Una situación que empeora con cada noticia

La emblemática saga de Pokémon no está pasando por su mejor momento. La polémica envuelve cada nuevo anuncio de la nueva entrega: Pokémon Espada y Escudo desde el pasado E3 2019 hasta el punto de que algunos fans han pedido públicamente el despido de Junichi Masuda, productor de la saga Pokémon y uno de los máximos responsables de la saga Pokémon desde la generación de Pokémon Rubí y Pokémon Zafiro. El principal motivo es que no todos los pokémon aparecerán en esta nueva entrega ya que, en palabras de Masuda, prefirieron centrarse en el modelado y animación de cada pokémon, dotando de mayor expresividad a cada uno de los pokémons. En el comunicado que explicaba este asunto, Masuda también justificaba esta decisión en base a la dificultad que supondría programar todos los pokémon y balancear el juego a nivel competitivo. Sin embargo; estas aclaraciones han sido duramente criticadas y refutadas por la comunidad mediante mensajes y vídeos donde comparan las animaciones mostradas en el tráiler del E3 con el de ediciones anteriores.

En las palabras de Junichi Masuda existen ciertas contradicciones que han indignado aún más a cierta parte de la comunidad Pokémon. Para empezar, los modelados de los 807 pokémons ya estuvieron realizados para los juegos de Nintendo 3DS para ahorrar tiempo de desarrollo en un futuro y fueron reutilizados desde Pokémon X/Y por una compañía externa: Creature Inc, filial de The Pokémon Company. En Pokémon Sol y Luna existen animaciones de todos los pokémon caminando y corriendo como si estuvieran siguiendo a su entrenador pokémon por lo que el trabajo de cara a la nueva entrega sería menor del que pudiera parecer. En cuanto al competitivo, existen campeonatos con reglas que impiden el uso de pokémons de anteriores generaciones por lo que simplemente habría que aplicar estas reglas en los torneos oficiales. Por otra parte, la transición de pokémon de una generación a la siguiente dejó de ser un problema desde la sexta generación con la inclusión del Pokémon bank, lo que reduce la problemática a una decisión empresarial. Con esta decisión se espera acostumbrar a los jugadores a que sólo se puedan disfrutar de los pokémons de esa generación en la entrega correspondiente de forma que siga ofreciendo la novedad de descubrir nuevas especies de pokémon y al mismo tiempo incentivar la compra de las nuevas entregas.

La evolución que no prevalece tras la innovación

Otro de los aspectos duramente criticado es que a pesar del éxito de Game Freak con la saga Pokémon, ha sido una empresa que no ha crecido con el paso del tiempo manteniéndose en 143 trabajadores. Lo que ha limitado a Game Freak tanto en el tiempo de desarrollo como en el contenido de Pokémon, acortándose tras cada entrega o dejando de lado mecánicas innovadoras que se ofrecían en entregas anteriores. Llama la atención que la inclusión de estas nuevas mecánicas se limiten únicamente a una entrega, siendo descartadas la mayoría de veces en entregas posteriores por lo que son diseñadas únicamente para traer novedad a la actual generación (un ejemplo de ello son las megaevoluciones y los movimientos Z que no estarán en Pokémon Espada y Pokémon Escudo). Algo que también sucederá a partir de ahora con los pokémon. No obstante; esta decisión empresarial parece haber sido tomada desde hace tiempo y sabían que paulatinamente llegarían a esta situación de forma inevitable. Tal vez no ha sido bien presentada porque nunca se reflejó como algo necesario o tal vez la mayoría de jugadores se hayan cansado de esta filosofía de recortes presentes en otras sagas de videojuegos en estos últimos años. Si en juegos como NBA, FIFA o Call of Duty hemos sido testigos de la inclusión de DLCs, juegos bases sin campaña, lootboxes injustos o modos de juegos diseñados específicamente para micropagos, pareciese que sagas que recogen tanto cariño como Pokémon quedarían al margen de estas prácticas. Game Freak llega tarde y llega mal a esta pretensión de hacer pasar por el aro al jugador que tanto tiempo y pasión ha dedicado a una de las sagas más icónicas de los videojuegos. Resulta incomprensible que una empresa que ya se vale por una marca asegurada tenga que recurrir a ese tipo de prácticas para explotar aún más a Pokémon. Sin embargo, existe cierto punto de entendimiento en el que Game Freak tiene razón: paulatinamente la saga Pokémon debía converger a un modelo más definido y compacto. Un modelo flexible que también les permitiera ofrecer novedades tras cada entrega. En lugar de ello, Game Freak se limita a cortar por lo sano y hacer borrón y cuenta nueva tras cada entrega, creando inconsistencia entre generaciones y cierto malestar en la comunidad Pokémon. 

Nunca será justificable la petición de despido y el acoso hacia una persona, en este caso, Junichi Masuda

En el otro lado de la balanza, es comprensible también la indignación de la comunidad Pokémon. Lo que nunca, repito, nunca será justificable, por muy contraproducentes que sean las medidas de Game Freak, es la petición y el acoso de cierta parte de la comunidad a Junichi Masuda. En el mundo del arte, en especial, de los desarrolladores de videojuegos existe un dicho: “Eres tan válido como el último juego que hiciste”. Usado como un dicho recurrente y motivador que ofrece segundas oportunidades tras fracasos estrepitosos. Pero también conlleva una presión constante por mejorarse tras cada juego y, por supuesto, un nulo reconocimiento a la trayectoria profesional de un desarrollador. Es terriblemente injusto que se pida el despido de Masuda por estas decisiones que seguramente no habrán sido tomadas en solitario y que en todo caso, no validan el despido de nadie. Hay un hecho indiscutible, Pokémon ha llegado a dónde está hoy y es lo que es hoy gracias a Junichi Masuda. Le pese a quién le pese, sin él, el Pokémon de hoy no sería posible. Es vergonzoso que se utilicen las redes sociales para pedir el abandono de Junichi Masuda y el retraso del lanzamiento de Pokémon Espada y Escudo con hashtag como #FireMasuda, #BringBackNationalDex y #DelayPokémon. No obstante; hay que remarcar que no todos los jugadores apoyan esta iniciativa y existen mensajes contundentes de apoyo a Masuda.

A día de hoy, es una insensatez que un grupo de personas piensen porque alguien ha hecho un mal trabajo deba ser despedido. Sea el ámbito que sea, no tiene justificación. Sería suficiente con expresar el malestar, reclamar lo que uno crea conveniente, comunicárselo a superiores o de forma general para que se estime lo oportuno pero nunca pedir un despido como quién pide cortar cabezas. El trabajo a día de hoy constituye el sustento de una vida y el mérito de quiénes se desviven por él. Se desconoce la situación personal de un trabajador pero un despido puede destrozar la vida de una persona. Por ello, algo tan personal e importante, no debe quedar a manos de la opinión pública.

La legitimidad adquirida del jugador tóxico

Game Freak es consciente de la situación delicada que afrenta con Pokémon. Pero considero que es una situación para la que ya están preparados y que si logran superar este bache, reducirán enormemente las dificultades y el coste de desarrollo de las futuras entregas de Pokémon. Una empresa que ha decidido no crecer es porque nunca ha necesitado de grandes expectativas con la saga Pokémon y por tanto, no necesita evolucionar con ella. Como quién es consciente de que llegará su fin, opta por exprimir su gallina de los huevos de oro de la mejor forma posible. Una decisión cuestionable pero por mucho que nos pese a nosotros como jugadores, no somos dueños de Pokémon. Esa toxicidad que no representa a la mayoría de jugadores ha dañado la imagen de la comunidad Pokémon hasta límites insospechados. La indignación enrarece el ambiente de concordia que siempre ha existido entre los jugadores de Pokémon. Tal vez esa pasión provoque mayor indignación porque es difícil no acabar adueñándose de algo por el que se ha dedicado tanto tiempo e interés, en especial, después de tanto tiempo. De tratarse de una IP nueva, seguramente no costaría trabajo renunciar a ella asegurando de que “el juego ya no te gusta”. Para muchos, en Pokémon no tiene cabida el “no me gusta el juego”. Tanto es así, que pueden llegar a amar y odiar al mismo tiempo a la franquicia. Siendo francos, para mí, Pokémon hace tiempo que dejó de ser para mí. Bajo mi punto de vista, con cada entrega añoro que vuelva a sus raíces y sea un juego hecho para mí. Pero soy consciente de que tal vez no me guste y tal vez no necesita estar hecho para mí. Quizás llegue la hora de hacerse a un lado y dejar que las nuevas generaciones, a su manera, disfruten del mismo universo fantástico lleno de criaturas con las que yo he disfrutado.

Otras sagas como The Legend of Zelda han sabido adaptarse a los tiempos de hoy sin renunciar a ese sentimiento de aventura con el que hemos disfrutado anteriormente. Es un punto en común que podemos compartir y vivir como si fuéramos otra vez aquellos niños. No obstante; no debemos ser impertinentes y aferrarnos a un juego como si fuese el único lazo con nuestro niño interior. Para muchos, Pokémon, es un símbolo de la infancia de toda una generación que creció con Pokémon y creó un fuerte vínculo con esas criaturas. Hasta cierto punto, es natural sentirse desplazados o no atendidos por Game Freak en cuanto a expectativas pero viniendo más por nosotros de lo que pudiera haber hecho Game Freak. Desde mi punto de vista, es suficiente con que Pokémon siga siendo capaz de atraer a nuevas generaciones (prueba de ello es Pokémon GO) porque sería un desperdicio que Pokémon cayera en el olvido.

Una ventaja de los videojuegos frente a otros medios como los libros es que siguen evolucionando y pueden envejecer para bien. Lo quiera o no Game Freak, Pokémon necesita evolucionar y no será cuestión de los jugadores de hoy sino los jugadores del mañana quiénes verdaderamente decidirán qué pasará con la saga. Junichi Masuda se quiera o no seguirá formando parte de Pokémon, y a sabiendas de lo repudiable que es pedir el despido a alguien, quiénes piden que se eche a un lado deben ser conscientes de que apartar a un creativo de su trabajo es aún más complicado. La filosofía de empleados y empresa en Japón es cuanto menos curiosa pero doy fe de que Junichi Masuda lo ha dado todo por Pokémon. Como decía antes, tal vez nosotros seamos quiénes debemos aprender a apartarnos y dejar que Pokémon siga su curso. Puede que esté en nosotros despedir a ese niño exigente, caprichoso e intransigente que habita en nuestro interior y no nos deja madurar. Sólo así descubriremos que existen otras formas de explorar universos tan enriquecedores como el de Pokémon.