Esto ya es personal
Los dos episodios de Dispatch estrenados el miércoles 5 de noviembre terminan de apuntalar el final climático que se avecina. La historia sigue poniendo las bases para algo más grande que está por llegar, dejando atrás ya los planteamientos, pero sin entrar de lleno en un gran nudo épico. Aquí lo que tenemos es la preparación definitiva del equipo que comanda Robert Robertson desde su despacho. Si en los anteriores episodios AdHoc había demostrado un control notable del ritmo narrativo y del lenguaje audiovisual, aquí van más allá.
AdHoc pone toda la carne en el asador
Vamos a llamar a los recursos cinematográficos carne y al juego, asador. AdHoc ha tomado todas las herramientas a su disposición para darnos dos de los mejores episodios de esta fantástica serie interactiva. El primero de los dos episodios hace un trabajo fantástico en el montaje en paralelo, con algunos cortes de acción propios de figuras adictas a este recurso como Satoshi Kon. Los flashbacks toman una gran presencia sin romper en ningún momento el ritmo, más bien imprimiendo una necesidad en el jugador por descubrir qué enlaza ambos tiempos.

Uno de estos mejores momentos ocurre al final del episodio 5 en un bar, en la mejor escena de acción de la serie hasta ahora. Una gran consecución de gags aprovechan todos los poderes de los personajes del equipo para acabar mostrando como se ha afianzado por fin el grupo y encima la resolución tiene otro propósito fantástico junto a una de las decisiones más importantes del jugador.
En el siguiente por fin lo que serían los acontecimientos épicos y definitorios propios de cualquier trama de superhéroes. Debo decir que el sexto episodio nos regala los momentos más emocionantes hasta ahora, con un par de ellos que han conseguido arrancar alguna que otra lágrima a este redactor (ojo, soy de lágrima fácil). Pero todo esto es importante, porque lo sucedido ya marca el clásico momento sin vuelta atrás en el que los personajes deben estar dispuesto a sacrificar lo que sea necesario.
La gestión y el hackeo empiezan a agotarse
Sin embargo no todo es bueno, y es que el juego de gestión empieza a perder algo de interés. Si bien sirve para dar al jugador más opciones con las que conocer bien a los personajes y descansar entre las secciones audiovisuales puramente narrativas, la variedad se complica. En el episodio 5 todavía engancha debido a un pequeño giro de acontecimientos que lo hace más entretenido, aunque es a costa de añadir más hackeo.
El último episodio sí que tiene menos gestión, algo justificado, pero da una vuelta final al hackeo que no está mal y que demás lo hace con cierta gracia y sentido de urgencia. A pesar de todo, como dije antes, se siente ya bastante agotado. Es lo que tiene tener un sistema tan simplificado en el que solo se van añadiendo cosas poco a poco. No es algo tan malo de por sí, ya que sigue teniendo menos peso que el resto de aspectos del juego, pero es cierto que puede que ya no sea interesante en los dos episodios finales. Veremos.

No sabéis las ganas que tenía de terminar con este en el último capítulo
La gran apuesta
Y aquí empiezan los spoilers…
Esto se acaba
Como bien he dicho estos dos episodios destacan especialmente por lo audiovisual y narrativo, con una escritura fantástica, un ritmo increíble y las mejores escenas de la serie hasta el momento. No puedo esperar a los dos episodios finales que llegarán este miércoles 12 de noviembre. Esto se acaba y lo hará por la puerta grande, pero falta ver si los minijuegos de gestión y hackeo tendrán un papel relevante o se atreverán a dejarlos de lado definitivamente. Sea cual sea la decisión que tomen, estoy dentrísimo.
Esta crítica ha sido realizada con una copia digital para PC cedida por AdHoc Studio.
