Coherencia y equilibrio

The Council es una aventura narrativa de misterio desarrollada por Big Bad Wolf que ha visto la luz en formato episódico a lo largo del 2018. Desde el 13 de marzo hasta el 4 de diciembre, un total de cinco episodios han ido publicándose en intervalos de dos meses aproximadamente. Esta aventura narrativa no es una aventura narrativa al uso, sino que proporciona una jugabilidad mayor al incorporar elementos propios de los juegos RPG. Es decir, no sólo influyen las decisiones que tomas en sí, que en este caso es cierto que afectan al desarrollo de la trama, sino que todo ello viene marcado por cómo crees a tu personaje y qué habilidades decidas potenciar y mejorar.

A pesar de estas características que el juego mezcla con maestría, The Council no es un juego para todos los públicos. Vamos a explicar por qué, pero antes ¿de qué va esto?

The Council

El juego se ambienta en el año 1793 y empieza con la premisa de que la madre del protagonista ha desaparecido en una pequeña isla coronada por una gran mansión. La historia del protagonista empieza allí, donde se ve forzado a salir de su zona de confort y explorar en busca de respuestas. Ahora bien, aunque este gancho narrativo pueda resultar interesante, el tema del juego gira alrededor del poder. El afán de dominación por el control del mundo.

Podríamos decir entonces que, llegas por un motivo, descubres muchas otras cosas y el motivo principal que parecía tener gran peso acaba pasando a un segundo plano (aunque siempre estaran relacionados, ojo). Este cambio del peso de una trama a otra está tan bien hibridada y es tan sutil que el nivel de inmersión que el usuario puede llegar a alcanzar es para quitarse el sombrero.

¿Por qué The Council no es para todos los públicos?

Principalmente, no es un juego para todos los públicos por dos motivos:

  1. Es una aventura narrativa donde no hay momentos de acción (acción entendida como dar golpe – recibir golpe). El ritmo es pausado y todo gira alrededor de conversaciones y diálogos entre los personajes. Los jugadores que no tengan simpatía por los juegos narrativos no se sentirán especialmente a gusto en este juego.
  2. El contenido es denso. El juego incorpora mucha información sobre historia, religión, mitología y arte que forma parte fundamental de los puzles y de la trama (apelando a la coherencia del universo, por cierto). Es por ello que reclama de bastante atención y concentración por parte del jugador que debe ser capaz de asimilar todo este contenido y de hilarlo entre sí. Dicho con otras palabras, cada detalle importa y todo tiene un sentido de ser. Y hay mucho detalle.

The Council 6

Diseño del universo y equilibrio de tensiones

Se nota que detrás del juego hay un gran trabajo de investigación y documentación que funciona como pilar sobre el que se construye todo lo demás. Lo primero, los hechos históricos y luego en base a ésta, el diseño del entorno, personalidades de los personajes y la trama. Esta característica hace que todo el juego respire una homogeneidad que sumada a la jugabilidad convierte la experiencia en un conjunto coherente que empuja al jugador a meterse y perderse dentro el mundo creado.

Sin embargo, para conseguir un buen nivel de inmersión no solo basta con la coherencia de una historia, un entorno y los elementos que en ellos se desarrolla, sino que también es necesario un buen equilibrio de tensiones. Con esto me refiero a que cada uno de los acontecimientos que suceden tienen que suceder en el momento que toca y de la manera que toca. Y por supuesto, The Council, no podía fallar.

El resultado es que consigue que el jugador acabe desconfiando de todo el mundo (hasta de los personajes que creías conocer) y dude en todo momento de cómo reaccionar, qué contar a quién, y qué no. Consigue que siempre tengas esa sensación permanente de no saber qué se esconde realmente detrás de cada personaje y que hay algo muy grande más allá que no eres capaz de abarcar. Una buena manera de mantenerte siempre alerta y enganchado ¿no creéis?

Diseño de personajes, talentos y habilidades

El diseño de personajes merece una mención propia. Por lo que hace a tu propio personaje, podemos destacar dos características:

  1. Las habilidades: Puedes decidir especializar a tu personaje en unas materias o en otras, todas son útiles para conseguir información y resolver situaciones pero, cuidado, deberás escoger sabiamente puesto que no podrás completarlas todas. Lo que el usuario decida abrirá unos determinados cuadros de diálogos mientras que el resto permanecerán bloqueados.
  2. Los talentos: Los talentos se van desbloqueando al realizar ciertas acciones y proporcionan un añadido ventajoso en el juego que completarán aún más las habilidades de nuestro personaje.

En referencia a la relación con otros personajes, es necesario destacar que a medida que vas conversando con ellos irás descubriendo sus vulnerabilidades e inmunidades. Esto significa que vas desbloqueando información sobre cómo actuar con cada una de las personalidades que te encuentres. Por ejemplo, si un personaje es vulnerable a la psicología, tus habilidades de psicología funcionarán bien con él y te permitirá acceder a más información o convencer con mayor eficacia. Por el contrario, si la inmunidad de un personaje es la política, intentar persuadirlo utilizando habilidades de política te llevará a una confrontación y seguramente no consigas tu objetivo.

Un envidiable ejercicio de narrativa e inmersión

The Council tiene todos los elementos bien puestos para que así sea, aún y siendo consciente de que le pide al jugador que haga esfuerzos por retener bastantes detalles y información. Es precisamente por este motivo, por el que considero que el formato episódico prolongado en el tiempo ha jugado en su contra si lo enfocamos desde el punto de vista de la experiencia en sí. Yo misma lo abandoné y decidí acabarlo cuando lo tuviera todo.

Ya que el último episodio se publicó el día 4 de diciembre, ahora es un buen momento para escabullirse en esta gran aventura que se disfruta muchísimo más cuando el usuario puede elegir dónde y cuándo parar y que puede dejarse llevar sin freno metiéndose de lleno en este maravilloso juego del poder.