Esto me recuerda a un puzle...

Layton es un ser humano, y puntualizo esto porque muchas veces nos puede parecer que es un personaje modelo, un ídolo al que aspirar tanto por sus modales, su sentido común y su intelecto, y aunque es un reflejo de lo que él llama “caballero”, sigue teniendo su corazón y sentimientos, y este juego es el que nos lo demuestra con más fuerza. Es un hombre con pasado, con una historia de amor preciosa pero trágica al mismo tiempo. Es la historia de un hombre que a pesar de haber perdido algo muy importante en su vida y haberlo superado se ve entre la espada y la pared de nuevo sobre un tema que creía ya cerrado y asumido. Aquí vemos la contradicción entre la lógica y los sentimientos nacidos de una historia que no pensaba volver a revivir.

PERO MÍRALOS, QUÉ MONOS

El Futuro Perdido es el tercer juego de la Saga del Profesor Layton, y a mi gusto el mejor de todos, no solo por saber cerrar la trilogía “original” con broche de oro, sino porque es un juego de 10 en todas sus partes, incluso las más alocadas. La historia comienza con un accidente, concretamente en una prueba de una máquina del tiempo. Tras el mismo, tanto el Profesor como su aprendiz Luke recibirán una carta de un Luke del futuro, asegurando que tienen que viajar cuanto antes a 10 años después en el tiempo. Después de dirigirse en una misteriosa relojería, Layton y Luke se embarcan en una aventura donde tendrán que descubrir qué está pasando con un Londres dirigido por una mafia encabezada por el mismísimo Layton.

La premisa ya de por sí es más que interesante, presentándonos un planteamiento difícil de creer (como bien se veía en La Villa Misteriosa y La caja de Pandora), pero que Layton y Luke saben que es imposible… Es una carrera a fondo por descubrir antes de que suceda algo terrible qué está ocurriendo, y cuya respuesta a una pregunta abre 2 o 3 más, y todo va creciendo gradualmente y te vas ilusionando más porque sabes que estás cerca, muy cerca, hasta que tu cabeza une todo y la historia cobra sentido. Todo va en un crescendo precioso, con puzles a resolver en algunos momentos precisos, como montar una pistola con una tragaperras. La ambientación, tanto sonora como gráfica, es una delicia. Tiene ese rollo de principios de siglo mezclado con steampunk (estoy enamorado de esa corriente estética, lo siento) en mitad de Reino Unido, unido a una banda sonora con predominancia en el piano, violín y el característico acordeón, cada una poniéndonos en el lugar donde ocurren los hechos. Tampoco puedo dejar de lado las maravillosas animaciones que nos contarán aquello que de otra forma, teniendo en cuenta el formato point and click que tiene el juego, no se podrían realizar. Los personajes son cada uno bastante planos, quitando a Layton, el cual se va abriendo más y más conforme sigue la aventura. Sinceramente, me gustaría haber visto un poco más de lo que siente Luke al verse así mismo en el futuro, pero Profesor Layton no trata de eso, sino de los puzles.

Los puzles son el caramelito de este juego, todos organizados crecientes en dificultad con prácticamente ningún pico agresivo como se vería en el inicio de La Llamada del Espectro o planicies vergonzosas como en La Máscara de los Prodigios. Sabe guardar las distancias y poner retos superables, teniendo la clásica recompensa de los picarats y su cantidad variable en función de los intentos que hayamos empleado en resolverlo. Los puzles variarán de temática, teniendo en algunos que arrastrar, en otros que dibujar, en otros rodear o señalar y en otros simplemente indicar un número. Para ello, contaremos con un bloc de notas muy majo en el que podremos hacer nuestras pruebas y cálculos. Con la cantidad de picarats que consigamos desbloquearemos diferentes puzles extra, los cuales añadirán un reto mayor, así como los del loro y el cochecito. Así mismo, contó con la posibilidad de descargar puzles directamente desde internet gracias a la función Wi-Fi de la Nintendo DS. Ahora mismo son imposibles de obtener, ya que el servicio murió en 2014, pero para la época era un añadido maravilloso. Por supuesto, y como los anteriores, cuenta con un código a introducir en el juego anterior y el posterior, siendo estos La caja de Pandora y La Llamada del Espectro, respectivamente.

¿Pero por qué este Layton y no el resto? Bueno, supongo que tiene un lugar en mi corazón por dos razones: porque me llegó en un mal momento de mi vida y me ayudó a seguir adelante, y porque a nivel mecánico es una preciosidad. Es el refinamiento al extremo de una formula que perfectamente podría haberse repetido como en el caso de La Caja de Pandora. Si que es verdad que no fue un cambio como el de La Llamada del Espectro, que ya a nivel de fijarse en el mundo variaba, sino que la formula que tenían la supieron explotar al máximo.

 

El Futuro Perdido es una novela gráfica con mecánicas Point and Click, con un estilo desgarbado pero que apela a todas las edades (recordad el sello Touch! Generations). Supo arreglar fallos como la aparición en zonas que no visitabas de puzles, algo que ocurría en las otras entregas: si te obligan a tomar una ruta, todos los puzles estarán en ella, no tiene sentido volver atrás; la curva de dificultad, como ya he dicho, tira a puzles de nivel medio, pero que van subiendo gradualmente; tanto la historia como el mundo cobran mucho más carisma, dejando un final que te vuela la cabeza pero que te tragas al igual que las alocadas ideas de Terry Pratchett, porque es un mundo que, en su fina lógica en esos puntos concretos, tiene sentido. Me enamora que le hayan dado ese rollo a Don Paolo, que aunque cuenta con una aparición breve sabe reconciliarse con Layton al tener un objetivo común; me encanta que las pistas ayuden y no entorpezcan, que estén ahí como alternativa sin que te sientas mal; y sobre todo, me emociona que haya un juego de puzles con un alma tan poderosa que sea capaz de transmitir incluso a través de ellos. En resumen, es un juego soberbio, y un imprescindible hayas jugado los anteriores o no.