Sustos que dan gusto

Si uno se pone a revisar su biblioteca de títulos, sobre todo si es extensa o lleva engrosándola durante años, se da cuenta de que hay un montón que sabemos que como mínimo hemos probado, pero no nos acordamos ni de cómo ni de cuándo. El carisma de un juego es vital a la hora de dejar una huella perenne en el jugador: no se trata de atraerte (hay juegos que parece que no quieren que los toques), sino de marcarte y que lo guardes como algo tuyo. Esa es una de las cosas bonitas del arte, que podemos señalarlo y decir “ahora forma parte de mí”. Sin embargo, al igual que hay cosas que se hacen “nuestras” y nos encantan, también hay partes que no nos gustan, o incluso nos avergüenzan. Ese libro que te encantaba de pequeño, ese disco de una época confusa de nuestra vida, ese objeto que en su momento guardaba un significado especial… Todo eso nos hace ser como somos, y juegos como Garage: Bad Dream Adventure nos recuerdan que, hasta cierto punto, nos puede llegar a gustar algo muy, muy desagradable.

Este juego se daba completamente por perdido. Salió a finales de los noventa con una tirada en PC muy limitada, y se han tardado años hasta encontrar una copia en perfecto estado. Posteriormente tuvo que ser traducido por fans, ya que su lanzamiento se limitó solo a Japón. Después de veinte años vuelve a la vida, pero solo para smartphones, y es una decisión que no llego a comprender del todo. Creo que solo puedo describir Garage como un juego raro como el solo, cuyo mayor acierto es meternos en un mundo desfigurado y macabro, lleno de misterios y dobles sentidos que retratan aspectos de nuestra sociedad de la forma más grotesca posible. Tomamos el control de una máquina al borde de la inanición, la cual despierta en un vertedero y tendrá que escapar de ese mundo asqueroso tan rápido como le sea posible. Poco más os puedo decir de la historia, ya que lo realmente importante aquí es el lugar en el que nos encontramos.

garage mundo

En Garage da la sensación que si tocas cualquier pared vas a pillar cinco variantes distintas del tétanos. Al ser una aventura al estilo point n’ click, nos desplazaremos de pantalla a pantalla de forma estática a través de un sistema de railes. Estamos en un mundo que no es el nuestro, y el que nos ha rescatado ha dejado una nota muy vaga de cuál es el primer paso para movernos por este puzle inmenso. La primera hora es angustiosa a más no poder: estamos confusos, el mapa ayuda nada y menos y cuando intentamos hablar con otros personajes suelen dar largas o estar a su bola. A esto se le suma que nos estamos muriendo: tenemos dos barras al lado de la pantalla, de Ego (la vida) y de Fuel (lo que nos permite movernos), y se irán agotando progresivamente a un ritmo lento pero constante. Podremos recargarlas con objetos, pero principalmente lo haremos a través de otras máquinas hembra, o así las llama el juego. En este mundo, las máquinas macho tienen que pescar y recolectar insectos para que las hembras en su “estómago” los procesen y conviertan en Ego, el cual luego absorberemos a través de una abertura que tienen en el vientre. Asimismo, las máquinas macho son las únicas que trabajan, y solo podremos interactuar con ellas a ciertas horas del día cuando estén descansando, aunque la mayor parte de las veces nos dirán comentarios crípticos o sin aparente sentido.

garage mapa

El mapa hace lo que puede a la hora de orientarnos

Garage hace un trabajo espectacular metiéndonos en un mundo con una cohesión interna descabellada pero sorprendentemente estable. Las cosas son de una forma y nadie se cuestiona si se puede cambiar para mejor, porque no dejan de ser máquinas con una tarea fija. No pueden salirse de los railes y tiempos ya marcados, y nosotros, que somos completamente ajenos a esa realidad y queremos ser el elemento transgresor, nos acabamos adaptando. Lo que al principio parecía salido del rincón mas enfermo de la mente acaba por sernos habitual, esa desorientación se convierte en familiaridad, y es que no tenemos otra que jugar con esas reglas. Sin embargo, hay algo que rompe por completo esta magia, y es que es un juego de móvil: es un elemento extraño para la plataforma más compartida en el mundo, pero eso no significa que sea la adecuada.

Aquí, con las waifus

Se han retocado las texturas y aumentado la calidad de las cinemáticas para pantallas con mayor resolución, y los menús se encuentran a los lados para cubrir lo que en un principio serían bandas negras por la anchura. Hay nuevos finales, se han introducido logros que nos darán ciertos objetos para ayudarnos en la historia y todo parece estar algo mejor explicado. Hay incluso un recopilatorio con las conversaciones que hemos tenido con los diversos personajes para que no tengamos que estar recordando una y otra vez qué nos han dicho, y me parece una solución fantástica al servir de palo de ciego sin decirnos explícitamente cual es el siguiente paso. Todo esto ayuda un montón a que la aventura sea más accesible sin que nos sintamos más aliviados en esa pesadilla, pero lo que me saca por completo de la experiencia es que es un juego de móvil.

Para moverse e interactuar hay que tocar la pantalla, y estar tapando partes de la misma una y otra vez rompe ese lazo de unión con el que ese mundo te agarra. Además, no podremos guardar siempre que queramos, por lo que tienen que ser sesiones de juego que sepamos que van a durar una mínima cantidad de tiempo o apenas avanzaremos.

Una experiencia única manchada por la plataforma

Con todas estas mejoras y la nueva traducción me desencaja mucho que hayan querido sacar el juego en una plataforma como esta. Sí, es más accesible, pero la inmensa mayoría de veces que usamos el móvil para jugar es para partidas rápidas en juegos casuales, y la barrera de entrada que impone Garage: Bad Dream Adventure puede resultar bastante alta. Es una obra fascinante y bella (no en el sentido estético de la palabra) pero jugada en el peor medio posible, y me apena que, tras el esfuerzo realizado por relanzarla, recuperarla y mejorarla después de tantos años, no se pueda disfrutar como merece. Os propongo una cosa: este es un juego que recomiendo mucho, simplemente por lo extravagante y único que es, y en Windows 11 se va a poder acceder a los juegos de Google Play Store. A mi parecer, el juego está tirado de precio para lo que ofrece, así que os sugiero que lo compréis o lo guardéis en vuestra lista de deseados y en unos meses lo juguéis en el ordenador. Es uno de esos juegos que, como mínimo, merecen ser probados.


Esta crítica se ha realizado con un código de descarga para Google Play Store cedido por Garage Team.