Esto no lo vimos venir

Las películas de videojuegos no suelen estar muy allá, y con razón. Son dos medios que, aunque casan en bastantes partes, nunca han conseguido conectar del todo, principalmente por la naturaleza tan distinta de ambos medios. Sin embargo, el año pasado tuvimos Detective Pikachu, una película que sin ser pretenciosa en absoluto y bastante infantil consigue que pases un buen rato frente a la pantalla. Sin embargo, el que de verdad ha conseguido traer el universo de los videojuegos al cine ha sido Sonic, con su película estrenada el pasado viernes.

Puma ha lanzado unas zapatillas que me casaría con ellas.

La película ha recibido sorprendentemente muy buena crítica, algo que no se suele ver en películas del estilo. No está obteniendo notas perfectas, pero prácticamente todo el mundo coincide en que es un metraje con el que pasar un buen rato, lleno de referencias al mundo de Sonic, tanto el de los videojuegos como el que se ha ido creando a su alrededor. La animación es exquisita, solo hay que ver los trailers, y Jim Carrey sigue siendo Jim Carrey, comiéndose la pantalla siempre que aparece. Ya va camino de superar a Detective Pikachu, y es que el nuevo look que le han dado al erizo es la razón más que probable de este triunfo. Se ha realizado un trabajo titánico para poder dar vida a este personaje, una nueva cara que más quisiera Tom Hooper haber conseguido a la hora de hacer los diseños de Cats. De esa forma ya conseguimos conectar con el personaje y conseguir comprender un poco más lo que es esta película: una carta de amor a los fans y toda una experiencia para los niños. Gracias, MPC.

Para el que no lo sepa, MPC (o Moving Picture Company) es el estudio que se ha encargado de esa remodelación, concretamente la sede en Vancouver, aunque se espera lo mismo del resto. Todos a la calle, de golpe y sin avisar. Este estudio es el encargado de producción de efectos visuales en películas como Guardianes de la Galaxia, El Rey León y la propia Sonic. Cabría esperar que ante tales superproducciones hubieran recaudado lo suficiente como para mantenerse a flote, pero para Disney eso de pagar es cosa del resto. Las razones que dio el estudio fueron la competitividad y el haber encontrado oportunidades más atractivas en otros sitios, y serían los jefes, porque ya os digo que los trabajadores no han pedido eso. Lo que sí que comentaron, o al menos así aseguraba en Reddit un extrabajador de la empresa, son las sospechas que todos temíamos: que Sonic es la película más fiel a nuestra industria que se ha hecho, o al menos de la que se tenga conocimiento.

Póster de la película.

Estoy muy cansado de dar la vara con esto, así que no voy a volver a pararme a explicar lo que es el crunch, pero quiero recuperar lo que comenté hace un par de semanas: el daño ya está hecho. La maquinaria que hace todo funcionar está bien protegida para que, hagamos lo que hagamos con nuestro dinero, a ellos no les afecte. La película estará genial, al igual que han debido de estar geniales esas horas extra sin parar que han tenido que sufrir en el estudio al estar con dos proyectos a la vez: El Rey León y Sonic. Si fuera otro momento pensaría que en parte ha sido culpa nuestra que esto haya pasado, puesto que la recepción del modelo principal fue pésima, y desde luego no me quiero ni imaginar lo que le habrá pasado al diseñador de dicho modelo, pero ese no es el punto. Esta acción es la señal patente que ya da igual que el consumidor se queje, los bolsillos se los van a llenar igual. Adelante, id a verla, nada os lo impide y el trabajo ya está hecho; es más, no hacerlo sería hasta un poco falta de respeto hacía aquellos que invirtieron horas de sueño, sudor y lágrimas en ella. Seguramente hasta yo vaya a verla, pero ya no con los mismos ojos. Este no es el fruto de Paramount, ni de Sega ni de ninguno de los que da la cara, sonriendo mientras aclama lo bien que les está yendo en taquilla. Mi amor va hacia todos aquellos que han dado lo mejor de sí mismos y lo único que han recibido es un portazo.

No VFX artists are harmed”. Jeff Fowler, no se puede tener la cara más dura.