Cenizas tras un fuego ardiente

Hyper Light Drifter es una obra casi perfecta gracias a los distintos elementos que la componen: la manera en la que desarrolla su narrativa a través de NPCs repartidos por su mundo que nos cuentan su origen con tres simples imágenes y elementos repartidos por el mundo que apoyan el enviromental storytelling, con breves y escasas cinemáticas que casi no interrumpen en ningún momento al flujo del juego; acompasado con sus pulidas y divertidas mecánicas; acompañado además de un apartado visual increíble del cual no sería una exageración decir que alcanza el estado del arte de la técnica pixel art y una banda sonora que recuerda a clásicos de ciencia ficción como Blade Runner sin por eso carecer de personalidad propia.

Solar Ash

Qué raro está GRIS

Por esto era muy difícil, por no decir imposible, no tener altas expectativas por cualquiera que fuese a ser el siguiente trabajo de Heart Machine, los responsables de Hyper Light Drifter. Por eso, cuando Solar Ash Kingdom -que luego perdería el Kingdom al final del título- fue anunciado en 2019 fue difícil no entusiasmarse con lo que podría ser lo nuevo del estudio. Alx Preston, el desarrollador jefe tras la nueva obra rápidamente anunció que querían hacer algo diferente y recorrer nuevos terrenos; las buenas noticias no paraban. Si bien un Hyper Light Drifter sería más que bien recibido, aun mejor sería ver a los genios responsables del título hacer algo nuevo y diferente.

Así es como el 2 de diciembre de 2021 recibimos Solar Ash tanto a través de la Epic Games Store y en PlayStation 4 y 5. Francamente mis intenciones eran jugarlo el día uno, pero entre otros compromisos y el relativo elevado precio del juego me hicieron esperar a ver qué decían otros medios sobre el juego para saber si valía la pena o mejor esperar a que bajara de precio. Lo raro fue que, si bien no busqué activamente ninguna reseña, tampoco saltaron por montones como suele pasar con o bien los juegos más sobresalientes o los que tienen más hype a su alrededor.

Esperaba que al menos el pedigree del estudio le brindara esta anticipación al título que hiciera que muchos saltaran a jugarlo y compartir sus opiniones de inmediato. Pero ni por parte de los medios ni de los jugadores vi respuesta alguna, excepto un tuit del youtuber Razbuten que, tras jugar al juego, no haría sino resonar cada vez más en mi cabeza. Algo confundido ante tal silencio sepulcral ante la obra -o al menos siendo esta mi percepción- quise jugarlo sin más; algún día lo haría de todos modos y sentí que era el momento indicado. Y ahora, unas aproximadas diez horas después, debo decir que estoy sorprendido y decepcionado por mi experiencia con Solar Ash.

Sacrificar identidad por scope

El alcance de Solar Ash es muchísimo mayor que el de Hyper Light Drifter, no necesariamente porque al ser 3D tenga más mérito o más esfuerzo -necesariamente- que un juego en dos dimensiones, sino más bien porque el juego apunta por una experiencia mucho más cinematográfica y técnicamente más ambiciosa. Desde que llegamos al mundo donde transcurre la historia y lo recorremos podremos darnos cuenta que estamos en un intento intermedio de Heart Machine de hacer un juego mucho más cercano al triple A que a la identidad indie que tenía su primera obra.

La banda sonora está y no está a la altura de la de Hyper Light Drifter. Tengo mucho aprecio por la labor de Akash Thakkar y el resto del equipo detrás del diseño sonoro de la primera obra de Heart Machine y, si bien se siente a momentos que esa misma genialidad sigue ahí en Solar Ash, es más como una sensación de emulación de grandeza que la grandeza misma; algo muy parecido a lo que ocurrió con la banda sonora de The Last of Us Parte II, donde, si bien seguía siendo Gustavo Santaolalla el compositor principal de la obra, no impactaba de la misma manera que en la primera parte. Y en ambos casos es porque trataron de imitar sus trabajos anteriores en vez de presentar algo que se adecuara tan bien a la obra pertinente como correspondiera.

Solar Ash

Aparte de la historia del estudio y un par de tráilers, no sabía nada de Solar Ash. No esperaba encontrarme con un juego que me recordara a partes iguales a The Pathless como a Shadow of the Colossus. Menos aún a pocas semanas de haber terminado otro juego muy inspirado en la obra de Team Ico como lo fue Praey for the Gods, el cual, si bien se ciñe mucho más a las mecánicas impuestas por éste, comparte muchos de los problemas de Solar Ash. Y es que el querer hacer una mezcla de un juego a partes iguales icónico como único como es Shadow of the Colossus es una tarea muy difícil de cumplir. Ambos juegos lo logran bien en su justa medida, pero fallan sobre todo en la parte en la que intentan separarse de su inspiración. Concretamente, en Solar Ash hay dos cosas que no aprecio para nada y que siento que no hacen sino restar a la experiencia, y estas son: el cómo se cuenta la historia y los enemigos menores.

Hyper Light Drifter tiene un comienzo memorable y narrativamente eficiente, mostrando de manera breve e impactante el contexto del mundo que tendremos que descubrir, dejando varias incógnitas en el camino que podremos -o no- ir resolviendo. Shadow of the Colossus, por otra parte, tiene una narrativa mucho más vocal, y Solar Ash se parece mucho más a este último en ese aspecto. Cuando llegamos al planeta en el que quedaremos atrapados, nos comunicamos constantemente con la central hasta perder el contacto. La diferencia, es que, una vez introducida la premisa, la obra de Team ICO sabe callarse para dar espacio a su mundo, convirtiéndolo en un personaje más dentro de la historia. En cambio, Solar Ash, nos comunica constantemente qué está ocurriendo.

Una de las reglas principales de la narración es mostrar, no contar. Esto significa básicamente que, si puedes demostrar algo de una forma no verbal, hacerlo en vez de limitarse a explicarlo. El problema es que Solar Ash hace ambas: primero muestra lo que está ocurriendo y luego recurre a que la protagonista suelte alguna frase sobre lo recién ocurrido, por si no nos habíamos dado cuenta. Esto, sumado a que la premisa del juego no es nada del otro mundo, hizo que me desconectara de la historia a pesar de tener claros momentos de importancia. Quizás esto sea más culpa mía por no querer interactuar con la narrativa, pero si la obra no me brinda una buena razón para hacerlo, es altamente probable que no lo haga.

El otro gran punto en contra son los enemigos menores, es decir, los no bosses, sino las alimañas que nos encontraremos muy de vez en cuando esparcidas por el mundo. Mis problemas con estas criaturas son varios: son muy pocos, a tal punto que, salvo contadas ocasiones, me hicieron preguntar el propósito que sirven en la obra más allá de hacernos pulsar el botón de ataque un par de veces para deshacernos de ellos y ya; son muy fáciles de derrotar, esto no hace sino agravar el primer punto, si los enemigos fuesen tan escasos como ya son, pero representaran un verdadero desafío, entendería más el significado tras su existencia, mas en la mayoría de casos no resisten más de un combo de ataques y, cuando no, basta con dos o tres y cuidarse de sus ampliamente telegrafiados ataques; y tercero, que si bien entiendo el por qué todos son del mismo color y con un diseño similar, no significa que esto los haga más interesantes de mirar, todos terminan sintiéndose igual, como alimaña que quitar del camino y que interrumpan lo menos posible el Flow del juego.

Solar Ash

Nada de esto, sin embargo, quita que el juego tiene mecánicas muy bien pulidas y un feel tanto de desplazamiento como de combate excelentes. Podremos elegir si caminar o patinar a través del mundo y, aparte de para hacer movimientos más precisos que rara vez se necesitan, no veo el punto de no patinar, pues aparte de ser más rápido mejora increíblemente la sensación de juego. Mientras que el combate, al menos contra los bosses, es desafiante a la vez que preciso. Vencer a las anomalías gigantescas que pueblan el mundo en el que nos encontramos perdidos resulta más que satisfactorio y es un desafío tanto de ritmo como de precisión que van escalando en complejidad en una curva muy bien equilibrada acarreada durante toda la obra.

Si no genialidad; competencia

Con todo, Solar Ash resulta en un juego muy ameno de jugar. Dura lo justo y, para quienes busquen más, siempre pueden explorar los distintos “niveles” por lore y trajes desbloqueables que nos brindan habilidades nuevas útiles, pero no imprescindibles para avanzar en la historia. Jugablemente es impecable y es un gran salto al 3D de parte de Heart Machine. Lamentablemente, se ve opacado por decisiones de diseño como enemigos innecesarios y nada complicados que se sienten que sobran más que que aporten y una historia que, más que nada, se cuenta de una manera tan tradicional que no logra, sino que extrañarse la forma en la que la obra anterior del estudio nos acercaba a su mundo; sin palabras, solo con emociones.


Esta crítica ha sido realizada con una copia digital para PlayStation 5 adquirida por la propia redacción