Una amenaza para nuestras mentes

Hoy en día no es necesario rebuscar demasiado entre los títulos existentes, ya sean actuales o algo más antiguos, para presenciar sangre, decapitaciones, mutilamientos, gore, etc. Y sí, puede que algunos de estos términos suenen bastante fuerte, pero al fin y al cabo son palabras que desgraciadamente podemos leer o escuchar a diario en muchas ocasiones, aplicadas a nuestra realidad. Estas desafortunadas situaciones han tenido lugar desde que el hombre comenzó a dar sus primeros pasos sobre la faz de la tierra, ya que, por naturaleza, el Homo Sapiens es un ser que benévolo, pero también puede actuar de una forma malvada e infeliz.

La violencia se define como el uso de la fuerza para conseguir un fin, especialmente para dominar a alguien o imponer algo. Esto puede ser generado cuando dos personas no llegan a un acuerdo, o por miles de cuestiones diferentes, tales como la envidia o los celos. No obstante, en este caso vengo a hablaros de otro tipo de fenómeno. Una violencia que no tiene explicación, que parte de la regla de cuanto más, mejor; un tipo de histeria que a simple vista puede parecernos que tiene una explicación, la cual justifica las acciones que comete un ser. Ese tipo de desorden mental se llama Postal 2 y, sinceramente, aunque os pueda parecer absurdo o enfermizo, la verdad es que me lo pasé genial formando parte de su demencia.

Veamos si puedo introducirte un poquito más en este juego, para que puedas verlo desde otra perspectiva que no implique matar por diversión o decapitar a personas que andan tranquilas por la calle. Postal 2 es un videojuego de producción estadounidense. Para ser un poco más exactos, lo creó el estudio Running with Scissors, Inc.. Cabe destacar que existen principalmente tres partes en las que podemos dividir el producto. La primera de estas, hace uso de una vista de pájaro para ofrecernos una perspectiva isometrica. La segunda, la cual voy a tratar en este artículo, hace que la entrega luzca completamente en primera persona. Y también hay una tercera forma de disfrutar de la entrega que… Bueno, la verdad es que es mejor no mencionarla, pero, sin entrar en detalles, os puedo asegurar que utiliza una vista en tercera persona para ofrecernos una perspectiva más amplia del desorden mental que supone todo el conjunto.

Dicho esto, ¿por qué me pregunto sobre si era necesario el desarrollo de Postal 2 cuando digo que me lo pasé genial a la hora de jugarlo?

¿Acaso el hecho de que alguien pase un buen rato con un producto no implica su necesidad, aunque sea para un público tan reducido?

Entrando en materia, resulta vital señalar que Postal 2 es un juego donde nos metemos en la piel de Postal Dude o Mr. Dude – el “tipo de la postal” – o simplemente, Dude. A este personaje se le asignan misiones que están divididas en diferentes días de la semana. Un lunes, por ejemplo, se le otorga un determinado número de misiones, que debe de cumplir antes de que comience el día siguiente, y así sucesivamente. Hasta ahí todo correcto. También tenemos un cometido final, que consiste en ir a cobrar un cheque que nos ha dado nuestro ex-jefe. Pero, ¿qué ocurre cuando a la hora de ir a cobrarlo, aparecen varios delincuentes enmascarados con escopetas disparando a todo el mundo y gritando que esto es un maldito atracoPostal 2 nos da dos opciones para lidiar con este tipo de problemas: o reventamos a todos los delincuentes hasta que no quede ni una cabeza pegada a un hombro, o simplemente corremos y escapamos de ahí sin hacernos los héroes.

La buena y pacífica parte de mí dice “Tío, debes salir de ahí corriendo si no, te matarán.” Pero por otra parte, el diablillo de mi cabeza dice; “¿Para esto has instalado este juego? ¿Para ahora no mover ni un dedo? Ve y mata a los atracadores. Y si te quedas con ganas de más, a los banqueros también”. Y sin darme cuenta, mis manos hacen otra cosa a lo que les dicta el cerebro, y acabo hasta con los gatos que pasan por delante de la puerta. Hay que destacar el hecho de que la aventura nos permite hacer cosas bastante fuertes como quemar con gasolina a una persona viva, separar una cabeza de un cuerpo con una pala, o incluso mear a una persona que está a punto de vomitar.

Suena sádico, ¿verdad? Pues no debería, ya que precisamente por esa clase de tabúes se lanzó este juego. Para que los jugadores tuvieramos un espacio donde ser locos dementes, pudiendo descargar nuestra rabia en un videojuego y no en la vida real. Tampoco quiero tocar el tema de violencia en los videojuegos, ya que es un tema muy extenso que implica muchísimos términos que tratar y yo únicamente quiero expresar mi pequeña opinión sobre la temática que se trata en Postal 2. Personalmente soy una persona razonable y cuerda, y sé cuando puedo hacer algo y cuando no. Y también sé que la violencia es algo que no debería existir. Pero la realidad es que existe, y ya que existe, prefiero ejercerla en un juego para pasar el rato en lugar de en la calle de mi ciudad, cuando no solo perjudicaría a otras personas, sino también a mí mismo.

La compañía RWS se hizo para esto, para delimitar la violencia en los videojuegos, así como para que las personas se dieran cuenta de cómo son en realidad. Aunque suene gracioso, varios juegos tienen detalles en lo que debemos prestar atención, y dependiendo de lo que hagamos, eso nos indicará cuán bien nos conocemos a nosotros mismos. Ni por jugar a FIFA seremos futbolistas profesionales, ni por jugar a Dying Light somos supervivientes habilidosos que podrían acabar con hordas de zombis hambrientos. De esta forma, tampoco por jugar a juegos violentos, somos asesinos o locos.

Es cierto que, en el caso de Postal 2, el juego fue prohibido en varios países como Alemania por su violencia extrema. Pero, desde el punto de vista personal, creo que deberíamos disfrutar de cada producción, sea cual sea el tema. Siendo sincero, me pasé muchísimas horas en este juego, así como en otros de este tipo, y, a decir verdad, hasta hoy no me entró ningún tipo de gusanillo de salir a liarla por mi barrio.