La revisión de The Outer Worlds deja que desear

Pocas veces los astros se alinean con la suficiente perfección para ponernos delante una ironía tan grande como la relacionada con el título de esta nueva versión de The Outer Worlds. El RPG de Obsidian Entertainment, considerado por muchos como el sucesor espiritual de Fallout: New Vegas llegó a nuestras manos hace casi cuatro años y no tardó en cosechar toda una retahíla de alabanzas. En Obsidian saben hacer RPGs, de eso no hay duda, por lo que mucho se ha hablado de él desde entonces.

Pero tras un natural silencio adquirido por el paso de los años, el título volvió a la carga el mes pasado con una edición revisada para consolas de nueva generación y PC. Si no estáis metidos en el trasfondo del juego, este se localiza en una galaxia propia del desarrollo espacial más ciberpunk posible, donde las grandes corporaciones ya no sólo son dueñas de parte de nuestro mundo, sino que terminan por adquirir planetas enteros, muchas veces haciéndose propietarios también de sus habitantes. Posiblemente, uno de los eslóganes más famosos de la obra es el que se refiere a los equipamientos y herramientas de los peones de obra, cuya versión en inglés es difícil de traducir de forma precisa y dictamina que “It’s not the best choice. It’s Spacer’s Choice.” Con esta oración se plantea la sátira del capitalismo extremo. Aquí tienes tu equipo, es cutre y no muy seguro, pero ese no es mi problema. Ten cuidado además, ya que cualquier daño causado será responsabilidad tuya.

Pero en casa del herrero, cuchara de palo. Esta nueva revisión, que cae bajo las mismas siglas, llegó a nuestras manos en un estado cuanto menos deplorable. Si bien las versiones de consola contaban con múltiples problemas, ha sido la versión de ordenador la que mayores estragos ha sufrido. Los jugadores que se dispusieron a volver a volar con La Falible se encontraron con una versión extremadamente mal optimizada, que requería cantidades ilógicas de recursos para ofrecer una experiencia a lo sumo ligeramente mejor que la original. De hecho, en muchas configuraciones la única forma de obtener un rendimiento aceptable pasaba por modificar los ajustes gráficos hasta obtener una versión inferior incluso que la disfrutable en el juego base.

Aunque este caso ha sido el que más ha resonado por las cavernas de mi pensamiento (dado el contexto previo), no es sino uno de muchos títulos que ofrecen una versión inadecuada para ordenador. Hace pocos días que llegaba a nuestras manos la versión para PC de The Last of Us Part I, que pese a su último retraso no consiguió ofrecer un rendimiento aceptable prácticamente en ningún equipo. Dada la reciente fama de la franquicia, en gran parte debida al éxito de la serie de HBO, multitudes se han reunido por Twitter para asegurar que vivimos uno de los peores momentos en la historia del ordenador.

Nuestra situación real no podría estar nada más lejos de la realidad. La cantidad de títulos que llegan a PC de forma diaria es a todas luces superior a la que puede gozar cualquier otra consola y muchas de las versiones de ordenador cuentan con una optimización y una dedicación cuanto menos, aceptable. Es cierto que como usuarios de este sistema nos hemos acostumbrado a lo largo de los años a recibir ports desastrosos, que harían languidecer sin esfuerzo a los problemas de las peores versiones actuales, pero es un mal menor dentro de uno de los entornos con mayor libertad para el usuario.

Naughty Dog comparte sus intenciones de mejorar de forma inmediata la versión de PC y de hecho el título ya ha recibido varias actualizaciones, pero sigue sin ofrecer la experiencia prometida. Por otra parte, esta versión de The Outer Worlds ya recibió varios parches que arreglan de forma notable gran parte de los problemas presentes. Al final, todo es cuestión de paciencia, pero esto no deja de quitar la decepción que podamos sentir por descubrir que no podemos disfrutar de nuestra última compra en el momento actual.

He de reconocer que volver a The Outer Worlds me ha hecho darme cuenta de ciertas cosas. El título parece más cercano a Fallout: New Vegas y a su contexto que a los juegos de la generación en la que nace. Curiosamente, estas dos obras cuentan con una separación temporal de 9 años. En casi una década pueden cambiar muchas cosas. No podemos olvidar que sigue siendo fruto de la generación pasada y de sus limitaciones, principalmente las relacionadas con tiempos de carga elevados a causa del uso de discos duros mecánicos, pero no he podido evitar sentir que estaba jugando a algo fruto de otra época, con la diferencia de no poder aplicar una visión histórica.

Puedo jugar de nuevo a Fallout: New Vegas y disfrutarlo prácticamente como la primera vez, haciendo ojos ciegos al envejecimiento de su motor gráfico y sus limitaciones, disfrutándolo posiblemente mucho más que la cuarta entrega numerada de la saga principal. Pero no es una situación que pueda emular con The Outer Worlds. El tiempo es relativo y, al fin y al cabo, todo depende de con qué lo compares.


The Outer WorldsLa evolución de la franquicia y su cambio frente a obras más clásicas debería venir con la secuela, cuyo desarrollo lleva tiempo confirmado. Si el equipo de Obsidian consigue aplicar todo el aprendizaje adquirido tras el resto de desarrollos a sistemas actuales, podríamos encontrarnos delante de una obra capaz de hacer sombra al esperado Starfield. De momento, todo es cuestión de esperar. Por desgracia, The Outer Worlds: Spacer’s Choice Edition no es la mejor opción con la que sentarse a pasar el tiempo jugando.