¿Riot Game, más que Riot Games?

Una de las compañías más conocidas a nivel mundial es sin duda Riot Games, desarrolladora de League of Legends (hasta la explosión de Fortnite, el juego más popular a nivel mundial), pero últimamente se ha visto envuelta en una serie de polémicas y problemas que hacen plantearse la pregunta que da título a este artículo, ¿necesita Riot Games reinventarse?

Cuando League of Legends daba sus primeros pasos, el género MOBA no estaba aún establecido de la forma en la que lo estaba hoy, y centrarse en ese título que apuntaba a ser tan exitoso parecía una buena idea para Riot Games, y desde luego, el tiempo les ha dado la razón en este sentido, especialmente en el ámbito económico, como veremos luego, pero cada vez se acusa más la falta de proyectos adicionales que hayan salido a la luz, llegando incluso al punto de que haya peticiones y sugerencias de cambiar el nombre de la compañía para eliminar la “s”, haciendo referencia al único juego desarrollado hasta la fecha.

En cuanto a los motivos de esta decisión, lo cierto es que nunca hubo necesidad por su parte para ejecutar otros proyectos. League of Legends, aunque siempre ha tenido limitaciones impuestas a nivel técnico, a permitido crear personajes de todo tipo, por lo que a nivel creativo no puede haber queja alguna, habiendo incluido también modos de juego diferentes (temáticos, o simplemente diferentes), pero existe un deseo por parte de la comunidad de ver que podría brindar el equipo de Riot en otros géneros. Desde la compra de Radiant Entertainment, un estudio centrado en juegos de lucha, así como todo su material, se ha rumoreado con un posible juego de lucha de la compañía, que podría estar ambientado en el mismo universo que League of Legends, expandiéndolo aún más si cabe.

Esta solución, aunque con otros matices, podría ser la solución al estancamiento inherente de League of Legends, que ya ha visto problemas debido a su motor gráfico y la pobre programación con la que se contruyó el juego en sus comienzos. De hecho, la versión actual del juego podría considerarse ya un remake completo, y todo esto sin incluir otros detalles que no afectan al juego como tal, como el Launcher o el sistema de repeticiones, que derivan directamente. De esta manera, y aunque no recibiera literalmente el nombre de “League of Legends 2”, sería una decisión lógica por parte de la compañía y que no debería sorprender a nadie.

Renovar League of Legends

Una de las mayores críticas que ha recibido la empresa respecto a su gestión de League of Legends ha sido la introducción constante de cambios en el juego, con parches cada dos semanas y que hacen que el juego se mantenga continuamente fresco y con novedades para los jugadores, pero a un elevado coste, la necesidad de adaptarse a los cambios y tener que reaprender conceptos y datos con cada nueva actualización para los jugadores. En un juego cada vez más dependiente del trabajo en equipo y que premia el empleo de los campeones en un mejor estado, estar atento a estas novedades es clave para disponer de oportunidades de victoria.

Este modelo, aunque compatible con el sistema de balanceo que utiliza Riot Games (al existir un gran número de personajes en el juego, no todos pueden estar equilibrados, por lo que solo una pequeña selección se considera “jugable”, y dicho grupo va rotando con el tiempo, además de por otros cambios externos a los personajes, como los objetos y otros parámetros), crea un cansancio progresivo en la base de jugadores, y con cambios más abruptos en cada temporada (que incluyen desde cambios en una clase, como los Tiradores en la Temporada 6, o los Asesinos en la séptima, a una reconstrucción completa del sistema de runas y maestrías o la Jungla, que poco o nada se parece a la que comenzó el juego), muchos jugadores abandonan el juego (por un periodo más corto o más largo, ya que todos los jugadores hemos salido del juego para volver a entrar en algún momento) al no poder adaptarse estos cambios.

League of Legends

Y si esta situación se puede observar en los jugadores habituales, se puede analizar de forma más notable a nivel profesional, como es lógico. El número de jugadores que se retiran de la escena competitiva por el número de cambios, aunque se ha estabilizado en los últimos años, era alarmante en las primeras temporadas del juego, pero no deja de ser preocupante que el juego sufra cambios tan agresivos de forma continua, afectando incluso a campeonatos mundiales (como por ejemplo el de la Temporada 5, influenciado por los denominados colosos: Mordekaiser, Darius, Skarner y en menor medida, Garen) fruto de falta de previsión por parte de la compañía sobre el efecto de la implementación de los nuevos cambios. Aunque este problema se ha solventado en parte con la incorporación de exjugadores profesionales a los departamentos de pruebas, en ocasiones seguimos sufriendo el lanzamiento de personajes completamente rotos, aunque cada vez de forma más habitual se opta por lanzarlos al servidor en un estado más débil de lo esperado e ir fortaleciéndolo poco a poco.

La influencia de Tencent

Una de las relaciones más claras que se han establecido en la industria del videojuego en los últimos años ha sido la de Tencent-Riot, comprando primero parte de la compañía y luego adquiriéndola por completo en 2011, ha cambiado por completo el funcionamiento de la misma, tal y como se ha reflejado en numerosos artículos con detalles económicos. Lo cierto es que Tencent, empresa china que ya se encuentra como propietaria parcial o total de empresas como Epic Games (responsables de Fortnite y el motor gráfico Unreal Engine), Bluehole (el estudio detrás de PlayerUnknown’s Battlegrounds), Supercell (que arrasa en teléfonos móviles, primero con Clash of Clans y luego con Clash Royale), Ubisoft, Activision… y así una larga lista.

Tencent es, en la actualidad, un imperio chino que posee gran parte de las compañías más importantes de la industria.

El hecho de formar parte del catálogo de empresas de una multinacional tan grande implica ciertas limitaciones a la hora de operar, especialmente cuando dependes por completo de Tencent para operar en China, región en la que League of Legends tiene su mayor base de jugadores. No hablaremos en profundidad de todos los detalles en los que Riot ha tenido que cambiar su forma de actuar por imposiciones desde arriba, pero en el artículo que hemos enlazado en el párrafo anterior se explican algunos problemas que han sufrido, pero desde luego los títulos clónicos para dispositivos inteligentes solo supusieron el comienzo del conflicto, y ahora que comienzan a expandirse fuera del continente asiático, esto podría agravarse progresivamente.

Polémicas respecto a su imagen pública

Sin embargo, lo que más ha manchado la reputación de Riot Games en los últimos tiempos han sido los diferentes escándalos acerca de la compañía, como la cultura sexista impuesta dentro de la compañía, o la polémica generada con sus actividades en la PAX, cuya respuesta por parte de la comunidad ha sido ridícula, pero esperable por parte de una comunidad tan tóxica como es la de League of Legends. Al margen de estos casos, que ya se han explicado en profundidad en los artículos enlazados y sobre los que no se puede añadir mucho más (exceptuando la recomendación de su lectura), pero sí que se puede hablar sobre los recortes que está efectuando Riot a la hora de organizar algunas de sus competiciones al más alto nivel.

Estadio eSportsAunque esta política no afectó a las finales de la LCS EU recientemente celebradas en Madrid, si se notó a las del norteamérica (achacado en este caso a falta de previsión por parte de la organización, que forzó a celebrarlas en un pequeño auditorio) y que será más evidente en los mundiales de este año, celebrados en Corea del Sur (celebrando las finales en Incheon en vez de Seoul o Busan, por ejemplo) y haciendo retransmisiones desde el estudio ubicado en Estados Unidos en vez de trasladar al equipo de retransmisión para ahorrar costes. Evidentemente, con recortes de esta clase, el premio final se ve afectado estas decisiones, que no elevará su cantidad, haciendo más evidente la diferencia con su competencia directa, The International, de DotA 2.


Es evidente que Riot Games tiene muchos puntos que estudiar de cara al futuro, y si bien no es necesario que se reestructure por completo (dado que por el momento no sufre problemas económicos) si que necesita cambios en cuanto a sus empleados (a nivel de mejorar el trato que reciben, que nadie piense que estoy incitando a promover despidos) y el funcionamiento de su juego, tanto a nivel interno como de cara al público, fortaleciendo la escena profesional (que a día de hoy supone el punto de entrada para parte de los jugadores) tal y como se encuentra haciendo con los sistemas de franquicias para la LCS. Está claro que Riot Games se encuentra en un proceso de transición para establecerse como una empresa al uso (y dejar de ser una startup, hecho que desde la compañía han reconocido), y que para ello es necesario alterar la base sobre la que han funcionado. El tiempo dirá si lo hacen de forma correcta o no, pero desde mi punto de vista, es necesario que lo hagan cuanto antes y que el efecto de dichas decisiones se haga patente de cara al público, el factor que determina si un juego Free To Play prevalece o no.