Terror y drama familiar

Remothered: Broken Porcelain es la secuela, y a la vez precuela, del título que Stormind Games lanzó en 2017, y que gozó de una relativa buena acogida. En esta nueva entrega exploramos el pasado y futuro de los acontecimientos que vivimos en el primer título, y seguimos envueltos en la temática de terror opresivo que lo caracterizaba, heredada de títulos como Clock Tower o Haunting Grounds. El terror de lo sobrenatural y fantástico se mezcla con los dramas familiares al estilo de películas como Hereditary para lograr una historia llena de giros argumentales, tensión y misterios.

Ahondando en el drama

La historia de este título oscila entre el presente, pasado y futuro respecto a lo que vivimos en la primera entrega, y una vez más se inicia con la anciana mujer que nos cuenta la historia de todo lo ocurrido en torno a las familias Ashmann, Felton y Wyman. A partir de ahí jugaremos en dos épocas distintas; en los años de adolescencia de Rosemary Reed y en su etapa adulta, poco más tarde de lo que vivimos en el primer juego. Debido a esta división temporal controlaremos a dos personajes: a Jennifer, una joven relacionada con el pasado de Reed, y a la propia Reed, cada una en una época temporal distinta.

Mientras oscilamos entre ambos escenarios iremos descubriendo las distintas piezas que nos revelarán lo ocurrido en la residencia Felton, la granja Rosa Gallo y el convento de Cristo Morente, todos ellos lugares clave de la trama que vivimos en la primera entrega. Por otro lado, conoceremos el pasado de personajes presentes y mencionados en ella, que nos ayudarán a comprender la totalidad de los hechos y dar un cierre a la historia de Rosemary Reed, Jennifer y Celeste Felton. Esta ampliación argumental conlleva también una variedad de entornos y escenarios ligeramente superior, aunque seguirán primando los espacios cerrados y cíclicos, habituales en los survival horror.

Sin embargo, a pesar de que la trama sigue siendo el punto fuerte de este título, como ocurría con Remothered: Tormented Fathers, la forma de contarla y el ritmo con el que se nos presenta es más flojo e irregular que en su predecesor. La mayor complejidad y extensión de la historia pesan sobre el ritmo y la intensidad de la misma, que se presenta, en ocasiones, de manera abrupta e incluso anticlimática. No obstante, todas las piezas encajan y conforman un cierre satisfactorio para la historia a nivel argumental, aunque no se presente y se aproveche todo lo bien que podría haberse hecho. La historia se divide en 7 episodios que, como comentaba hace un momento, alternarán entre el pasado y el presente, y que conforman una extensión notablemente mayor de la que ofrecía la primera entrega. El juego nos llevará aproximadamente unas siete u ocho horas para completarlo la primera vez.

Junto a su duración, esta segunda parte vio ampliadas transversalmente sus mecánicas y opciones jugables… para bien y para mal.

En primer lugar, contamos con un inventario algo más complejo, ya que añade la función de combinar objetos para potenciar sus usos, a cambio de perder la posibilidad de mejorar los objetos de defensa en puntos concretos del mapa, como podíamos hacer en la primera entrega. En este caso, combinando objetos potenciadores, como pueden ser insecticidas u otras sustancias químicas, podemos hacer más dañinos los objetos de defensa y distracción. Esto se debe al mayor peso del combate en esta entrega, ya que no solo podemos aturdir a los enemigos brevemente, sino que tenemos la posibilidad de derribarlos por completo durante un breve período de tiempo. Así mismo, los objetos de defensa más dañinos, como cuchillos o tijeras, no solo sirven para librarnos de los agarres enemigos, sino que podemos utilizarlos para atacar con sigilo a nuestros enemigos.

También la variedad de objetos a nuestra disposición será más amplia, tanto los que usaremos para defendernos como los potenciadores de estos. Incluso podremos recurrir a armas propiamente dichas, como pistolas de clavos o revólveres. Sin embargo, un mayor peso del combate no implica que cambie la naturaleza de nuestros enemigos, no nos enfrentaremos a grupos numerosos, sino que, como ocurría en la primera entrega, nos enfrentaremos a una número limitado de némesis que nos perseguirán durante todo el juego. Lo que si cambiará será la intensidad de estos combates, ya que habrá momentos en los que nos enfrentemos hasta a tres de estos enemigos al mismo tiempo.

Más no siempre es mejor

Por desgracia, este implementación de mecánicas no termina de ser beneficiosa para el juego, al menos por el momento. Y digo por el momento porque los problemas que presenta esta entrega, en su mayoría son de carácter técnico y podrían ser corregidos con futuras actualizaciones, sin embargo, pueden llegar a convertirse en una molestia que merma notablemente la satisfacción del jugador. Estas mecánicas de combate no están del todo pulidas, y muchas veces se producen errores de hitbox, de movimientos y errores de la cámara, o incluso perderemos el control de nuestro personaje si el enemigo nos arrincona en una esquina o espacio similar. Por otro lado, el sigilo sigue siendo una pieza clave para sobrevivir en Remothered: Broken Porcelain, ya que nuestras posibilidades en combate son mucho más reducidas que las de nuestros enemigos si atacamos de manera directa. Como ocurría en la primera entrega tendremos que huir y ocultarnos, ya sea de manera “manual” o recurriendo a escondites específicos, como armarios o arcones. Cómo es habitual, desde esta posición podremos ver si los enemigos se acercan, y si registran nuestro escondite tendremos que superar un pequeño minijuego de habilidad para evitar ser descubiertos.

Tanto el combate como el sigilo, así como la exploración, se ven afectados por otra nueva inclusión de esta entrega, probablemente la más acertada y satisfactoria. Ahora, al resto de coleccionables y objetos de utilidad se une un nuevo objeto recurso, las llaves de polilla, que servirán para acceder a un sistema de mejora de nuestra protagonistas. Desde unos puntos concretos del mapa, unos cofres metálicos repletos de cerraduras, podremos intercambiar estas llaves por diversas mejoras para el sigilo, la suerte al encontrar objetos, la resistencia física, la habilidad para fabricar objetos o la vida máxima, entre otras mejoras. Esto influirá directamente en la dificultad para superar los encuentros con nuestros enemigos.

En el apartado gráfico, Remothered: Broken Porcelain sigue el estilo de su predecesor, con un acabado y nivel de calidad muy similar, ligeramente más detallado, especialmente en el modelado y animación de los rostros de los personajes. El apartado sonoro, por su parte, funciona perfectamente, y la música que sonará en situaciones de peligro será aún más opresiva y angustiosa de lo que vimos en la primera entrega. Lamentablemente, más allá de esto, el apartado técnico del juego deja mucho que desear, y es el principal lastre que aleja a este título del nivel de calidad del primero. Hay bugs y errores que bastante notables, como escenas cinemáticas que se activan antes de tiempo o no se activan, puntos muertos en los que la cámara nos juega malas pasadas, enemigos que se quedan atascados u objetivos de misión que se activan en el momento equivocado.

“Los peligros de la ambición”

Remothered: Broken Porcelain es un título que ofrece un muy buen apartado argumental, propuesto desde una perspectiva original y distinta a la habitual en los juegos del género. Además, tanto su ambientación como temática, que combina drama sentimental y terror, son un cóctel que podría dar de sí grandes resultados. Sin embargo, los errores del apartado técnico enturbian el resultado final, convirtiéndolo en una obra cuyo nivel queda por debajo de lo que vimos en la primera entrega. Si te gustó Remothered: Tormented Fathers y quieres ver como concluye la historia de Rosemary Reed te recomiendo esperar para ver si estos problemas se acaban solucionando con el lanzamiento de parches y actualizaciones.


Este análisis ha sido realizado con una copia de prensa para PlayStation 4 cedida por Darril Arts.