Junio, uno de los meses más negros para la industria

Cuando nos gusta algo lo hacemos nuestro, en mayor o menor medida. Que una obra o suceso conecte de una forma especial contigo es maravilloso, y quieres que forme parte de ti. Nadie se pone de foto de perfil un personaje que odia, porque no siente que le represente. Esto no es malo, los gustos cambian según la persona y el tiempo, pero todo tiene un límite, y es cuando se llega a cierto grado de obsesión o tomárselo de forma personal. Cuando se critica una película o un libro, no se menciona aquellos a los que les gusta a no ser que sea estrictamente necesario: si necesito hablar de un juego multijugador, no comentar el estado de su comunidad es quedarse a medias. Sin embargo, muchas veces los fans de un determinado grupo suelen compartir una característica en común y por ende se convierte en un estereotipo, más o menos acertado y más o menos respetuoso: los K-popers son unos pesados, los que juegan a FIFA son unos canis y los Potterheads no tienen ni idea de lo que es un mundo coherente ni literatura de verdad. El problema real viene cuando se justifican esos estereotipos con comportamientos propios de un niño pequeño, porque estás dando pie a que se sigan perpetuando, sea o no extensible a todo el grupo, y todo son risas hasta que el berrinche se convierte en palabras y acciones que hacen daño de verdad, como es el ejemplo del acoso.

Voy a tocar temas bastante delicados como el suicidio y los abusos sexuales, así que siéntete libre de saltarte este artículo si ves que te va a afectar. En las últimas semanas han pasado demasiadas cosas en la industria, y por desgracia apenas ninguna buena. Podemos dividirlas en dos grupos: creadores basura y fans basura. En relación al primer grupo, tenemos los casos de abuso cometidos en empresas como Ubisoft o Electronic Arts y acusaciones dirigidas a nombres importantes de la industria, así como testimonios en contra de creadores de contenido. Los últimos sonados han sido aquellos relacionados con Joey Cuellar, CEO de EVO, que ha provocado que inmediatamente todas las empresas participantes en el evento se echen a un lado con la consecuente cancelación del evento este año.

La otra ha sido en la comunidad de Smash Bros., resonando nombres como Nairo y Zero en una lista de acusaciones directas por comportamientos pedófilos hacia menores de edad. Ha tenido que salir la propia Nintendo a ponerse del lado de las supuestas víctimas. Soy de los que creen en la presunción de inocencia por encima de todo, y más cuando son acusaciones en redes sociales que más de una vez se han probado falsas. No me gusta asentar hasta que no hay sentencia firme, pero que salgan tantos nombres no es buena señal nunca.

Respecto a los fans basura, podríamos empezar hablando de The Last of Us: Parte 2, juego que ha enfadado a mucha gente por razones más o menos acertadas. Personas a las que no les ha gustado el juego por una razón de peso como lo mal conectadas que están la jugabilidad con la narrativa: os entiendo. Al resto: sois unos lloricas y nos estamos comiendo vuestra escoria. Por alguna extraña razón que no llego a comprender, a la gente no le gusta la política en sus juegos cuando no cuadra con la suya propia, estando en el año de nuestro Señor 2020. Se aprovecha cualquier mínima cosa para echar mierda de un juego al que puedes machacar por otros muchos motivos, pero se prefiere berrear como un crío. Todo el que se pone la foto de perfil de Joel mientras grita cómo han roto al personaje parece no recordar que su ídolo es un psicópata egoísta que condena a la humanidad con tal de que no rompan su corazón. Y me molesta, porque das pie a que no exista una crítica real al juego y sirviendo en bandeja de plata la publicidad que necesitan sus creadores: si no te gusta el juego, es que no soportas que dos mujeres se besen, y ya tengo bastante con ser católico y que me digan que apoyo a pederastas.

¿En serio piensas que ganas algo amenazando de muerte a la actriz de Abby? ¿En serio te consideras una persona madura y adulta? Luego está el caso de Alejandra, CM de Xbox España, la cual ha tenido que aguantar insultos, vejaciones y toda serie de amenazas solo porque juega a la Play. Han pedido que la despidan solo por jugar a videojuegos que no son de su compañía. A este nivel de fanatismo me refiero, al más tóxico y peligroso que existe, el único que se puede comparar a los ultras del fútbol. Cuando llegas a valorar un juego, un libro, una película, un equipo más que la vida ajena. Y de nuevo, si piensas así, te ruego que pidas ayuda urgente, porque no es sano para ti ni para los demás. “Pero es internet, no va a pasar nada”. Hace un año del suicidio de Daniel Desmond “Etika”, famoso youtuber conocido por sus reacciones y amor a los juegos de Nintendo. Un chaval super sincero y risueño que vivía con la máxima ilusión sus juegos favoritos, y que terminó quitándose la vida debido a su inestabilidad mental y a que sus propios fans instigaban y daban bola. Hace un par de días, Byron Bernstein (también conocido como Reckful) hizo tras tener una crisis y soportando durante años un chat que le pedía que se matase. Espero que estén contentos, porque por desgracia no van a acabar en la cárcel.

Me parece sorprendente que nunca se toman medidas contra nada hasta que no salta un caso de abuso o alguien se quita la vida, cosas que son de puro sentido común, como no permitir que tu hijo menor de edad vaya solo a un evento rodeado de adultos (porque sorpresa, en gran parte es responsabilidad de los organizadores de los eventos y de los padres que un crio de 14 años esté allí solo) o empezar a regular los comentarios permitidos en tu plataforma ni los baneos permanentes. Y no, por supuesto que no hemos olvidado la oleada de haters que hemos recibido a raiz de que nuestro compañero Ricardo diera, ni más ni menos, su opinión respecto a aquellos que se creen una raza superior por ser jugadores “de verdad”. Ya lo dije en el artículo de Persona 4 Golden: me encantan los videojuegos, pero al igual que el spam de los K-popers me quita las ganas de descubrir un nuevo género musical, la estupidez y maldad que cargan los gamers me dan ganas de no volver a tocar un mando en mi vida. Pero tranquilos, es internet, no va a pasar nada. Nunca pasa nada.