Romper lazos

Quince años han pasado desde el lanzamiento para PlayStation 3 de Naruto: Ultimate Ninja Storm.Quince años dan para mucho, aunque no para olvidar un título de lucha 3D que en su momento me pareció adelantado a su tiempo en prácticamente todos los sentidos, y que me hizo reenamorarme con sus posteriores entregas principales del que a día de hoy sigo teniendo como manganime de referencia. Naruto significa mucho para muchos de nosotros, y es por ello que durante más de una década nos hemos sentido dichosos al ser conscientes de que contábamos con la mejor adaptación al videojuego que se había hecho jamás de una serie de animación japonesa. No en vano, la fórmula patentada por CyberConnect2 ha sido exprimida mucho más allá, incluso, de los confines de la Villa de Hoja, llegando a ser adoptada sin apenas permutaciones por otras IPs como Kimetsu no Yaiba con sus Crónicas de Hinokami.

Más donde antaño hubo júbilo, orgullo y hasta aires de superioridad, ahora solo resta decepción, tristeza y hasta una envidia malsana hacia aquellas licencias que al fin recibieron el tratamiento que durante tanto tiempo merecieron y durante tanto tiempo acaparamos. Fruto, posiblemente, de una ambición desmedida por parte de Bandai Namco Entertainment —la cual se halla claramente interesada en abarcar y destacar más IPs orientales de las que puede financiar—, la realidad a día de hoy es que la subsaga STORM está en sus horas más bajas. Algo lógico, en parte, al haber visto cumplido su cometido de acompañar al personaje de Masashi Kishimoto hasta su final en su cuarta entrega numerada, STORM 4, lanzada en 2016, reeditada en 2017 y relanzada para Switch en 2020. Supongo que, desde entonces, más allá de acompañar a un infinitamente menos popular Boruto, queda poco por hacer.

Más de siete años y una generación después, CONNECTIONS es el último capítulo de la serie, y si bien muchos podíamos esperar de él un puñetazo sobre la mesa que hiciese temblar las bases de lo que hasta ahora había sido la franquicia o, al menos, un vistazo hacia el estimulante futuro que está por venir, nada más lejos de la realidad. Casi con un nombre antagónico a su esencia, CONNECTIONS es el mayor exponente del problema desarrollado unas cuantas líneas más arriba, y el ejemplo perfecto de cómo no vender lo que, eufemismos aparte, se trata de un recopilatorio.

Si bien el contenido de los cuatro capítulos principales de la serie se ha readaptado en pro de aportarles una mayor coherencia y empaque, y aunque es de justicia admitir la existencia de un capítulo especial (‘Special Story‘) de seis o siete horas de duración que trata de justificar el precio completo del producto, la materia prima que se encuentra en este lanzamiento es la misma que pudimos ver en aquel NARUTO SHIPPUDEN: Ultimate Ninja STORM Legacy de 2017 (esto es, las versiones remasterizadas y completas de los primeros tres títulos, así como la Road to Boruto Edition de STORM 4). No contentos con ello, la readaptación realizada —asumimos, con tal de mejorar el ritmo de la campaña— acorta bastante la duración de estos contenidos, y deja fuera momentos importantes de la serie, como todas las fases de exploración de la entrega original o algunos combates e impresionantes secuencias cinemáticas que se han traducido, ahora, a una sucesión de capturas estáticas con subtítulos. Tampoco contamos con todas las modalidades y añadidos que había en otras entregas (ni de los spin-offs como Generations Revolution), y elementos tan baratos y fáciles de modificar y modernizar como la interfaz o el selector de personajes se han conservado manteniendo inalterable hasta el último píxel.

Nada de ello desmerece el hecho de que revivir toda la saga del tirón sigue siendo una experiencia fantástica, así como que aunar todas las bondades de una IP tan extensa como Naruto en un solo videojuego tiene sus virtudes. A nivel puramente numérico, son más de 130 personajes jugables los que pasan a estar disponibles, los cuales poseen múltiples variaciones y trajes, y comprenden desde el primer hasta el último arco del manganime. Todas las animaciones y ataques están ahora muy homogeneizadas, por lo que vivir la experiencia STORM y saltar entre sus diferentes contenidos es verdaderamente fluido y pasmoso. Por otro lado, el juego luce sorprendentemente bien para estar reutilizando exactamente el mismo motor gráfico que usaban las obras de PlayStation 3 y Xbox 360, y el sistema de combate sigue siendo una delicia a los mandos. Aunque no es tremendamente profundo en comparación con los grandes exponentes del género, siempre apetece jugar una partida más; más aún si se hace en buena compañía.

Un videojuego divertidísimo en un homenaje insuficiente

Naruto y CyberConnect2 han sido una dupla inseparable durante muchos años, y en ese tiempo nos han dado tantísimas alegrías que resulta imposible no sentirse agradecido y tremendamente nostálgico cuando a uno se le da la posibiidad de rememorarlas. Ahora condensadas en un único producto, cualquiera puede acercarse a la serie STORM y averiguar de primera mano el porqué ha significado tanto para muchos de nosotros, aunque los que llevamos jugando sus aventuras del primer día encontraremos muy pocos motivos para volver a un universo lúdico que cada vez tiene menos que ofrecernos y que, por el bien de todos, esperamos que pronto pase el testigo a las nuevas generaciones, diegética y extradiegéticamente hablando. Ojalá así podamos construir nuevos lazos.


Esta crítica se ha realizado con una copia digital cedida por Bandai Namco Games.