La (no) subida de precio más absurda de la historia

Tras unos días sin grandes polémicas en la industria del videojuego, desde Microsoft decidieron, ni cortos ni perezosos, llevar a cabo uno de los movimientos más absurdos de los últimos años, anunciando una subida de precio de Xbox Live Gold, uno de sus servicios de suscripción que da acceso, entre otros detalles, al juego online en consola y diferentes promociones como Games with Gold, que nos facilita diferentes juegos de forma gratuita.

En un primer momento, yo entendí que se trataba de Xbox Game Pass (cuyo precio acabará aumentando también, pero de manera justificada en su caso) y los precios que se comentaban (59.99 dólares por 6 meses de suscripción, que con el cambio habitual, implicaría 6 meses de barra libre de juegos por el precio de un título de lanzamiento en consola) aunque no supondrían el chollo que es el servicio ahora mismo, tanto en consola como en PC, seguirían siendo números razonables. Luego volví a leer el comunicado publicado por Microsoft, que podéis leer aquí con las actualizaciones que podéis intuir en el subtítulo del artículo, y cuando comprendí que hacía referencia a Xbox Live Gold, literalmente no podía entender en qué mente cabía pagar 120 euros por jugar online como una posibilidad razonable para el consumidor.

Y parece que no soy el único cuando, ya que tras anunciar que los juegos Free-To-Play no iban a requerir una suscripción vigente a Xbox Live Gold (decisión que afectará al modo multijugador de Halo Infinite cuando se lance al mercado, entre otros títulos), a las pocas horas pudimos asistir a la rectificación de Microsoft ante este intento de cambio de políticas, provocado por la respuesta de la comunidad ante algo que solo se puede calificar como “atraco a mano armada” pero disimulado con dosis de mensajes bonitos para que no se dañe tanto la imagen de la compañía.

No es la primera vez que Microsoft intenta movimientos como este, pero creo que esta es, sin lugar a dudas, la ocasión en la que más rápido ha tenido que rectificar ante la avalancha de comentarios recibidos.

Señores de Microsoft, no se si sus usuarios se chuparán el dedo, pero no los traten como niños pequeños. Han querido aumentar drásticamente el precio de una suscripción en plena época de juegos gratuitos, así que tengan decencia y asuman la (más que legítima) crítica que se merecen.

No sería tampoco justo compararlo con el anuncio de Xbox One y su idea original, que suponía (predominancia del juego digital por encima del físico, con el DRM que ello implica), ya que en ese caso, había una serie de pros y contras que podíamos analizar como consumidores. Sin embargo, en aquella ocasión, la comunicación fue nefasta, sin poder explicar los beneficios que podía suponer dicho formato, y tuvieron que acabar rectificando ante la propuesta continuista de Sony. Por otro lado, en esta ocasión, no había lado positivo de la balanza. Microsoft doblaba el precio de la suscripción estándar de Xbox Live Gold (podemos pensar sobre si es una conspiración para llevar más jugadores a PC, donde estas suscripciones no existen, o para empujarlos a adquirir la suscripción más alta, que incluía acceso a Xbox Game Pass), y ahora tienen que disimular el movimiento con mensajes como que siempre “intentan lo mejor para la comunidad”.