Apex Legends llegará a nuestras tiendas digitales este lunes de manera totalmente gratuita

En el preciso momento de escribir estas líneas, soy plenamente consciente de que como me ponga a especular sobre el hipotético battle royale de Titanfall, este artículo se va a quedar obseleto en cuestión de unas pocas horas, dada la inminencia de su aparente anuncio. Partiendo de dicha premisa, os invito a dar por correcta y verídica toda esa información que se ha filtrado durante estas últimas horas, y a ir un pasito más allá. Porque, al final del día, lo que más debe de importarnos no es cuántos jugadores aguantarán sus servidores, ni hasta qué punto será más o menos divertido que la feroz competencia a la que pretende plantar cara, sino el porqué del movimiento y las posibilidades que una aventura como esta, independientemente de su calidad, tiene para destacar entre el resto.

Apex Legends sería el nombre oficial de la propuesta free-to-play con la que Electronic Arts, al fin, se subiría al carro de los battle royale. Un carro que lleva persiguiendo años, y que, con el retraso de dicha vertiente en Battlefield V, esperábamos que todavía tardase un par de meses más en alcanzar. No obstante, no se subiría al mismo de la manera convencional, sino que lo haría apostando por elementos hero shooter y MOBA que lo harían cabalgar entre las aguas de Overwatch y de Blackout. De la misma manera, se renunciarían a los icónicos mechas de la franquicia, relegando todo el protagonismo a los pilotos y a su tan frenética como adictiva movilidad, que se vería aderezada con nuevos perks capaces de aportarle un grado adicional de profundidad.

 

El concepto sobre el que se yergue Titanfall siempre me pareció muy divertido. Sin embargo, muy a pesar de su boom inicial, no parece que fuesen muchos los seguidores que acabaran pensando como un servidor. Entiendo que, cuando el primer capítulo salió a la venta, los chicos de Respawn – todavía algo novatos, pese a su excelente trabajo con la licencia Call of Duty – no tuviesen la suficiente experiencia como para saber mantener un título multijugador activo durante apenas unos meses. Pese a ello, hemos de recordar que el estudio siempre se ha portado de una forma encomiable con su comunidad, regalando packs de mapas de manera asidua y haciendo todo lo que estaba en su mano para mantener su atención; un modelo de negocio que se adaptaría a esta moda a las mil maravillas, dejando lugar a los micropagos estéticos como principal modelo de financiación. Pero nada de eso es capaz de limpiar el borrón que supuso el debut original, que ha acabado pasando factura a una saga que podía haber sentado cátedra, pero que, a día de hoy, debe de conformarse con ser una entre tantas.

Y es por ello, por esa situación tan derrotista en la que actualmente se encuentra la franquicia (irónicamente, tras sorprender a propios y extraños con un fantástico Titanfall 2), por lo que creo que el lanzamiento de esta propuesta – que, en principio, tendría lugar mañana mismo, con motivo de la Super Bowl – va a hacer menos ruido del que debería. Y creo, sinceramente, que no debería de ser así, porque pocas aventuras se me ocurren que se puedan adaptar mejor al subgénero del battle royale que la IP de Respawn, y porque en pocas manos nos encontraríamos más cómodos que en las suyas. Sé que competir contra titanes como Epic o Activision es una lucha muy difícil, y, de la misma manera, he de admitir que no me apasiona la idea de que Electronic Arts entre al trapo de esta forma tan precipitada y poco orgánica. Porque lo último que le faltaba a la compañía californiana era ponerse a la cola de todas esas productoras que ferozmente luchan día tras día por la corona del mainstream. Pero, bueno, ya que se entra al trapo, ¿qué menos que hacerlo por la puerta grande?