"It's bigger on the inside"

La primera vez que entré en la mansión no sabía a qué me estaba comprometiendo. Armado con un diccionario inglés (de uso, no el bilingüe) y un bloc de notas, me adentré en una aventura como pocas he vivido. Blue Prince no es un juego cualquiera, y conforme pasan las horas se descubre que tampoco es para todo el mundo. Es un misterio caprichoso que ansía ser resuelto, pero exige mesura por parte del jugador. Cada día es una oportunidad para desenmarañar una madeja de preguntas que no podemos ni empezar a formular. Cada uno conectará a su manera, encontrará ciertas soluciones y seguro que se deja mucho por el camino. Tampoco es plan de empacharse, pero es la primera vez que un juego de estas características me ha hecho suspirar un “hasta aquí”.

Blue Prince fotografía

A estas alturas se sabe que la mansión es mucho más de lo que parece, que hay una cantidad ingente de secretos y que cada puzle es solo una pieza para comenzar el siguiente. Hay mucha tela que cortar, así que empecemos desde el principio: llegar a la habitación 46. Lo primero que vamos a necesitar es una libreta. Hay quien es capaz de organizar todo en un Excel o en Notion, pero prefiero la libreta porque es mucho más sencillo recordar todo cuando se escribe. Cada habitación estará llena de objetos que serán (o no) útiles a la hora de cuadrar patrones o representar ciertos conceptos. Hacer capturas de pantalla se volverá imperativo, y el juego es consciente de ello. Para aliviar el impacto de un inicio tan abrumador, se lleva cuenta de las habitaciones visitadas, así como dibujos que servirán como recordatorio de su planta. Por fin, encontraremos el inicio de uno de esos hilos, y empezaremos a seguirlo… hasta el final del primer día. No serán los apuntes más limpios ni ordenados, pero serán un punto de partida para volver al día siguiente.

Blue Prince nostas

Buena suerte entendiendo algo

En una de estas primeras visitas, tendremos que parar antes de entrar para reordenar nuestras ideas. Aquí se harán palpables dos verdades que se cimentarán hasta convertirse en ley: cada día en la mansión, siendo conservadores, durará aproximadamente dos horas, y será necesario hacer un trabajo previo antes de volver a entrar. Este último punto es, a mi parecer, lo que le da sabor a la aventura. Quizá has estado apuntando una serie de elementos cuya relación comienza a cobrar sentido, lo que llevará a la reorganización de los mismos. Puede que incluso estos elementos formen parte de varios puzles a la vez. Es lo más parecido a visitar la escena del crimen y volver a comisaría a poner chinchetas y cordones por doquier. Quizás tengas que pararte a imprimir algunas capturas y trabajar encima de ellas. Así, nuestra libreta irá engordando poco a poco y tomando forma.

Que cada partida sea tan larga exige un compromiso claro. No se puede entrar a la mansión por las buenas, ya que la cantidad de información recabada nos va a saturar. Hay que prepararse bien, hacer dibujos, apuntar sospechas e ir resolviendo puzles. Gran parte de Blue Prince se va a desarrollar fuera de la mansión, y necesitaremos sentarnos en esa hoguera a descansar, al igual que el protagonista. Marcarse prioridades es esencial para entrar a tiro fijo, ya sea para explorar un ala de la mansión o solucionar un acertijo. Si nos bloqueamos hacia ese objetivo por la razón que sea, habrá que cambiar de prioridad y seguir con otro misterio, pero todo avance es una victoria. El tiempo en la mansión avanza lento pero constante, no lo detiene ni el menú de pausa. Implica reservarse dos o tres horas seguidas a riesgo de quedarse corto, y si tienes una cantidad interesante de responsabilidades puede significar visitar la casa de forma esporádica. Otro punto para la libreta.

Cada misterio es la llave que abre la puerta al siguiente

blue prince notas julioCada dibujo, cada línea escrita, cada tachón, cada margen ocupado darán cuerpo a esa libreta. Sin ser parte intrínseca del juego, forma igual parte del mismo que los escenarios o las texturas. La libreta es un objeto que vas a llevarte a todos lados porque no vas a poder dejar de pensar en ella. Aprovecharás los viajes en metro, los descansos para el café, las pausas para ir al baño, cualquier cosa con tal de poder echar un ojo a uno de sus misterios o para apuntar una solución que te ha venido de improviso. No escogí la mía por sus características únicas, fue la primera que encontré. Ahora me da hasta apuro guardarla, necesito tenerla a mano porque no puede ser casualidad que haya varios tipos de letra y que los colores tienen deben tener un sentido. Tampoco lo son los cuadros, ni los nombres de los familiares ni los animales ni las flores. ¡Los malditos sombreros! No, en serio, ¿por qué se repiten los cuadros en las mismas coordenadas? ¿Qué tienen que ver una novia y un puente? ¿Por qué no tengo un C2 en inglés?

blue prince notas javiCada paso nos acerca tanto al final de una pregunta como al comienzo de otra. Al sinfín de dudas y patrones hay que añadirle un elemento más: la barrera idiomática. Que Blue Prince suene a blueprint no es un juego de palabras para un título gracioso. Es una declaración de intenciones de que el lenguaje moldea el entorno percibido. Ya se ha comentado que localizar este juego es imposible sin tener que rehacer partes enteras del mismo, y eso muestra lo potente de su mensaje. La realidad inicial es que hemos heredado una casa y nuestro tío nos la deja en herencia si encontramos esa habitación misteriosa, pero no es toda la historia. Entramos como un niño inocente que debe conocer la verdad de la mansión, de la familia y de su mundo. El juego nos acompaña en la reflexión al no poder apenas correr y echar la mayoría de ratos en silencio, a solas con nuestros pensamientos. La mansión nos acoge, sin ser del todo conscientes de hasta qué punto podemos malear y tomar el control de la misma. A veces parece que toma las decisiones por nosotros, creando el camino hacia un objetivo probablemente desconocido.

Cada habitación es un recordatorio de lo que nos estamos dejando sin resolver. Siempre se nos va a escapar algo, pero no podemos hacerlo todo a la vez. Blue Prince está formado por capas y capas de acertijos mezclados con mecánicas que han estado ahí desde el principio. Llegar a ese objetivo principal es una mezcla de estrategia, conocimiento previo y suerte. Obtener un nombre o abrir una nueva habitación son suficientes para liberar una serie de problemas encadenados, pero siempre va a haber más. No voy a poder seguir investigando la casa durante mucho tiempo, en gran medida porque no dispongo del privilegio de echar una tarde entera jugando. Hay personas con más de 150 horas que aún les queda mucho por explorar, así que me voy tranquilo. Aparte, cometí el error de avanzar mucho sin pararme a limpiar los apuntes, por lo que tendría que reordenar una gran cantidad de capturas y páginas antes de plantearme volver a entrar.

Blue Prince chimenea

Hay seis relojes en esta sala para recordarte que llegas tarde a cenar

Quizá nunca sepa todo lo que aguarda en la mansión, pero seguro que cuando vuelva habrá algo nuevo para mí. Ha sido una experiencia inolvidable que no he parado de recomendar. Si se juega en grupo puede ser aún más entretenido, da mucho pie a comentar teorías y viene bien contar con varias cabezas pensantes. Sin embargo, lo mejor ha sido compartir mi experiencia y lo que iba descubriendo con familiares y amigos. No he visto a mi abuelo tan interesado en un videojuego como con este. Sí, puede ser cargante hacer deberes. Sí, hay que reservarse varias horas para jugar sin interrupciones. Sí, hay que saber inglés. Mi recomendación es que vayáis a por el objetivo principal, que no penséis en descubrir de primeras todo lo que ofrece. Apuntad todo, compartidlo con el resto y disfrutadlo. Hay misterios que nunca se van a resolver, pero es parte del encanto.


P.D.: He resuelto un puzle y encontrado una pista mientras rebuscaba en mis capturas.