La polémica no faltará a su cita en los Game Awards de este año

El próximo 7 de diciembre tendrá lugar la ceremonia de The Game Awards, los premios al Juego del Año por excelencia que, junto a los BAFTA, los Golden Joystick Awards y alguna que otra gala más, oficializan la importancia de ciertos lanzamientos que han tenido lugar durante los últimos 12 meses. Con motivo de ello, hace cuestión de horas salió a la luz un vídeo protagonizado por el bueno de Geoff Keighley, quien, siendo el anfitrión del evento anual, tuvo el honor de presentar los candidatos al trono de este año.

Las cinco entregas citadas en el comunicado fueron PlayerUnknown’s Battlegrounds de PUBG Corporation, Persona 5 de Atlus, Horizon: Zero Dawn de Guerrilla Games y Sony Computer, y las dos grandes apuestas de acción sandbox de la Gran N, Super Mario Odyssey y The Legend of Zelda: Breath of the Wild. Preferencias personales a parte, a nadie debería de sorprender que estos hayan sido los títulos seleccionados para recoger el testigo de Overwatch y The Witcher 3: Wild Hunt, pues la calidad y el mimo que albergan cada uno de los nominados es incuestionable. Sin embargo, si nos alejamos de las sensaciones que transmiten para adoptar un punto de vista más técnico, ¿cumplen todos ellos las condiciones necesarias para optar a tal cargo?

No seré yo quien, en algún momento de este artículo, ponga en duda los logros que ha conseguido el proyecto de PUBG Corporation, pero, os recuerdo, que éste se encuentra en Steam Early Access desde el pasado 24 de marzo. Y no saldrá de ese estado hasta que el próximo día 12 de diciembre reciba su actualización final y sea lanzado también en Xbox One. Hasta entonces, por tanto, no puede considerarse como un juego acabado, pues tal y como indica el propio nombre de Acceso Anticipado, estamos haciendo referencia a un título que sigue en desarrollo, a una especie de beta cerrada indefinida, y cuyo estreno está fechado a posteriori de la gala de premios. Así, se baraja la posibilidad de que PlayerUnknown’s Battlegrounds se alce como Juego del Año 2017 aún sin haber llegado a las tiendas en su versión final, lo cual no tendría sentido alguno dada la propia naturaleza de la ceremonia.

Entonces, ¿estás diciendo que PUBG debe pasar sin pena ni gloria aún habiendo sido uno de los grandes éxitos comerciales de este 2017?

Para nada. Pero sí que estoy convencido de que se le pueden otorgar otra clase de reconocimientos, tal y como pueden ser el Premio a la Innovación. O incluso, de merecerlo, puede optar al preciado GOTY, pero al de 2018, junto al resto de aventuras lanzadas a final de año.

PlayerUnknown’s Battlegrounds es una aventura de acción que ha logrado enganchar a millones de personas a un subgénero que hasta ahora creíamos muerto, y que se ha extendido como una epidemia a través de las redes sociales por méritos propios. La fiebre PUBG, de hecho, ha llevado a otras compañías ha implementar un modo Battle Royale en algunas de sus propuestas, como bien ha podido ser el caso de Fortnite o H1Z1: King of the Kill, y eso es mucho decir para un estudio tan reducido y desconocido como del que estamos hablando. Pero si Nuclear Throne tardó nada más y nada menos que dos años en salir de su período Early Access para poder ser juzgado y galardonado como se merecía, no vemos porqué, independientemente del fenómeno causado, el resto de compañías no deban seguir los pasos de Vlambeer, como si el hecho de complacer al público ocasional primara sobre el ser crítico, respetuoso y justo con el panorama a nivel global.