Ante la falta de novedades, la familia Wii

Nintendo ha lanzado este año uno de esos juegos que desde su anuncio ya se sabía que iba a ser un megatón. 22 millones de copias en tan solo cinco meses para convertirse en el segundo título más vendido de Switch y para aupar a la consola a las 61 millones de unidades vendidas. El éxito de Animal Crossing: New Horizons es incontestable y, en cierta manera, sirve a los de Kioto para asegurar un buen año. Sin embargo, eso no quita que el presente curso para la empresa esté siendo flojo por lo que respecta al flujo de lanzamientos: aparte de Tom Nook, Paper Mario: The Origami King, Xenoblade Chronicles: Definitive Edition y poco más. Por añadidura, las perspectivas futuras nos anuncian una nueva escasez sin Breath of the Wild 2 y Metroid Prime 4 a la vista. Ante este panorama, Nintendo está actuando, adaptando a la híbrida viejas glorias de su catálogo.

Switch está reclutando muchas aventuras de Wii U, una consola que en su día fue denostada por parte de la comunidad, pero que curiosamente ahora no parece ser tan mal sistema. Por su parte, Nintendo sabía desde los inicios de Nintendo Switch que no podía dejar atrás el fracaso comercial de su antecesora teniendo en cuenta que todavía disponía de potencial sin explotar; pese a lo que pensaran algunos, ese hardware contaba con una llamativa línea de exclusivos. De ahí surgen las remasterizaciones de títulos como Mario Kart 8, Hyrule Warriors, Captain Toad, Donkey Kong: Tropical Freeze y del recientemente anunciado Pikmin 3. Y no parece que vayan a ser los últimos, ya que todavía quedan por portear obras del calibre de Xenoblade Chronicles X y Yoshi’s Wooly World.

Skyward Sword obtendría un buen rendimiento, pero Nintendo necesita más

Empero, la compañía de Super Mario no solo está fijándose en la generación pasada, sino que también está trayendo de vuelta clásicos de la Wii original. Es el caso de Xenoblade Chronicles: Definitive Edition y parece ser que en los próximos meses le podría tocar a The Legend of Zelda: Skyward Sword. Y es que a los continuos rumores y a las declaraciones de Eiji Aonuma que no cierran la puerta a una remasterización, ahora se le suma ahora el listado de una versión del juego para Switch por parte de Amazon UK. De momento, no existe ninguna confirmación oficial, pero sí que parece un lanzamiento posible. Skyward Sword no sería la primera revisión de una saga que ya ha contado con ports y remakes en ocasiones anteriores, véase el caso de Wind Waker HD o el de Link’s Awakening. Además, si un título más bien minoritario como es el primer Xenoblade ha registrado unas buenas ventas, es de esperar que se quiera relanzar una entrega de una gran franquicia que incluso superaría los registros de la obra de Monolight Soft. Así pues, no parece ser que estemos ante una utopía.

En ese aspecto, la táctica de Nintendo es entendible y fácil de justificar. Por un lado, la empresa puede decir que está dando la posibilidad de disfrutar del catálogo de Wii U a muchísima gente que no tuvo la máquina en su día. Por el otro, no se les puede criticar por remasterizar videojuegos con pocos años a sus espaldas porque tanto Skyward Sword como los demás exponentes de Wii salieron al mercado hace un par de generaciones en una consola que ni siquiera soportaba la alta definición. No obstante, pienso que esta estrategia es poco ambiciosa. Servirá para paliar un poco la falta de lanzamientos y para mantener el crecimiento de las ventas de Switch, pero creo que por si sola se queda corta. Con tal de alcanzar cotas de crecimiento aún más altas, el plan se podría complementar con la publicación de exclusivos no desarrollados por la gran N; es decir, lo que ha estado haciendo Platinum Games con Bayonetta. De esta manera, se aliviaría de trabajo a las first parties al mismo tiempo que se lanzarían títulos que otorgarían calidad y diversidad a la plantilla de la consola; que la harían avanzar sin dar la sensación de estancamiento de estos meses. Nintendo debe abrirse. Ni mejorar la estructura en línea ni firmar más a menudo colaboraciones con otras entidades le van a hacer perder su esencia; al contrario, le servirán para mejorar los ya notables resultados que está consiguiendo en esta generación.