Un "GTA" que sí sabe ser divertido

Y lo digo sinceramente. Este subgénero en el que ha reinado la franquicia de Rockstar durante décadas se entiende como una oda a la diversión más pura y desenfadada, como un golpe directo de acción sin frenos y a lo loco. Al menos yo lo entiendo así. Desde que probé GTA III en PS2 siempre he entendido estos sandbox de crimen, niveles de búsqueda y robos continuos como un oasis de diversión directa y contundente a los mandos de una consola. Y, también sinceramente, desde San Andreas no siento eso con la franquicia de Rockstar (y mucho menos con sucedáneos varios). No, no es cosa de la nostalgia, del momento en el que llegaron Vice City o San Andreas, porque GTA IV me pilló en plena adolescencia y no, no me llegó. Es cierto que tiene una historia rica y más profunda, pero es que a eso es a lo que voy. Al menos yo no busco eso en un juego de este tipo. Y bueno, sinceramente (y debo estar bastante solo en esto) GTA V me pareció directamente un título aburrido hasta las trancas. Sin ese aliciente de “diversión bruta” de entregas anteriores.

Digo todo esto para poner en contexto el porqué de que Saints Row me haya sorprendido tan gratamente. Iba escéptico, hacía tiempo que un juego del género no me divertía como sentía que debían hacerlo, pero con este Saints Row se rompió la mala racha. Es un juego que no se anda por las ramas y que no se acompleja de dejar claro lo que busca, de mostrar sus intenciones sin maquillajes. La historia es simple y directa, sin complicaciones, incluso predecible y típica, pero es que no importa, sinceramente. En cuanto le dedicas unos minutos sabes que ese no es el punto del juego. La historia es solo un tenue telón de fondo para lo que de verdad nos quiere enseñar: diversión a los mandos. Caos, sinsentido y momentos absurdos que nos harán pasar un buen rato, seguro.

Saints Row

El crimen por el crimen, la diversión por la diversión

Como decía, la historia de Saints Row es una excusa para ofrecernos su abanico de mecánicas jugables, y nada más. Y, de hecho, dejando a un lado las sencillas tramas personales y el hilo argumental relacionado con los personajes, la base de la historia está bien pensada para soportar con coherencia lo que nos propone el juego a nivel jugable. El grupo de protagonistas, tras algunas desventuras iniciales, se ve desvinculado de sus antiguos empleos o lazos con bandas criminales, por lo que se encuentran en un punto muerto de sus vidas. No son más que un puñado de inadaptados con una ciudad de criminales en su contra. A partir de este punto deciden forjar su propio imperio criminal con el que hacerse un nombre en la ciudad de Santo Ileso y, como era de esperar, forrarse. No hay explicaciones complejas ni motivos de peso que los lleven a esta decisión. Es el crimen por el crimen. Y el juego tampoco pretende detenerse a cimentar estas razones. No importan, y solo lastrarían el alocado ritmo del juego.

Así pues, nuestra tarea principal en este título será crear y dar forma a la banda criminal más grande que haya conocido Santo Ileso: los Saints. Empezamos creando a nuestro personaje para seguir moldeando todo un abanico de posibilidades a lo largo y ancho de la ciudad. Uno de los primeros pasos será hacernos con una base de operaciones, la cual podremos mejorar y personalizar estéticamente (aunque con opciones no demasiado amplias), y desde la que empezaremos nuestra expansión por la ciudad. Como es habitual en el género, tendremos que hacernos con el control del mapa, distrito a distrito, en detrimento del control de las bandas rivales. En cada parte de la ciudad tendremos que eliminar amenazas de otras bandas, encontrar secretos, establecer negocios propios para nuestra banda y realizar misiones secundarias, entre otras cosas. Y lo mejor de Saints Row es que el proceso para crear y conseguir todo eso será tremendamente divertido y llevadero. Nada de misiones eternas, líneas de diálogo interminables y vueltas de rodeo inútiles de la casa de un protagonista a otro. (*Mira mal a GTA V). Sé que lo nombro demasiado, pero creo que el punto clave en el que Saints Row encuentra su valor es en recuperar ese camino que siento que GTA dejó atrás hace mucho. En reinventarse, diferenciarse de su competidor y amoldarse a la atmósfera de locura de las últimas entregas de la franquicia.

Un destartalado imperio del crimen

Está claro que esta es la base de Saints Row, está claro que el equipo de desarrollo no quiso complicarse mucho con una historia o con tramas personales (y no les hacía falta), y pusieron todo el empeño, los recursos y el tiempo en las actividades disponibles. Es tan evidente, que el final de la historia llega de manera abrupta y “rápida”, y el propio mundo del juego apenas parece darle importancia. Pasan los créditos y volvemos a nuestros negocios de señor del crimen hortera. Este podría ser un punto negativo, según se mire, pero lo dicho, si vienes buscando la diversión sin más, no te supondrá un problema.

Desde nuestra base de operaciones controlamos toda la ciudad, y prácticamente desde el principio podemos acceder a la totalidad de las actividades. La más importante de ella es el control de los distritos, que, a su vez, se desgrana en actividades más concretas. En cada distrito tenemos que empezar por colocar un negocio concreto de nuestra propiedad, lo que necesita un desembolso de dinero inicial. Serán negocios muy variados, desde talleres clandestinos hasta una partida masiva de rol en vivo para toda la ciudad, pasando por fraudes al seguro o recogida de residuos tóxicos. Cada uno de estos negocios dará lugar a actividades lucrativas, cada una con sus mecánicas propias, y también algunas misiones secundarias en las que intervendrán otros personajes. Hay que destacar que hacer misiones con nuestros compañeros hace que estos mejoren sus características (salud, armas…).Saints Row

Una vez establecido el negocio en el distrito surgen amenazas de bandas rivales que debemos eliminar para aumentar los ingresos del negocio en cuestión. Suelen ser actividades de bandas rivales o de las fuerzas del orden. Por otro lado, surgen misiones secundarias en cada distrito, de tipos muy variados: desde publicar reseñas negativas a establecimientos y enfrentarnos a la ira de sus “clientes más fieles” hasta robar camiones cargados de dinero con un helicóptero equipado con un súper imán. Por último, tendremos algunas actividades más, como búsqueda de tesoros, cargamentos de droga o la persecución y eliminación de criminales buscados para cobrar recompensas.

Y lo bien que lo pasamos por el camino

Todo este contenido no valdría de nada si la ejecución no fuera buena, de hecho, se trata de actividades bastante genéricas, nada nuevo en el medio. Y no es que Saints Row invente mecánicas revolucionarias o presuma de un gamefeel de otro planeta, nada de eso. La clave es que entiende perfectamente la intención concreta que persigue, y se amolda perfectamente a ella sin miedo a mostrarse absurdo o a sacrificar otras cosas a cambio. Desde que empezamos hasta que acabamos, el juego es una sucesión de misiones absurdas, locas y repletas de acción. El ritmo es fluido y escasean bastante las secuencias lentas o los diálogos aburridos. Casi que todas las misiones tienen un punto de acción alocada, y algunas concretas son un no parar de disparos, frases absurdas y excesos de explosiones y sci-fi barato.

Tanto en la línea de misiones principales como en las secundarias el juego es cañero y absurdo, es algo así como el hijo bastardo que saldría si GTA, Borderlands y Far Cry decidieran procrear. Personajes llevados al límite de los clichés absurdos, tecnología ficticia y hortera sacada de películas de mediados del siglo pasado y una ciudad corrupta dominada a partes iguales por los señores del crimen y las corporaciones mega capitalistas. Por poner un ejemplo, una de las categorías de misión secundaria consiste en cometer fraude con las pólizas de seguro, y para ello debemos de provocar que nos atropellen repetidamente…

Pero no vale con “atropellos normales”, sino que tenemos que encadenar atropellos para llenar una barra de adrenalina, y cuando esta se activa, cada coche que nos golpeé explotará inmediatamente y nos lanzará por los aires. Antes de caer al suelo tendremos que apuntar con nuestro cuerpo a otro coche para volver a salir despedidos y acumular más puntos, y así sucesivamente. ¿El juego se molesta en explicar o justificar algo así? No. Nos atropellan cientos de veces y nos levantamos como si nada, y no importa. Desde el inicio el juego te deja claro lo absurdo que es, y que el único objetivo es la diversión. Incluso los propios personajes hablan de un sistema de teletransporte de objetos que no saben cómo funciona, solo saben que funciona.

No todo podía ser bueno…

Los problemas que le encontré al juego fueron principalmente de carácter técnico. El primer conjunto o tipo de problemas se solucioné probablemente dentro de poco, y como ya podréis imaginar se trata de los bugs. No fueron pocos los que me crucé a lo largo del juego, algunos hasta el punto de imposibilitarme completar algunas misiones secundarias. El personaje o el vehículo atascado sin motivo aparente, la animación de recargar el arma repitiéndose en bucle o un mega zoom en la cámara al subirnos a un helicóptero son algunos de los ejemplos. Es de esperar que esto se solucione más pronto que tarde con algunos parches, pero pueden resultar bastante molestos, y empañan el resultado final.

Por otro lado, en lo gráfico nos encontramos ante un juego con personalidad propia, sobre todo en los escenarios, pero que flojea más de la cuenta en lo que a “músculo” gráfico se refiere. No es que sea un impedimento para disfrutar de la propuesta del juego, y, por supuesto, son preferibles unos gráficos “cortitos” a un desarrollo accidentado, crunch o cualquier otro de estos males asiduos. Sin embargo, se siente algo desfasado, especialmente en las animaciones faciales y en texturas como el pelo o las telas.

Armas y power-ups

A medida que avanzamos y nos enfrentamos a peligros más considerables deben crecer también nuestras posibilidades de combate, y esto se consigue por dos vías. Por un lado, a medida que completamos misiones y objetivos, así como al matar enemigos obtenemos experiencia para subir de nivel y desbloquear ventajas y habilidades pasivas y activas. Desde combos cuerpo a cuerpo hasta convocar esbirros o asestar puños en llamas. Estas habilidades se utilizarán consumiendo unos indicadores de energía, llamada “flow”. Y nos facilitarán bastante las cosas. Las ventajas serán mejoras pasivas que nos permitirán tener más salud o recoger más munición, entre otras tantas.

Por otro lado, tenemos un amplio arsenal a nuestra disposición que podremos adquirir en la tiendas de armas dispersas por toda Santo Ileso. Podremos llevar encima un total de seis armas distintas, desde rifles de asalto a lanzacohetes, y la munición no será un problema. Todas estas armas podemos mejorarlas y personalizarlas, como ocurre con todos y cada uno de los vehículos del juego, cuyo uso también afectará enormemente a nuestro desempeño, ya que son numerosas las misiones que haremos al volante.Saints Row

Larga vida a los Saints

En definitiva Saints Row es un juego que abraza por completo la diversión más loca y absurda, y que es accesible tanto si quieres un simple rato de acción como si te apetece echar un buen puñado de horas exprimiendo la ciudad. Diversión desde el mismo inicio, y prácticamente ininterrumpida, sin tareas tediosas o historias innecesarias. Variedad de misiones y muchas opciones de personalización para condimentar nuestra estancia en Santo Ileso. Por la parte negativa, si lo juegas ahora mismo, probablemente te topes con un puñado de bugs molestos. Dejando a un lado estos problemas, mi experiencia con Saints Row ha sido bastante agradable y refrescante, todo un oasis para la diversión por la diversión.


Este análisis se ha realizado con una copia digital para PlayStation 5 cedida por PLAION.