Muchas partes no hacen un todo

Nintendo no debe estar cogiéndole mucho cariño a las filtraciones últimamente. Más allá de las acusaciones al boicoteo en la formación de un sindicato en su sección en Estados Unidos, esta misma semana, a pesar de cogernos a todos a pie cambiado con el cambio en la fecha de lanzamiento de Xenoblade Chronicles 3 (adelantándola casi 2 meses), ha salido a la luz la versión en desarrollo del emulador de Game Boy que están preparando para Nintendo Switch, siendo previsiblemente la nueva novedad que se sume a los servicios ofrecidos por Nintendo Switch Online (con una selección de títulos nada desdeñable, por cierto, según lo visto en la filtración; aún así, cojámosla con pinzas).

Partiendo de la base de que en Nintendo siempre van a su aire, siendo sinceros, es bastante absurdo que este tipo de emuladores sigan en desarrollo cinco años después del lanzamiento de la consola, más si tenemos en cuenta que se ha mantenido la arquitectura del sistema respecto a 3DS (ARM en ambos casos), consola que tuvo prácticamente desde su lanzamiento compatibilidad con Game Boy Advance, como parte de la promoción de compensación a los primeros compradores de la misma, de forma previa a una drástica bajada de precio. Luego no se le dio continuidad a la propuesta, pero el desarrollo estaba ahí. Sin embargo, en el caso de Nintendo Switch, sigue sin llegar y posiblemente no lo haga hasta verano, pese a haberse encontrado rastros de que lleva, como mínimo, dos años en el horno. Que no es poco, precisamente.

Incluso, habiendo yo mismo defendido la inclusión de las misiones como parte de los contenidos de esta suscripción, principalmente por ser un añadido nuevo (por la incomprensible decisión de Nintendo de no incluir logros en sus juegos, aunque mi lado de desarrollador, por otro lado, la agradece, un asunto menos que tener en cuenta), el caso de Game Boy Advance es distinto por esto mismo. Se ¿celebró? la llegada de títulos de Super Nintendo, la adición de Nintendo 64 dio vergüenza ajena por su lado técnico, y ahora la incógnita es la sensación que dará este nuevo paso de Nintendo en pro de tener un servicio online de pago mínimamente digno.

Y es que por muchos caramelos que nos ponga Nintendo delante, entre todos no dan lugar a una bolsa de chucherías que de ganas de llevarse a la boca. Puede que ya sea necesario esperar a la sucesora de Nintendo Switch (o el eternamente rumoreado modelo compatible con resolución 4K, lo que llegue antes) para tener un servicio por el que pagar no implique ser estafado, incluso compartiendo cuenta. ¿Lo peor? Que cuando se anuncie la llegada de este emulador, a poco que incluya dos o tres títulos de culto (inserte Golden Sun o equivalentes al gusto) lo celebraremos, lo veremos como una buena noticia, y se pasará por alto todos los problemas que pone Nintendo a la conservación de sus propios juegos durante un par de días. Porque somos así, Nintendo lo sabe (y nosotros también), pero no hacemos nada por romper ese círculo vicioso.

Mientras tanto, Nintendo batiendo récords de ingresos por Nintendo Switch Online.

Que siga la fiesta.