La aventura hecha píxeles

Una de las mejores formas de vender un producto cultural es apelando a un sentimiento concreto. No en un sentido sensacionalista, más bien al estilo DOOM, llevándonos hacia una descarga de adrenalina y a una profunda sensibilidad visceral y agresiva (con el pretexto, evidentemente, de disfrutar de ello). Pathway pone toda la carne en el asador para despertar en nosotros el sentimiento de aventura clásica, al más puro estilo Indiana Jones. Y es que el personaje, encarnado por Harrison Ford en las películas de Spielberg y George Lucas, asentó un espíritu que para muchos es difícil de olvidar. Naughty Dog ya plasmó en su saga Uncharted un sentimiento similar y, aun con carencias, Pathway se postula como un homenaje a las peripecias de Indy.

El roguelike es un género muy socorrido actualmente. Permite ampliar con sorprendente eficiencia las horas de juego, algo más que interesante para pequeños estudios que, quizás, no cuenten con un presupuesto de base para conformar un universo excesivamente amplio a nivel técnico. Por ello, las técnicas de repetición basada en la aleatoriedad posibilitan la existencia de campañas simples y ligeras, estructuralmente hablando, pero con una profundidad más que decente, si se acompaña de un buen trasfondo y unas buenas mecánicas. Pathway es el segundo título de Robotality, creadores de Halfway. Ambos se han publicado de la mano de Chucklefish y tienen un carácter similar.

Con su salida oficial, hace ya unos meses, Pathway vio la luz con unas bases bien construidas, como una aventura roguelike, con combates por turnos, bastante entretenida, pero poseía ciertas lagunas que se han cubierto con su actualización más reciente: Adventures Wanted, en la que se han incluido numerosas mejoras que van desde un aumento en el número de habilidades hasta la reestructuración completa de sistemas internos del juego.

Tenemos por delante a un juego centrado en el combate por turnos, con ciertos elementos roguelike para el avance de la aventura por el mapeado. Al iniciar, escogemos entre una de las campañas a nuestra disposición, cada una de las cuales estará bloqueada hasta completar la anterior. Además, debemos seleccionar nuestros tres personajes, cada uno de ellos con características propias. Comenzaremos pues con una introducción del suceso que da pie a nuestra aventura, al más puro estilo Indiana Jones, con un jeep como base de operaciones y un desierto que recorrer. No estamos solos: frente a nosotros, el ejército nazi ha desplegado sus tropas en busca de artefactos misteriosos y leyendas, que se suceden en Marruecos, Siria y otros entornos. Además, dentro de algunas catacumbas que los nazis exploran, nos encontraremos con enemigos sobrenaturales, en pos de este espíritu aventurero y místico. Tenemos, pues, que llegar al final del mapa, seleccionando la casilla a la que decidimos desplazarnos, pero prestando atención al combustible, que será limitado. Es en cada una de estas casillas del tablero donde nos encontraremos con los elementos aleatorios, que son ciertamente variados. Incluso si acabamos repitiendo la campaña, podemos rejugarla y encontrarnos con otras situaciones completamente distintas, mientras que algunas nos serán familiares.

Los eventos pueden ser resueltos de varias formas, entrando aquí un pequeño componente rolero, para la parte conversacional y las acciones a elegir. Cada uno de nuestros tres personajes tiene rasgos distintos. Natalya es una médica, mientras que Miguel, por ejemplo, es un revolucionario antifascista. Las habilidades, equipamiento y desempeño en combate cambian drásticamente según los personajes que hayamos escogido al principio. Con Miguel, sin ir más lejos, podremos intimidar a algún que otro soldado nazi para que nos ayude a infiltrarnos en un campamento y poder atacar con cierta ventaja. Entrar en los combates con facilidades es algo bastante importante, porque estos serán recurrentes y cuando se junten demasiados enemigos, acabarán con nosotros fácilmente. Pero no debemos temer a ello, puesto que si nuestros personajes no pueden continuar, la campaña terminará y podemos empezarla de nuevo, pero con otros activos, dado que los últimos estarán hospitalizados. Se trata de una gestión de conjunto, siempre teniendo en cuenta el dinero general del que disponemos para nuestras expediciones. Sin ir más lejos, el equipamiento que almacenamos en el jeep sirve para campañas posteriores y podemos dárselo a personajes más adelante. Por tanto, realizar varios intentos hasta que nuestros exploradores estén más equipados no es mala idea si nos cuesta demasiado avanzar.

Pathway basa gran parte de su jugabilidad en un combate por turnos simple pero efectivo. Conforme avancemos, eso sí, los enemigos serán más fuertes y nos convendrá haber elegido buenas sinergias entre las habilidades. Además, combinar las posibilidades de cada uno de los personajes es algo muy útil, ya que en cada turno solo podremos mover a cada uno una vez y realizar un solo disparo (u otra acción que no sea de movimiento). También disponemos de algunas habilidades “especiales” que estarán limitadas en el combate, pero que pueden salvarnos de más de un disgusto. Tenemos que cuidar la vida y la armadura de cada uno de nuestros personajes, pues no se recuperará por arte de magia y la única forma de hacerlo será con herramientas y kits de medicina, a costa de disminuir nuestros materiales, o bien descansando en un campamento. Esto, junto a la gestión de la gasolina y la munición compartida, convierte cada campaña en una carrera de resistencia, puesto que cada acción que hagamos disminuirá los recursos de los que disponemos. Eventos aleatorios nos permitirán obtener más, pero podemos llegar a quedarnos sin combustible, por ejemplo, teniendo que avanzar a pie y perdiendo vitalidad con cada desplazamiento.

La irregularidad como producto proporcional al ingenio

Robotality ha concebido Pathway como una aventura de altibajos, en la que tendremos momentos de euforia y humor, en contraste con otras situaciones en las que estaremos arrastrándonos por la supervivencia en esta aventura píxel tan colorida como ambientalmente absorbente. El desbloqueo de personajes es una dinámica interesante, dada la cantidad sorprendente de opciones para combinar. Y es que cada uno de ellos presenta una personalidad única, como hace el título en sí mismo que, si bien tiene inspiraciones evidentes, esto no se ha convertido en una lacra y ha conseguido construir una experiencia francamente divertida y emocionante.


Este análisis ha sido realizado con un código de descarga para PC cedido por Robotality.