De espadazos, dominantes y dominados

Existir en los tiempos modernos, una de las hazañas más complicadas a las que nos enfrentamos cada día, resistir en el pequeño puesto que ocupamos, luchar contra las inclemencias solo por la necesidad de permanecer en un mundo que, antes o después, pasa de nosotros. Es una vida cansada, y cuanto más pienso en el futuro, más agotador se me hace, una vida de resistencia, una existencia que no se entiende sin el desgaste, un fuego que arde lentamente y nos calcina hasta los huesos, no quedará nada nuestro. Pero ceder no solucionará nada, abandonar estos espacios y dejar paso a la marabunta que es el capitalismo no servirá, no otorgará soluciones y no nos librará de nuestro peso, de nuestro destino como luchadores. Algo similar pasa en el mundo de los videojuegos, uno copado por las grandes empresas que devoran todo lo que encuentran a su paso, que tapan el sol cuando intentar germinar los brotes, unos que, al igual que nosotros, se esfuerzan al máximo por, simplemente, poder existir, poder demostrar al mundo que no todo está dominado por los de siempre. La brisa que inunda el ponzoñoso aire de “lo grande y mejor”, una que no es idílica, pero su mera existencia da sentido a todo un ecosistema, y entre estos aires nada En Garde!, una propuesta que intenta aportar y confrontar a la vez.

En Garde!

Para entender En Garde! y sus implicaciones es importante echar un vistazo a la situación actual de la industria, donde predomina un formato concreto de videojuegos, y todas las grandes producciones siguen los mismos esquemas. Que si elementos RPG, que si mundos abiertos cada vez más inmensos, que si historias cada vez más “serias”, un patrón por el que se van cortando todas y cada una de ellas, y que, por ende, acaba salpicando a las propuestas más pequeñas, que en busca de un hueco en el que intentar mostrar al mundo su forma de hacer personal, acaban cediendo en algunos aspectos para poder rascar ventas con las que seguir sobreviviendo en esta industria. Todo esto acaba emponzoñando el trabajo de años, las miles de propuestas que salen cada día a la sombra de otras infinitamente mayores e inalcanzables, pero que también quieren decir algo. Sin embargo, y por suerte, todavía hay quienes deciden conservar su espíritu propio y señalar un camino completamente distinto, una forma contraria a cómo creemos que se han de hacer los videojuegos.

No, no hay mundos abiertos inabarcables en los que perdernos y abrumarnos por la cantidad de objetivos y misiones. No, no hay una historia épica y trascendental con la que “sufrir, llorar y aplaudir”. Solo estamos ante una expresión distinta de lo que son los videojuegos actuales, y menos mal. En Garde! nos propone una experiencia propia, exigente eso sí, pero igualmente disfrutable. Mediante ataques, esquivas y bloqueos medidos al milímetro, nos iremos abriendo paso para parar los pies a los cabecillas del colonialismo español y sus malévolos planes, que pasan por intentar dominar a la ciudad y sus habitantes mediante el uso de su poder, así de simple. A pesar de la sensación que pueda dar, no se hace excesivamente frenético, pudiendo parar el combate, dar un par de pasos atrás y tomar decisiones alrededor del escenario para enfrentar al grupo de enemigos que nos acecha. Poder tener un respiro en medio de la intensidad es algo que cada vez se ve menos, pues vende más la acción por muy buena o mala que sea antes que estos intervalos en los que pensar fríamente cómo afrontar los combates. Sin embargo, hay un pensamiento constante que ha ido permeando durante el tiempo de juego, y no es otro que la temática, esta crítica al colonialismo español, siempre acertada, pero cuyo enfoque nunca se utiliza para demostrar que, efectivamente, se efectuaron otros colonialismos por las grandes potencias del momento, y cuyos efectos siguen en activo a día de hoy, como es el francés.

En Garde!

Una cosa no quita la otra, antes muerto que defensor de cualquier tipo de opresión, y el colonialismo no es una excepción. Soy totalmente partidario de cualquier crítica y ataque al mismo, y colaboro con ellas, pero, sin embargo, en 2023, seguimos viendo un vacío en otras formas de opresión, y el silencio solo otorga blanqueamiento. ¿Y si, En Garde!, con desarrolladores franceses a los mandos, hubiese tenido otra tónica, y con la facilidad de haber crecido en ese sistema hubiese planteado unos temas distintos más cercanos a su historia? Es una realidad que el colonialismo francés ha sido igual de nocivo que el resto, y a día de hoy sigue extendiendo sus garras por el continente africano, sin embargo, apenas tenemos ejemplos de obras que traten esa temática, esos problemas, esa parte de la historia que se mantiene bajo la alfombra para no desmoronar la farsa que se ha montado desde entonces. Sabemos que de las grandes empresas no podemos esperar este tipo de contenido, pues ellos son los principales beneficiarios y amigos de aquellos que se encargan de dominar, pero desde los estudios más pequeños, que vemos que se atreven a ridiculizar los personajes que los nostálgicos fascistas alaban, habría estado bien que también hablasen de sus propios “héroes nacionales”. Ya bastante tenemos con el continuo blanqueamiento a las fuerzas imperialistas de EEUU, y si no que se lo digan a Six Days in Fallujah, pero volver a repetir una tónica ya utilizada y seguir permitiendo el silencio en torno a épocas oscuras no va solucionar nada, y es en ese aspecto donde los estudios independientes pueden aportar infinito.

Una experiencia medida al milímetro que en ningún momento se hace pesada

Una cosa no quita la otra, En Garde es un buen juego fácilmente disfrutable, sin exigencias ni necesidad de estamparnos en una curva de aprendizaje injusta, y en su duración está la clave, la razón para lanzarse a él sin dudarlo, pues al poco que le echemos un rato estaremos dentro, y antes de que nos cansen las mecánicas lo habremos acabado. Es una experiencia medida al milímetro que en ningún momento se hace pesada, y eso para el ecosistema actual de la industria del videojuego ya es decir mucho. Mientras algunos estudios se lanzan a los pozos inabarcables de horas, debemos de disfrutar y alzar estas propuestas que hacen un trabajo excelente de recorte, pues muy pocas veces lo valoramos. En la mente de los creativos detrás de cada obra deben de aparecer cientos de misiones, mecánicas, mapas y demás extensiones, pero una virtud es saber cuándo hacer las cosas bien y seleccionar la mejor de las opciones, en vez de elegir todas y quedarse en nada.

Independientemente del tema que he mencionado, lo ofrecido por En Garde! se lo recomiendo a cualquier persona, y siempre disfrutaremos de estas experiencias y mensajes anticolonialistas/antimperialistas, pero va siendo hora de hablar de casos que, aunque cerca de casa, se dejan de lado, y por qué no, ojalá se hablase más en este medio sobre el caso de España y su papel colonialista en el Sáhara Occidental. Ojalá la herramienta crítica que son los videojuegos no se quedasen en los mismos ejemplos de siempre, y puestos a hacer crítica, abarcásemos más partes del mundo opresor en el que vivimos, señalando sus incongruencias.


Esta crítica se ha realizado con un código de descarga para PC cedido por ICO Partners.