Una oportunidad no tan perdida

Hacer un juego sobre la princesa Peach tiene que ser una movida. Estás tratando con uno de los personajes cruciales de la historia de Nintendo, una imagen otrora de mero premio y ahora renovada para molar lo más grande. A mí la que más me gustaba de pequeño era Daisy porque parecía que, más que heredar la corona, se la había arrancado a otra persona. El problema de tener personajes cuya descripción te cabe en tres líneas es que terminan siendo muy insípidos. Luigi y Wario solo necesitan un juego para explorar sus personalidades al tener rasgos opuestos o exagerados de Mario, mientras que el desarrollo de este último se relega siempre a un plano más mecánico. Por desgracia y obviando spinoffs, las princesas en general siempre se han quedado en un segundísimo o incluso tercer plano, haciendo acto de presencia para poner la cara, dejarse secuestrar y poco más. ¿Cómo desarrollas a un personaje del que no sabes prácticamente nada? Princess Peach: Showtime! tiene la respuesta: haciendo todo y nada a la vez.

Princess Peach Showtime minijefePara el que no conozca a Good-Feel, solo diré que son los padres de Kirby’s Epic Yarn y Yoshi’s Wooly World. Casi nada. Estos juegos destacan principalmente por dos cosas: estar orientados a un público muy infantil y tener un diseño de niveles que se las trae. Pasarse el juego puede parecer trivial, pero como te engoriles con conseguirlo todo al 100% vas a sudar sangre. A mi parecer es una fórmula que rara vez te va a fallar porque, si está bien gestionado, consigues hacer un título que todo el mundo puede llegar a disfrutar y que sigue teniendo progresión en la rejugabilidad. Mucha gente que probó la demo (yo incluido) se quedó un poco a cuadros por lo simplona que era. Pareciese que lo único que podía ofrecer este juego eran niveles con microhistorias y una mecánica que durase entre 5 y 10 minutos, y por ahí andan los tiros.

Si bien cada traje se usa en tres funciones distintas, cada una de ellas sigue un patrón muy concreto. En la primera empiezas como la princesa y pasas por el proceso de transformarte y adecuarte a las mecánicas. Para la segunda ya asumen que sabes manejarte y entras directamente transformada, con una historia que suele ser algo más breve. Las mecánicas apenas varían, así que quiero pensar que la idea es no quemarte alargando los niveles más de la cuenta, pero hay funciones que son tan absurdamente cortas que se nota mucho que no podían estirar más el chicle. La novedad se ha disipado quizá demasiado rápido para cuando llega la tercera: salvar al Esplendi (el protagonista de esas obras), que suele ser un refrito del minijefe correspondiente. Se nota que hay trajes con los que se encontraban más cómodos y podían hacer cosas más chulas, como Peach Kung-Fu, pero Peach Patinadora llega a dar hasta penita. Es un batiburrillo raro.

Princess Peach Showtime patinaje

Let it gooooo

Eso sí, cuando el juego mola, mola un huevo. Se nota que son los creadores de los juego más bonitos de Wii y Wii U. Las animaciones son muy fluidas y orgánicas, cuidando hasta los detalles más tontos como es el movimiento en según qué momentos. Las escenas de transformación suben un montón el ánimo, se juega más de lo que esperaba con la música aunque no se sienta tan variada como debería, y pese a que los minijefes son prácticamente un pasillo, pegan que da gusto. A todo esto, cada planta del teatro está custodiada por un jefe distinto, cada uno con mecánicas únicas y e interesantes. No son muy retantes, pero ves lo que hacen y usan conceptos muy guays. Tampoco es que su dificultad suba demasiado tras completar el juego, ni siquiera hay mucho reto añadido más allá de encontrar una estrella más escondida de la cuenta, pero en lo que es el propio acto de molar, tiene sus momentos.

En conclusión, está guapo para la chavalada, sobre todo para los que se están adentrando en sus primeros juegos. Tienes una estética preciosa, aunque en modo portátil se ve algo feote por el bajón de calidad (bajón que en un juego tan contenido no llego a entender). Tienes un montón de transformaciones vistosas, historias sin demasiado texto y muy animadas. Princess Peach: Showtime! termina en el mismo punto que empieza, pero es un viaje en el que haces de todo. No tienes que ser súper hábil para pasárselo, pero no es tan condescendiente como un Balan Wonderworld. Muy recomendado, vaya.

Princess Peach Showtime jefe

Ahora viene la parte aburrida: responder a la pregunta del principio de la cual probablemente ni os acordéis. La cosa es que este juego me ha dado que pensar. Cuando se anunció hace medio año, se crearon unas expectativas un poco extrañas alrededor del juego acerca de lo que supuestamente debería ser. Estas expectativas son más que legítimas: Peach ya había tenido un juego y estaba tan, pero tan orientado a un publico infantil femenino que daba hasta cosa. No la típica cosa de “ugh, una chica, que asco” de cuando tienes siete años, sino la cosa de “este juego es para un nicho demasiado específico”. Es súper gracioso porque esta industria llevaba años diciéndole a las mujeres que los videojuegos no son para ellas, y cuando por fin vamos a tratar de integrarlas un poquito (básicamente, para obtener su dinero), pintamos una línea divisoria en el suelo con uno de los personajes clave del medio.

Dejadnos tener cosas bonitas

En estos últimos meses la industria no solo está sufriendo a nivel laboral, sino que está reviviendo una época infame dentro de lo que es la comunidad de jugadores. Cada pocos días hay un nuevo drama basado en una chorrada que tiene como fin construir un muro donde previamente estaban esas líneas. Es la misma historia de siempre: solo los hombres blancos podemos disfrutar de los videojuegos y tener representación como protagonistas dentro de los mismos. Lo único que ha cambiado son las formas, y es que como insultar no les basta, ahora tienen que acosar y hacerle la vida imposible al resto, consiguiendo con suerte que les echen de su puesto de trabajo. Todo porque el personaje principal de un mundo de fantasía inventado es negro, porque le han puesto algo de ropa a una protagonista que iba prácticamente desnuda o porque el juego ha salido mal y seguro que han sido los wokes esos con sus pelos de colores. Si bien en el mundillo indie tenemos un montón de referentes que combaten estas ideas y destruyen esos muros, suelen pasar desapercibidos para el público general, por lo que es más necesario que nunca que las empresas grandes se mojen. Y si hay una empresa que tiene el altavoz más fuerte y no se va a meter en movidas por nada del mundo, esa es Nintendo.

Princess Peach Showtime detective

Objection!

Hace más de medio año que salió la película de Barbie, de la cual gente que sabe mucho más que yo ha hablado largo y tendido. Es una película que nació en un ambiente reivindicativo, y que pese a ser una producción multinacional cuyo objetivo es vender juguetes, nos enganchamos con los dientes a su feminismo de plástico obviando sus graves carencias. Y es normal, porque cuando se habla de la regla en una película de Disney salen adultos “funcionales” a decir que qué asco. Cuando llevas toda la vida intentando que comprendan partes vitales de tu existencia y lo único que recibes es rechazo, te agarras a lo que sea, y Peach es un icono demasiado popular como para dejarlo pasar. Quizá por eso conectó tanto desde un primer momento con el público más adulto, por ese “ya era hora” que todos soltamos al darle el protagonismo a una mujer importante, que siempre quedaba a la sombra.

Princess Peach: Showtime! es un juego súper simpático y al que se le puede sacar punta por todos lados. Puedes criticar que las monedas que ganas sirven única y exclusivamente para comprar trapitos, que uno de los primeros niveles es de cocinera o que al principio es tremendamente paternalista con el jugador, y es que es verdad. Al mismo tiempo, se puede destacar que apela a todos los gustos con fases de ser una sirena o pegarle a un robot gigante, y que los tutoriales pasan a ser opcionales a los pocos niveles. La historia no irá a ninguna parte y aún no sabré quien es Peach (aunque parece una bellísima persona), pero sé que representa un cambio más grande. No es un juego “para chicas” en el sentido de querer que te compres una Game Boy Advance SP Girls Edition, sino un juego inclusivo en el que cabe todo el mundo y cualquiera puede sentirse seguro. Como ya dije en el adelanto, estoy muy contento de que juegos como este puedan ver la luz del día. Puede que no fuese el juego que esperábamos, pero sí uno que necesitábamos.


Esta crítica se ha realizado con una copia para Nintendo Switch cedida por Nintendo.