Más dispositivos en los que extender sus dominios

 

Las filtraciones no están a salvo para nadie, ni siquiera para Microsoft, que ayer pudo ver como Windows Central adelantaba el que puede ser su nuevo producto, denominado en clave como “Keystone”, que seguiría en iteraciones a nivel interno, pero que en resumidas cuentas, más allá de ser un dispositivo multimedia basado en streaming, se podría traducir como el “Chromecast de Microsoft para videojuegos en streaming“. (Sí, literalmente el título del artículo, lo siento).

Dejando un poco a lado las comparaciones con Google, ya que por mucho que les haya ido de perlas con Chromecast, su paso por el sector del videojuego hasta ahora ha sido más bien para fracasar notablemente con Google Stadia en la primera opción enfocada al streaming, lo más obvio es pasar a tirar las líneas entre este Keystone y PlayStation Now, aunque vaya a desaparecer en breve gracias a ese magnífico cambio de su sistema de suscripciones anunciado por Sony con próxima implementación. Sí, Microsoft opta por un soporte físico frente a un servicio íntegramente digital como hacía Sony, pero a falta de que se anuncie oficialmente y se muestren sus especificacioes, todo apunta a que estará basado en Xbox Cloud Gaming. En este caso, Keystone sería simplemente un soporte para ejecutar juegos en la nube (y ser transmitidos a la pantalla de nuestra elección), siguiendo hasta cierto punto la filosofía de Xbox One S, que eliminaba el lector de discos para optar únicamente por el formato digital, pero un paso más allá, llevándolo al terreno del juego en la nube, ese que Microsoft ha estado predicando desde hace casi 10 años.

Dentro de esta coherencia argumental, está claro que los planes de Microsoft, avalados por el avance tecnológico, van en la línea de reducir progresivamente el hardware necesario para jugar, sin por ello renunciar a estar presentes en todas las plataformas.

Xbox Cloud Gaming es la piedra angular de esta propuesta, lógicamente, pero se trata de un puzle que necesita que todas las piezas encajen, y un teléfono móvil como dispositivo no siempre es la herramienta más adecuada para jugar. El debate de los controles táctiles, aunque ya superado parcialmente, no está resuelto, y no en todos los casos hay un mando a mano para evitar ocultar gran parte de la pantalla con uno virtual. Pero para los casos en los que haya mando, incluso una gran pantalla, este Keystone puede simplificar todo y, en definitiva, dar lugar a una experiencia de juego mejor.

Además, por la propia definición del dispositivo, probablemente sea asequible, y no sería descabellado verlo en packs con mandos inalámbricos de Xbox y suscripciones de Xbox Game Pass. Esto no solo ayudaría a que Microsoft pudiera ponerse la medalla de que facilitan el acceso del videojuego a todos los usuarios, sino que además ampliaría puertas para su cartera de estudios. Todo, al fin y al cabo, es una estrategia dirigida en una misma dirección. El monopolio no tiene que llevarse a cabo necesariamente mediante consolas Xbox, con la marca basta y sobra, y Microsoft lo sabe. Todo lo asociado a la marca es fácilmente prescindible si supone una mayor impresión de billetes, de ahí que cosas que en su día se podrían haber visto como descabelladas ahora se dejan caer, como es la llegada de Xbox Game Pass a plataformas que no están bajo el control de Microsoft. Ya se sabe, no hay límite cuando piensas en verde.