La supervivencia del más fuerte

En un principio, The Devil Haunts Me no empieza muy diferente a Stardew Valley en términos jugables; en ambos tienes que recolectar recursos para avanzar, tienes un medidor de energía que se va gastando con cada acción y cuyo máximo se puede aumentar con objetos especiales e incluso tenemos un medidor de salud que, naturalmente, va disminuyendo conforme vayamos recibiendo daño. Sin embargo, las comparaciones terminan ahí.

Si tuviera que describir con prisas qué es The Devil Haunts Me, diría que es una subversión de los juegos cozy de tipo simulador de granjas que tan popular se ha hecho desde el lanzamiento de la obra de Eric Barone por allá por 2016. Lamentablemente, por la sobresaturación de subversiones de géneros o títulos populares que se centran en el shock value o en lo edgy (te estoy mirando a ti, Doki Doki Literature Club, cómo te odio), podríamos pensar que el juego creado por lummakesgames se centra en exactamente eso, deconstruir lo ya tan establecido por juegos del mismo género y cuestionar sus tropos. Pero está muy lejos de ser eso sólo eso. Más bien sólo usa un formato similar al ya mencionado para contar una historia críptica que se esconde en sutiles -y a veces no tan sutiles- detalles escondidos por su mundo. Aunque lo que más me interesa es la historia que cuenta el gameplay en sí; el día a día que vivimos junto al protagonista y las consecuencias que tiene pasar cada vez más tiempo en el mundo del juego.

It’s evolution, baby

the devil haunts meComo ya mencioné antes, The Devils Haunts Me se centra en obtener recursos para progresar por el juego. Pero en vez de ir desarrollando nuestro hogar, ganando dinero, invirtiendo en comprar animales, formar una granja, plantar semillas que nos den frutas y verduras que vender; tendremos que obtener tres recursos con el único objetivo de sobrevivir el día a día: madera para la hoguera, carne para alimentarnos y agua para beber. Cada uno de estos tiene más implementaciones: la madera sirve para reparar puentes y llegar a lugares otrora inaccesibles y con el agua podremos regar ciertas plantas para que nos den un corazón extra a nuestro medidor de vida. Así también cada recurso tiene sus propios parámetros que equilibran la dificultad y que nos hará gestionar nuestra limitada energía diaria.

La madera es el recurso que más energía consume para conseguirla, ya que tendremos que golpear los árboles con nuestra hacha dos o tres veces, dependiendo de la calidad de nuestro hacha, cada golpe costándonos cinco puntos de energía. Además que es el recurso que más se gasta a la noche, siendo cinco unidades de madera las necesarias para seguir sobreviviendo. La carne se obtiene matando ciervos con nuestro rifle/escopeta y dependiendo del tamaño y tipo del ciervo cuánta carne nos dará. Cada noche gastamos cuatro unidades de carne. Por último, el agua es el recurso más fácil de conseguir, sólo necesitamos dos unidades diarias para sobrevivir, aunque la ubicación de las fuentes de agua son escasas y se agotan rápido, además de que tendremos que llevar el cubo de agua de ida y de vuelta para verterla en el pozo y así que cuente como recolectada.

El detalle que hace que todo esto cobre más importancia es el hecho de que los recursos, con excepción de la carne y sólo hasta cierta medida, no se regeneran. Los árboles que cortemos seguirán siendo tocones a la mañana siguiente y las fuentes de agua se secarán y no volverán a llenarse. Esto demuestra en lo jugable claramente que somos un elemento ajeno a nuestros alrededores y nuestro impacto sobre la naturaleza se irá sintiendo cada vez más en cuanto sigamos viviendo allí.

También está el tema de la razón por la que el juego se llama The Devil Haunts Me y es que muy temprano durante nuestra partida podremos toparnos con un demonio volador que nos cazará tirándonos bolas de fuego para matarnos. Si lo logra, en la dificultad forgiving nos enviará de vuelta a nuestra cabaña con menos recursos. En cambio en la dificultad unforgiving nos eliminará para siempre y tendremos que empezar el juego desde cero. Esto último añade un desafío tremendo a la partida, ya que al principio sólo seremos capaces de aguantar tres golpes contra la bestia y apenas si podremos hacerle daño con el hacha, herramienta que es de corto alcance y que con cada golpe agotamos energía. Ya más adelante podremos conseguir mejor equipamiento y tendremos más salud para poder hacerle mayor frente, aunque nunca dejará de ser una amenaza.

Y aquí es donde me pongo los anteojos, levanto mi dedo índice y digo: En realidad, esto se trata sobre capitalismo. Claramente la sobre explotación de recursos naturales limitados y el fuerte impacto que tiene sobre la naturaleza podría muy bien ser una crítica sobre la imparable maquinaria que es el sistema capitalista sobre el que, lamentablemente, la mayoría del mundo vive. Si bien el protagonista es sólo un hombre, sigue siendo una fuerza ajena a la naturaleza que, para seguir manteniendo su estilo de vida, requiere de muchos más recursos de los que están disponibles en el entorno. Tendremos la posibilidad, sobre todo en la dificultad forgiving, de vivir de una manera más austera, consiguiendo lo mínimo, e incluso menos por una cantidad limitada de días consecutivos, para vivir y no gastar tantos recursos, pero claramente el juego nos incentiva a absorber y absorber todo lo que esté a nuestro alcance, sin importar lo demás.

Pero quizás el mensaje más potente contra el capitalismo yace precisamente sobre el demonio que nos da caza. La bestia fácilmente podría ser una representación de los intentos de frenar la perdición inminente que tenemos al horizonte si seguimos con este sistema económico y aunque ésta se vuelve cada vez más presente y peligrosa, eventualmente no sólo podremos, sino que deberemos utilizarla a nuestro favor para poder seguir progresando en nuestros propósitos. No entraré en detalles del cómo para no arruinarle la experiencia a nadie que quiera descubrirlo por sí mismo, pero al igual que el capitalismo se adueña de los mensajes anticapitalistas, mercantilizándolos y vendiéndonoslo de vuelta, tranquilo al saber que, de escuchar estos mensajes ya desprovistos de todo significado y totalmente inofensivos, nos sentiremos bien con nosotros mismos y autoconvenciéndonos de que estamos haciendo algo para solucionar el problema. La misma forma en la que la bestia nos ataca nos será de utilidad para progresar.

Somos el cazador

The Devil Haunts Me cuenta una historia de rituales satánicos, sacrificios humanos y no humanos y la historia de un hombre corrompido por su fanatismo religioso -o quizás sólo por la locura-, acabando en una tragedia irreversible. Nosotros seremos un agente externo que llega a descubrir todo mucho después de que haya ocurrido y, tras el desenlace de la historia, volveremos a pasar una noche más en los bosques, tras la cual despertaremos en un lugar cubierto de nieve, envuelto en una espesa niebla y totalmente árido, con nada a nuestro alrededor. Eventualmente no tendremos opción sino morir a manos de la bestia y volveremos a despertar, esta vez en alguna de nuestras muchas cabañas. Al ir al exterior podremos ver que todos los recursos han sido restaurados y dispuestos para que nosotros nos apropiemos de ellos y volvamos a repetir el ciclo infinitamente, todo sea para nuestra supervivencia.

kofi

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