Un adiós tras una larga agonía

Esta misma semana Sony anunció, de forma ya definitiva, el cese de fabricación de PlayStation Vita, así como de sus juegos, siendo este el punto y final para su seguna y posiblemente última incursión en el mercado de las consolas portátiles, en el que se estrenaron con PlayStation Portable, que si bien vendió muchas unidades, no puede considerarse un éxito comercial ya que la piratería causó estragos en los respectivo a ventas de software, y mucho menos si se compara con Nintendo DS, una de las consolas más vendidas de la historia, y que también sufrió la lacra de la piratería a lo largo de toda su vida útil.

Sin embargo, y al igual que le ocurrió a Nintendo con Nintendo 3DS, el empuje de teléfonos móviles y tabletas se dejó notar de forma muy intenta desde su lanzamiento. A pesar de ello, por estar planteada hacia un jugador más experimentado (con un título de Uncharted en la biblioteca de salida, por ejemplo), no llegó a encontrar el cariño del público por su elevado precio (tanto en su versión Wifi como en la 3G, una tecnología que realmente no llegó a tener sentido en ningún punto de su existencia) así como a problemas de diseño, como el formato exclusivo de sus tarjetas de memoria, excesivamente caras, o la presencia de un panel trasero táctil cuya presencia quedó en algo testimonial.

Sin embargo, y como ya he mencionado antes, uno de los puntos claves a la hora de ayudar al éxito de PlayStatio Portable fue la piratería de la consola, que ayudó a vender unidades, a costa de reducir las potenciales ventas a nivel de juegos, pero como Sony estaba más pendiente de su dispositivo que de sus colaboradoras, no hizo mucho por evitarlo, y con PlayStation Vita, aunque también acumuló, con el tiempo, un catálogo de lo más interesante (especialmente en Japón), no supo atraer la atención del público por esta situación, algo que resulta cuanto menos triste. Y a pesar de ello, una vez se consiguió acceder al sistema, sus posibilidades a nivel técnicno si que lo convertían en un sistema de lo más versátil, gracias a su potencia extra, lucha en la que siempre se ha centrado Sony. Nunca he sido especialmente fan de la compañía ni he poseído ninguna de sus portátiles, pero hay que reconocer las virtudes que tenían. Sin embargo, PS Vita desde muy pronto empezó a verse más como un complemento de PlayStation 4, gracias a la posibilidad de compartir juegos entre ambas de una forma similar a lo que hacía WiiU con el Gamepad, pero ni por esas logró despegar.

Las posibilidades ‘cross’ de la portátil con su hermana mayor hacían de ella un producto, cuanto menos, interesante. Una pena que dichos conceptos no tuviesen una repercusión práctica a la altura.

Y es bastante triste que la única competencia (al margen de las cifras) que había tenido Nintendo en los últimos años en el panorama portátil se retire de esta forma, por la puerta de atrás y sin expectativas de que llegue nadie para ocupar el hueco que deja, y la industria móvil no parece que  vaya a cambiar lo suficiente como para suponer una amenaza al monopolio de Nitendo en este sentido. A la espera de que decidan dar carpetazo de forma definitiva a Nintendo 3DS y apostar por una sucesora o centrar todos sus recursos en Nintendo Switch, lo cierto es que el panorama queda totalmente descompensado.