visión sobre lo que podría haber sido una secuela de Hollow Knight y, más importante aún, hizo que me interesara su historia y sus personajes, algo que Hollow Knight nunca logró hacer.

Enzo Tedesco: Donkey Kong: Bananza 

Sé que en HyperHype no le otorgamos una nota numérica a cada juego, pero personalmente suelo darle un valor a cada título para tratar de plasmar más o menos el impacto que ha tenido en mí como obra artística (ya sea por inspirarme, emocionarme o por darme una muy buena experiencia). Me he pasado casi 60 títulos lanzados en 2025, por lo que es un año del que realmente no me he perdido casi nada. De todas estas obras, solamente 3 se han llevado el 10/10: DOOM: The Dark Ages, Donkey Kong: Bananza y Hollow Knight: Silksong. Siendo sincero, Silksong es mi GOTY, pero para variar un poco las cosas y no repetir título respecto a Jaime (aunque tenemos una opinión muy parecida al respecto), debo escoger entre DOOM y el mono.

Adoro DOOM con todo mi corazón (y la trilogía moderna me parece una masterclass de cómo revolucionar completamente el género FPS tres veces seguidas), pero Donkey Kong: Bananza es mi elección.

Puesto que tengo una crítica de ambos en la página, no voy a soltar mucha turra, pero debo hablar de él un mínimo porque sé que muchos no habréis tenido oportunidad de jugarlo por ser exclusivo de Switch 2. Bananza es todo lo que busco en un videojuego. Desafía los límites del género al que pertenece con esa libertad con la que soñaba cuando descubrí los videojuegos de pequeño. De normal, un mundo abierto suele regirse por unas limitaciones claras, supongo que para que no podamos romper el juego con demasiada facilidad (y que el desarrollo no dure más de una década).

Bananza Nieve

Aun así, siempre he deseado que un videojuego me diera esa sensación de libertad absoluta, y es lo que hace este título a la hora de poder destrozar el mapa entero de cualquier nivel hasta dejar una plataforma completamente plana o algunas plataformas metálicas flotantes. Es como si el equipo del juego no tuviera miedo de que rompamos todo (aprovechando las mecánicas y transformaciones de DK para acelerar el proceso) o de que nos saltemos un puzle o sección por completo, y eso es algo que respeto muchísimo.

Un juego indie podría ser así de experimental con su mapa, pero probablemente no podría conseguir un resultado como el de Bananza por su escala reducida. Por otro lado, no pensé que un AAA fuera a asumir este riesgo. Aprecio muchísimo que este juego nos deje ver “su esqueleto” de esta manera, y que incorpore eso de manera orgánica en su gameplay y hasta nos incentive a desafíar sus límites. Donkey Kong: Bananza hace esto y mucho más (el resto de los aspectos del juego son igual de buenos), y por ello se convierte en mi juego de plataformas favorito de todos los tiempos.

Manu Casal: Skate Story

Estaba dándole vueltas al GOTY de este año, pero la vida adulta me tiene bastante atareado estos últimos meses y, para mi sorpresa, veo que Enzo, Jaime y compañía ya están seleccionando las que eran mis apuestas fuertes. Pues nada, toca ponerse alternativo. Tenía en mente opciones potentes como Kingdom Come, Dying Light: The Beast o Hell is Us con los que disfruté bastante, pero voy a venirme arriba y referenciar a Skate Story. Lo terminé hace poco y, aunque juega en una liga completamente distinta a los títulos que le acompañan en esta lista, creo que la experiencia merece la pena.

Es curioso, este año salió Skate., el juego que continúa la saga de EA y, sorprendentemente, resulta que Skate Story es el mejor juego de patinar del año. Esto igual no contenta a muchos, pero lo siento, Skate. ha apostado por un sandbox muy interesante de cara a jugar tranquilo y a tu bola, con un control divertido y con el espíritu de su saga de fondo, pero lo ha llenado de eventos temporales, tiendas con cajas de botín y un sinfín de cosas para conectar cuando, en mi cabeza, juego a títulos de skate para rodar y hacer justo lo contrario: desconectar del todo.

Skate Story quiere viajar al fondo de tu mente, quiere darle vuelta a temas interesantes al mismo tiempo que quiere que hagas el kickflip más molón posible para que una especie de deidad flipe con tus habilidades sobre la tabla. Porque a veces solo necesitas eso, música a todo volumen y mucha velocidad. Cada año que pasa necesito más juegos en los que simplemente estar, ser y sentir. Aquí encontré toda una catarsis sobre ruedas.

Julio del Rey: Blue Prince

Este año ha habido un juego que, si bien me ha hecho dedicarle un buen número de horas, este palidece al lado de las que he pasado pensando en él. Sumando a esto que es una de esas propuestas que te obligan a estar con un cuaderno al lado para tomar notas constantemente, no tengo más remedio que darle mi nominación a Blue Prince; la endemoniadamente compleja propuesta que unos noveles Tonda Ros y su equipo, Dogubomb, han tenido a bien en regalarnos este 2025.

El concepto básico, más acorde a un juego de mesa que a un roguelite, consiste en que tenemos que ir edificando una mansión, habitación por habitación, con un número de movimientos limitado, eligiendo una de las tres opciones que se nos presenten al abrir cada puerta. El giro de la rejugabilidad en bucle que caracteriza al género viene dado por el hecho de que, al agotar nuestros movimientos tendremos que irnos a dormir y, cada noche, el plano de la casa se reiniciará, teniendo que volver a comenzar la construcción de cero –pero con los conocimientos adquiridos en cada una de las partidas– a la mañana siguiente. Una idea interesante per se, pero que viene aderezada con una trama deliciosamente enrevesada, presentada magistralmente en forma de narrativa ambiental. Y hasta aquí puedo leer, ya que es una de esas veces que cuanto menos sepáis, mejor; y porque mi compañero JP ya le hizo un análisis excepcional, que tenéis aquí al lado. Os recomiendo que le echéis un ojo, especialmente porque incluyó imágenes de los cuadernos de notas de algunos de la redacción.