"¿Qué busco en realidad...? Quizás no quiera saberlo"

En la semana de lanzamiento de Final Fantasy XVI, bien podría considerarse una completa desfachatez el hablar o teorizar sobre otros capítulos de la saga, más o menos inminentes, dada la capacidad de dichos temas de conversación para restarle impacto o expectación al que a buen seguro será uno de los títulos más relevantes del año, y al que está llamado a ser el último portador de la corona de la franquicia. No obstante, la propia Square Enix ya se faltó el respeto a sí misma haciendo de menos a su proyecto veraniego insuflando expectación artificialmente y a destiempo con respecto a Final Fantasy VII Rebirth, título fechado para principios de 2024 que no solo recibió un nuevo tráiler hace diez días como parte del Summer Game Fest, sino que se alzó como protagonista mediático de todo el pasado mes de mayo gracias a la retahíla de información oficial que fue distribuida por la empresa haciendo uso de Twitter. Dadas las circunstancias, siempre hay riesgo de acabar siendo tan mamarracho como ellos, pero tampoco es que tengamos ni tan siquiera un ápice del alcance y de la responsabilidad con la franquicia que tienen ellos, así que mira, here we go.

Pese a que aún faltan un buen par de años para que el último viaje de Cloud y compañía llegue a su fin (pues la última parte de la trilogía está siendo desarrollada en paralelo pero aún no cuenta con una ventana de lanzamiento estimada, siendo difícilmente esperable para antes de 2026), los rumores sobre el siguiente paso de Square Enix aprietan con fuerza con el paso de los meses, dada la aparente intención de la empresa nipona de intercalar —de manera similar a lo que Disney realiza con sus live action— lanzamientos originales con remakes de sus capítulos más queridos, como bien podrían ser Final Fantasy X o el que hoy nos incumbe, Final Fantasy IX; quizás el más rumoreado de los remakes, dado el contraste entre su aparición en la archiconocida filtración de GeForce Now con la nula información oficial proporcionada hasta el momento. No por ello carecemos de detalles sobre él: al parecer, contará con una jugabilidad tradicional basada en turnos y mantendrá el estilo artístico original aunque “no será un simple remaster”. Crucemos los dedos.

Es una información que, como fan acérrimo del original, se agradece; más aún cuando el listón está alto. Y no precisamente porque la compañía de Shibuya esté haciendo un fantástico trabajo de remake con su hijo predilecto pido ya perdón por la hot take—, sino porque el noveno capítulo numerado de la franquicia, ojo al dato, ya tiene su propio remake... y es, a ojos de sus fieles devotos, poco menos que un sueño hecho realidad.

Memoria Project: Final Fantasy IX es un proyecto fan desarrollado desinteresadamente a lo largo de más de tres años por más de 50 profesionales de la industria del videojuego, entre los que se encuentran el compositor Alex Moukala o el artista principal de MultiVersus, Dan Eder, encargado en esta ocasión del diseño de los personajes. Se trata de una carta de amor absolutamente preciosa que, sin embargo, jamás podremos probar, pues con tal de evitar problemas legales como los que hemos visto en el pasado, el título únicamente se distribuirá mientras siga en desarrollo a través de vídeos publicados en redes como YouTube. Por tanto, no se espera que la demo jugable, desarrollada en Unreal Engine 5, sea distribuida al público, al conllevar el permiso expreso de una empresa que (de manera bastante justificada, diría yo) a buen seguro está más preocupada por la imagen de su saga y por el beneficio de sus desarrollos propios que por la ilusión de sus seguidores. Tampoco se conoce si el talentoso equipo, cuyo tiempo ha de ser bien preciado, continuará con su trabajo con respecto a lo visto en la demo ya publicada, y de ser así, cuánto lo continuará.

Con un producto como este sobre la mesa, que destila pasión y atención al detalle por los cuatro costados, debemos de prepararnos para la posibilidad de que el remake oficial de Final Fantasy IX, llegue cuando llegue, pueda estar un peldaño por debajo de este carismático e impresionante Memoria Project, pues ya sea desde un punto de vista artístico, comercial o técnico, es posible que Square Enix deba de lidiar con muchas limitaciones que dada su iniciativa sin ánimo de lucro no se han tenido que tener en cuenta en esta ocasión. Asimismo, cabe imaginar que el reparto de los recursos asignados al proyecto no sean semejantes, principalmente por el sobrecoste de I+D, marketing y de diseño de juego que conllevaría el remake oficial en comparación con una demo no jugable. Nuestra industria, como cualquier otra, se mueve por el dinero; lo entiendo, y lo cierto es que ya llegados a este punto hasta me parece bien. Pero ojalá, entre tantas decisiones tomadas desde un prisma puramente comercial, pueda sobresalir un resquicio de pasión que nos permita en unos años disfrutar de un título con, al menos, una factura audiovisual como la vista en esta demo, sin que ello implique sacrificar el resto de cosas que amamos del juego original, que no son pocas. Soñemos mientras podamos.