¿Y si pudiésemos crear nuestros propios sueños?

Dreams, lo nuevo de Media Molecule, es un sueño hecho realidad. Bueno, casi… Todavía no ha salido al mercado, no hay fecha oficial, pero su estreno está próximo en el horizonte. Llegará. Así lo ha prometido tanto la propia desarrolladora, como Sony, que respalda el proyecto desde sus inicios. Y no es para menos, Media Molecule es una de sus First-Party. Una que en la generación pasada dio forma a la queridísima saga LittleBigPlanet. Ahora, diez años después, la gente de MM está estirando la fórmula hasta límites insospechados. Está creando el juego de los juegos. Una obra en la que todas las obras tienen cabida. Un título ideado para soñar, porque en los sueños (como en los videojuegos) todo es posible.

No sé si estáis al tanto de Dreams. Quizá lo desconozcáis porque el pobre ha sufrido un largo y complejo proceso de gestación, por otro lado totalmente comprensible. Desde que terminaron Tearaway para PlayStation Vita en 2013, MediaMolecule ha estado trabajando directamente en su próximo juego para PS4. Dicha consola les ofrece mayor potencia y tecnología que la anterior, así que desde el estudio pensaron que esta vez podían evolucionar una idea. Llevar la esencia de LittleBigPlanet un paso más allá. En aquel juego uno podía divertirse creando mundos, niveles, compartirlos con la comunidad, descargar los de los demás… Pero, ¿qué pasaría si todo fuese mejor y más grande? ¿Qué pasaría si la imaginación no tuviese límites para los jugadores?

Dreams pretende ser una especie de herramienta definitiva para toda persona creativa. La navaja multiusos de los videojuegos. Como algún desarrollador ha comentado en alguna ocasión a modo de broma: «Estamos creando el juego que nos dejará en el paro». Y es que en Dreams podremos crear, dar forma, color, movimiento, sonido… todo, repito, todo cuanto queramos. Es decir, Dreams no solo va a ser un diseñador de niveles. En Dreams uno va a poder crear videojuegos, podrá crear una película, podrá crear una fotografía, un cuadro, una sensación, una historia… Todo ello desde un simple mando —o el periférico PlayStation Move—, y una interfaz simplificada y accesible. ¡Es de locos!

Durante estos años se han ido mostrando poco a poco avances y el potencial de sus mecánicas. Sus creadores aseguran, y han enseñado, que cualquiera puede coger el mando y ponerse a concebir sueños en apenas unos minutos. Eso es algo que me alucina, hay multitud de demos por Internet —directamente de la mano del estudio—, donde podemos observar la facilidad con la que se diseñan escenarios y situaciones. En prácticamente un cuarto de hora puedes tener ante ti una ciudad, por ejemplo. En cinco minutos puedes armar un árbol monstruoso con ojos, animarlo fotograma a fotograma replicando el movimiento con el mando, y darle sonido propio rugiendo desde el micrófono. Hasta puedes consultar una línea de tiempo, como si de un programa de edición se tratase, y retocar absolutamente cualquier nimiedad que quieras. Inclusive puedes construir la música para cada momento desde una enorme biblioteca de instrumentos o componerla manualmente. Es maravilloso porque todo está hecho para que lo entienda un adulto de sesenta años como un niño de seis.

Me fascina el tremendo potencial de esta propuesta. Ya ha habido otros juegos a lo largo de la historia que han permitido cosas parecidas —véase Minecraft, por citar el más conocido—, y ya se ha demostrado que la comunidad tiene una tremenda capacidad de creación. Sin embargo, creo que Dreams superará estas competencias al permitir semejante abanico de posibilidades. Estamos hablando de, por ejemplo, diseñar nuestro propio juego en primera persona, o un scroll lateral al más puro estilo del Super Mario clásico, o un sandbox… Estamos hablando de que, sencillamente si solo te apetece crear personajes, puedes hacerlo. Si quieres dirigir cortos animados, puedes hacerlo. Si quieres crear escenarios oníricos imposibles, puedes hacerlo. Si quieres crear música, puedes hacerlo.

Es precioso y único. Un canto a la libertad creativa. Una hoja en blanco.

Las posibilidades están ahí. Me estalla la cabeza solo de pensarlo. Además, este tipo de propuestas no tienen fin, el único final posible es nuestro aburrimiento. Le echaremos todas las horas que queramos. Y en esto, el estilo artístico que posee Dreams juega a su favor, ya que dentro de dos, cuatro, ocho años, da igual el tiempo que pase, se seguirá viendo bonito. Puedo imaginarme gente recreando auténticas maravillas como la ciudad hundida de Rapture, o la flotante Columbia. Incluso algún lunático que haga una especie de urbe futurista a lo Blade Runner. ¡Yo quiero ser ese lunático!

Todavía está por ver si Dreams cumplirá de verdad todo lo que promete. Yo tengo mis esperanzas, esta gente sabe lo que se hace, y llevan media década fraguándolo con cariño. Han tenido la suerte de que Sony confíe en ellos, y aquí están, por fin cerca del final del camino. Solo espero que salga bien, y que pronto tengamos una fecha de salida. Dreams es un triple-A con alma de indie. Es precioso y único. Un canto a la libertad creativa. Una hoja en blanco. La esencia pura de lo que significa la palabra «jugar». Es posible que nunca volvamos a ver nada igual, y eso merece nuestra atención y respeto.