"Sin brújula y sin rumbo, no pares, quema rueda"

Un año ha pasado desde que Gear.Club Unlimited se puso a la venta. A  lo largo de estos últimos 12 meses, que prácticamente han compuesto la plenitud de 2018, nos hemos encontrado con fenómenos verdaderamente sorprendentes, habiendo protagonizado la inicialmente criticada apuesta de Microïds y de Eden Games por la conducción más arcade uno de ellos, pues, finalmente, ha logrado alzarse – quizás, por mera falta de competencia – como una de las mejores opciones a la hora de coger el volante, si lo que buscamos es hacerlo sin importar el momento ni el lugar. Es así como la citada desarrolladora, deduzco, comenzó a trabajar meses atrás en un segundo capítulo de la serie que puliese los grandes óbices que impedían disfrutar completamente de la experiencia original; capítulo que pudimos descubrir hace meses y que hoy, finalmente, tenemos entre manos.

Unlimited 2 se alza, así, como una propuesta sincera, que deja sus intenciones claras del minuto uno. Dado lo fugaz del desarrollo, la prioridad aquí, quiero imaginar, nunca fue reinventar un título correcto, que funcionó bien a nivel comercial, sino refinar sus principales mecánicas para hacer de él, además, una obra valiosa a nivel crítico. No obstante, discrepo notablemente con respecto a la filosofía llevada a cabo por el equipo de Eden, y es que, tal y como ahora os detallaré, se ha optado por la cantidad antes que por la calidad, encontrándonos ante una entrega vasta, divertida en un primer momento, pero que no tarda en caer en los más básicos erróres achacables al género.

Quizás lo más reseñable en este sentido sea la gran novedad que supone, para una aventura de estas características, incorporar nuevos biomas. Gear.Club deja de ser un juego de asfalto para dar pie a terrenos que van desde la costa hasta el desierto, pasando por biomas repletos de hielo que nos dificultarán acciones tales como tomar las curvas. Se trata de uno de los principales añadidos de la edición, que no duda a la hora de presumir de ello a través de los más de 3.000 kilómetros de carretera que podremos recorrer a lo largo de más de 250 carreras diferentes. Además, podremos hacerlo, si lo deseamos, en más de 50 coches completamente licenciados, provenientes de 23 escuderías francamente reconocidas como Mercedes, Mini, Bugatti o Porsche. Son cifras que, tal y como ocurre con las posibilidades jugables que se nos brindan, imponen, desde luego, pero que, a cambio, dejan a un lado esa obsesión por el detalle, parcialmente necesaria, que tantísima personalidad y fuerza le da a las grandes marcas como Forza o Gran Turismo.

No seré yo quien le reste importancia de más a los números. Nada más lejos de la realidad; creo que, si por algo es merecedor este Gear.Club Unlimited 2 de costar lo que cuesta (precio completo; en torno a unos 45, 50 euros) es, precisamente, por la ingente variedad de opciones de las que hace buena gala. No obstante, todos esos miles de kilómetros pierden fuerza cuando presentan ciertos recorridos o elementos comunes entre sí; cuando la inexistencia de atajos o de power-ups hacen que sea prácticamente imposible darle la vuelta a una carrera perdida, o cuando las potentes proezas de la automoción que nos hacen compañía hacen gala de una inteligencia artificial predecible, que mantiene la misma trazada y que permanece inmutable ante nuestro comportamiento en la calzada. Este último factor es, hoy en día, desafortunadamente grave, pues se trata de algo que podríamos llegar a perdonar sin demasiado esfuerzo si se hubiese implementado, en el estreno, un modo multijugador online de carácter competitivo; característica para la que aún deberemos de esperar unas semanas – donde la creación de Clubs, ya presente, pasará a cobrar un mínimo de sentido -. Al menos, eso sí, la aventura nos brinda la oportunidad de disfrutar del juego acompañados, presentando una modalidad a pantalla partida que, soportando hasta cuatro jugadores simultáneos, funciona francamente bien, adaptándose de manera potable a la naturaleza híbrida de la consola.

Gear Club Unlimited 2 mega HD

Por otra parte, si somos de los que preferimos jugar en solitario siempre podremos hincarle el diente al modo Carrera, una vertiente completamente renovada que ahora, con tintes de novela visual, nos permitirá vivir en primera persona la historia de un piloto revelación dentro de un club inicialmente en bancarrota, que deberemos de llevar hasta la gloria. Tal y como cabía esperar, las noticias que os puedo dar de la modalidad desde un punto de vista narrativo son verdaderamente nefastas, pudiendo conocer, a lo largo de nuestro periplo, una abrumadora cantidad de personajes inversamente proporcional a la calidad del guion que siguen al pie de la letra. Sin embargo, entiendo que la prioridad principal de esta campaña, que sigue una apta curva de progresión, no es otra que brindar un contexto a la sucesión de carreras que tenemos a nuestra disposición, las cuales se dividen en Derby (clásico enfrentamiento con posibilidad de colisión), Contrarreloj (competición contra fantasmas en la que deberemos de lograr el mejor trazado) y Último hombre en pie (donde el propio tiempo irá eliminando participantes hasta que solo quede uno). Y, siendo estrictos, podríamos decir que dicho objetivo lo consigue. Quizás de una forma un tanto justa, indeseable por momentos, pero lo consigue.

Este particular modo para un jugador nos servirá, además, para realizar una primera toma de contacto con nuestro renovado garaje, que ahora oculta más posibilidades que nunca. Para empezar, cabe decir que prácticamente todos los bólidos con los que nos hagamos a través de los respectivos concesionarios esparcidos por el mapa serán completamente modificables, pudiendo mejorar sus prestaciones y su apartado cosmético con diversas piezas, vinilos y colores. Más allá de eso, haciendo uso de los siete talleres disponibles podremos mejorar la aerodinámica del coche, reducir su peso y llevar a cabo una serie de opciones específicas que realmente aportan algo de profundidad a un conjunto muy necesitado de ella.

Gear Club Unlimited 2

Nuestro taller también es plenamente configurable, pudiendo cambiar su estética y ampliar su tamaño a placer.

Es una pena que dicha profundidad no se aporte al núcleo jugable, que sin lugar a dudas se ha visto refinado, pero que todavía se encuentra a años luz de los grandes exponentes del género. El sistema de derrapes, sin ir más lejos, es ahora algo más exigente, mientras que la sensación de velocidad se nota mucho más conseguida y las pruebas presentan una duración más extensa y, consecuentemente, más acertada. Como conglomerado de mecánicas, nos encontramos, con diferencia, ante algo más sólido que lo que recibimos a finales de 2017, pero sigue habiendo mucho margen de mejora, con un control que se antoja más tosco de lo que nos gustaría reconocer y unos derrapes de los que, salvo contadas excepciones, no merece la pena abusar. Tampoco ayuda el hecho de que ahora podamos enmendar hasta el más nimio fallo cometido con un nuevo sistema de rebobinado, que, como en la cinta de Adam Sadler, nos permite retroceder en el espacio y en el tiempo de manera indiscriminada. Una idea que podría haberse alzado como un concepto interesante, pero cuya terrible ejecución acaba haciendo de las pruebas a superar un mal chiste exento de reto.

Acabando con el pesimismo, llegamos a un apartado técnico que rasca más de la cuenta (especialmente, en modo portátil), pero que afortunadamente raya a buen nivel gracias a su trabajada iluminación y a su genial gestión de modelados e interfaz. Siguiendo la línea general de la propuesta, encontramos, aquí también, una preocupante falta de detalles, pues diversos problemas técnicos – como aquellos relativos al popping o a las físicas del título -, aderezados por unas pantallas de carga extensísimas y por una ausencia total de desgastes mecánicos, restan enteros al conjunto. Probable fruto de la alta carga gráfica del mismo, entiendo que estos elementos pueden ser en mayor o menor medida justificables; a pesar de ello, existen otros atributos del apartado audiovisual, como los sonidos de los vehículos, que no tienen perdón. No puedo decir lo mismo de la banda sonora, que, en comparación con lo comentado, sí que me ha dejado un gran sabor de boca; al César lo que es del César.

Beerbongs & Bentleys

Gear.Club Unlimited 2 se corona en su paso por Switch como una experiencia muy accesible – quizás, demasiado -. Una decidida apuesta por la fuerza bruta que se disfruta, y de buena manera, durante las primeras horas de juego, así como en buena compañía. No obstante, sus propias ausencias le acaban pasando factura a largo plazo, donde la fascinante sensación de velocidad y los desorbitados números dejan paso a una inexistente profundidad jugable, que evidencia la deleznable IA enemiga y los problemas técnicos de la propuesta. Una aventura sencilla, parcialmente recomendable entre el catálogo de la plataforma, que para hacerse con la copa tiene todavía mucha carretera que recorrer.


Este análisis ha sido realizado con un código de descarga para Nintendo Switch cedido por Meridiem Games.