Encontrando lo sublime en lo familiar

Encontrar inspiración dentro de otros ejemplos de la industria del videojuego no es algo negativo per se. Es más, suele resultar en todo lo contrario, salvo esas excepciones que implican a desarrollos móviles con fuerte componente gacha y que intentan emular escenas vistosas de otros títulos para captar “clientes”, que no jugadores. En general, un buen videojuego ha aprendido de todo lo que varias décadas de desarrollos han sacado a la luz por parte de miles de estudios a lo largo de la historia, intentando, eso sí, quedarse con lo mejor de cada uno, ya sea para replicar ideas o en busca de otras nuevas.

Planet of Lana es el primer título desarrollado por Wishfully Studios, de origen sueco. Hace aproximadamente dos años pudimos verlo anunciado por primera vez como exclusiva de Xbox y PC en los Summer Game Awards y, ahora, al fin ve la luz cumpliendo con lo prometido: ser un título muy disfrutable con un apartado artístico que pretende embelesar desde el primer instante. Hace no mucho, pudimos tantear con las peripecias de la joven Lana en una demo, pero ahora podemos hablar ampliamente de su periplo, con el juego definitivo en nuestras manos.

Lana habita una aldea de pescadores donde todos parecen bastante amigables y, en general, el lugar rezuma esa paz que tan bien saben plasmar algunos genios del cine de animación japonés. Pero claro, pronto encontramos el conflicto: una especie de máquinas descienden de los cielos y comienzan a capturar a los habitantes de tan pintoresco lugar, incluyendo a los más allegados de Lana. Comienza entonces su odisea, que se debate entre la determinación necesaria para rescatar a sus congéneres y la audacia suficiente para huir de los peligros cuando es necesario. Aquí nos damos cuenta de dos cosas: que artísticamente estamos ante algo sublime, pero que también nos resulta muy familiar.

Ese carácter familiar proviene de una estructura en scroll lateral que plantea el plataformeo y los puzles como mecánicas principales, acompasándolo todo con algo de sigilo para evitar la muerte a manos de estas máquinas tan ágiles como mortíferas. Sí, como ya imagináis, la premisa se basa enormemente en lo que hemos vivido en títulos como Limbo e Inside. No es el primer juego que extrae el espíritu de los juegos de Playdead y se lo lleva a su terreno, como ya hizo White Shadows. Pero Planet of Lana consigue presentar un porte sublime, aunque el fondo de su estructura ya está algo trillado.

Y es que esta clase de juegos está empezando a tener algunos problemas para no caer en la misma dinámica una y otra vez. En este caso, Lana se encuentra con Mui, un bichejo que nos acompañará para el resto de la aventura, tan cuqui como redondo. Mui se plantea como el elemento más interesante de la jugabilidad. Lana posee habilidades basadas en la motricidad básica humana: puede correr, saltar, agacharse y mover objetos entre alguna que otra acción. Por su parte, Mui puede saltar más lejos y más alto, además de ser capaz de activar interruptores y distraer a los enemigos. Combinados presentan cierta simbiosis, donde deben mantenerse vivos el uno al otro para poder avanzar con alguna oportunidad de sobrevivir a largo plazo.

Lana tendrá que dar ciertas órdenes a Mui para distraer a los enemigos y colocarse en lugares determinados mientras hace otras cosas, como mover cajas y arrancar tablas de madera que le permitan alcanzar nuevos destinos. Eso sí, Mui tendrá que avanzar siempre con nosotros, así que debemos preocuparnos de que no acabe siendo el desayuno de ningún animal salvaje o víctima del ataque de las máquinas (algo que también aplica a la propia Lana). Puede que, para ello, tengamos que repetir algunas de las secuencias de sigilo varias veces, pero siempre podemos resolverlo todo sin atascarnos demasiado, convirtiendo el juego en una sucesión de puzles ligeros que requieren algo de ingenio en algunas ocasiones y algo de agilidad en otras.

La relación con Mui recuerda a otras tantas simbiosis que hemos vivido en el videojuego y donde el Team ICO ha demostrado ya la excelencia en varias ocasiones. La escasa conversación que ICO presentaba con ligeros comandos de voz está aquí presente, con respuesta en forma de soniditos que el pequeño bichejo emite y que acompasan estupendamente el aura silenciosa que mantiene el juego en algunos momentos. Todo ello es una muestra de la increíble puesta en escena de Planet of Lana. Dibujo, animación y sonido son parte de un tridente que se convierte en su principal atractivo y que compensa una jugabilidad a la que ya estamos, quizás, demasiado acostumbrados. Así, el toque artesanal de su entorno y la estética espectacular encaja sin problemas en un circuito jugable que se convierte en un conjunto de sensaciones, más que un recorrido.

Una aventura en compañía siempre es mejor

Planet of Lana se completa en unas 4 o 5 horitas sin demasiados problemas. Puede que tardemos algo más si nos empeñamos en buscar los murales secretos que transmiten alguna idea extra sobre un trasfondo que, aunque a lo largo de toda la aventura recibimos a base de píldoras, esconde algún misterio. Los puzles, eso sí, serán bastante facilones en líneas generales para cualquiera que esté ya acostumbrado a las triquiñuelas de Playdead y, normalmente, sabremos qué hacer con solo un vistazo a la pantalla. Pero en cierto modo consigue mantener el espíritu de estos títulos que nos plantea el empezar a teorizar desde el inicio de la aventura para intentar averiguar qué demonios está pasando.

Definitivamente, encontrar la inspiración en la industria del videojuego no es algo negativo, ni mucho menos. Los autores, en general, son quienes son por sus referencias. Sin embargo, en este tipo de juegos está costando encontrar un salto evolutivo. Si bien el fondo de ICO, como decíamos, está presente, Limbo e Inside son, sin lugar a dudas, el modelo a seguir. Aunque algunos títulos los utilizan como base para sus proyectos, no terminan de hacer nada realmente especial. Pero, todo sea dicho, Planet of Lana acaba siendo un título muy resultón que, si bien puede que no nos vuele la cabeza en lo jugable, sí que apuesta por un apartado artístico capaz de tirar del carro lo suficiente como para darle un enorme impulso a la propuesta.


Este análisis ha sido realizado con una copia digital para PC facilitada por Thunderful.