Spooky detective

Juegos míticos como Ghost Trick surgieron con la doble pantalla de Nintendo que, englobando a las familias de DS y 3DS se ha convertido, probablemente, en uno de los conceptos de portátil más queridos por la comunidad de jugadores. Títulos basados en gran medida en el aporte de la pantalla inferior táctil que hicieron única su jugabilidad, en ocasiones con apuestas arriesgadas como la de The Legend of Zelda: Phantom Hourglass y The Legend of Zelda: Spirit Tracks, del que hablé hace unos meses aquí, en HyperHype.

Ghost Trick: Phantom Detective es uno más de esos juegos que tanto nos marcaron en su momento, tal vez porque para muchos fue, junto a la saga Phoenix Wright o al mítico Hotel Dusk, las primeras incursiones en videojuegos orientados en gran medida hacia una narrativa trepidante y que no requerían habilidades jugables demasiado complejas. La premisa inicial parece sencilla, a la vez que confusa: acabamos de morir asesinado y, como espíritu, vagamos entre el mundo de los vivos para intentar descubrir qué ha pasado, con la tensión de fondo que implica el conocimiento de que abandonaremos ese estado de limbo al amanecer, perdiéndonos para siempre. ¿Todos los muertos hacen esto? ¿Cómo podemos emplear nuestros poderes? Muchísimos interrogantes surgen desde el comienzo y poco a poco se irán retorciendo hasta un final trepidante que nos mantendrá pegado a la pantalla durante horas.

Es imposible no acordarnos del bueno de Phoenix cuando encarnamos a Sissel, el recientemente fallecido joven con traje rojo y gafas de sol que, además de ser carismático, tiene reacciones tan cercanas a las nuestras que no queda otra que maravillarnos con su comportamiento. La convenientemente determinada para el guion pero muy adecuadamente planteada amnesia que sufre nuestro protagonista es el motor que mueve toda la trama, poco a poco ordenando todo lo que sabemos del mundo que nos rodea, intentando relacionar las cosas para explicar qué se supone que está pasando y por qué parece que esta noche es especial.

Ghost Trick es una aventura narrativa, pero emplea multitud de puzles que nos obligan a usar nuestros poderes. Principalmente podemos interactuar con los objetos inanimados, activando su función. Por ejemplo: utilizar un paraguas hará que se abra o se cierre, mientras que una linterna se encenderá y apagará. Esta aparentemente simple funcionalidad se disfruta enormemente por la variedad de objetos existentes y los matices que irán incluyéndose conforme avancemos en la trama, que no destriparemos por cuestiones obvias.

Quizás, la mecánica en la que nos basaremos para resolverlo todo sea la del control (muy limitado, pero sí interesante) del tiempo. Es prácticamente lo primero que nos explican. Si interactuamos con un cadáver de los que encontraremos a lo largo de una noche llena de misterios, podemos regresar hasta cuatro minutos antes de su muerte, obteniendo así la posibilidad de cambiar su destino y alterar el presente. Además, mientras nos desplazamos en el “modo fantasma” veremos los nodos entre los que podemos movernos como espíritu saltando de objeto a objeto, sin penalización alguna en el avance temporal pues todo estará detenido. Esto es lo que nos permite desplazarnos velozmente para crear una especie de efecto mariposa que altere toda la estancia y el personaje objetivo vea su vida salvada. Parece simple pero, en ocasiones, solo unos segundos nos separan de tener que reiniciar, aunque estos reseteos no son nada tediosos y nos servirán para ir obteniendo pistas de cómo proceder, alterando el destino a modo de “checkpoint” hasta que cada sujeto esté definitivamente a salvo.

Hablábamos antes del carisma de nuestro protagonista, pero los personajes a los que salvaremos, así como otros secundarios, no quedan lejos de la excentricidad más absoluta digna de personajes sacados del manganime japonés que muchos adoramos. Todo con una animación que lleva cierta profundidad en los modelados y que, ciertamente, alcanza aquí una distinción clara frente al estilo de Phoenix Wright. Teniendo en cuenta que son numerosos los personajes con los que nos encontraremos, la inclusión de un diario que recapitule la información que tenemos de cada uno es de agradecer, algo que también parece sacado directamente de la saga de nuestro querido abogado. Todo esto no es de extrañar, pues es Shu Takumi la principal mente detrás de ambas obras de Capcom y su presencia es tan notable como bienvenida.

Aunque no todo son similitudes. Quizás, el mayor choque con el que me he encontrado ha sido la temporalidad en sí misma. En Phoenix Wright, la sensación de investigación progresiva, de diálogos extensos, era más que notable y requería incluso de cambios de localizaciones constantes para examinar e intentar cuadrar la investigación. Por otro lado, Ghost Trick nos plantea una sucesión de eventos más apresurada, pues todo sucede en una noche y, aunque algunos capítulos son más pausados, no tendremos demasiado tiempo para relajarnos. Podemos viajar entre localizaciones, sí, pero lo haremos de forma casi obligada cuando toca, a través de un curioso sistema con el que se solventa la limitación física de tener que movernos de objeto a objeto: el emplear las líneas telefónicas para atravesar toda la ciudad en segundos. Es algo bastante curioso, aunque, de nuevo, lo utilizaremos cuando sea necesario y de poco servirá estar todo el rato intentando visitar otros lugares a ver si allí hay algo nuevo, pues en líneas generales sabremos siempre a dónde ir.

Al principio, todo sucede en una sala sin demasiadas complicaciones, pero conforme aprendamos a jugar mejor, tendremos que movernos entre varias instancias para resolver el puzle. A menudo, lo haremos a contrarreloj y, como ya hemos mencionado, es esa tensión extra, sumada a los interesantísimos giros de guion, lo que hace a este juego una experiencia divertidísima. Y estos giros se suceden porque, como en cualquier historia que se precie, no todos los personajes ni las subtramas son fáciles de comprender y todo está lleno de grises, lo que acentúa el misterio, algo esencial para una obra que se basa en la intriga. He podido llegar a observar alguna que otra metáfora y reflexión más profunda de lo que esperaba, dado el tono que, como muchos títulos de la familia de Nintendo DS, no se caracteriza por ser exclusivamente adulto.

Ghost Trick: Phantom Detective es una de esas joyas que nos dejó la excelente portátil de Nintendo. Una etapa que no acabó del todo, pues la 3DS la sucedió incluyendo títulos con gran calidad como The Legend of Zelda: A Link Between Worlds o el nostálgico Bravely Default. Como bien nos tienen acostumbrados desde la compañía nipona: consolas y títulos que disfrutamos siendo niños pero que alcanzan dimensiones mucho más complejas jugándolos como adultos.