*Introducción* al diseño narrativo en videojuegos

Sergio Tur es un investigador y periodista cultural muy joven. No puede decirse, sin embargo, que su lozanía se traduzca en sus piezas —o tan siquiera se haya traducido jamás—  como inexperiencia, arrogancia, excesivo atrevimiento o falta de perspectiva. El comunicador madrileño, graduado en Periodismo y Comunicación Audiovisual y especializado en Filología Hispánica, ha escrito pese a su acotada edad para medios como GameReactor, ha compartido páginas con un servidor en Revista Manual, ha dirigido un podcast de divulgación cultural de renombre como es El Batallón Pluto y ha auto publicado ya dos libros, siendo el primero de ellos Fabula Nova Crystallis: El universo de Final Fantasy XIII, lanzado en julio de 2019. Dos años y medio y una pandemia después, lectores y amantes del videolúdico recibimos, ahora, su segunda obra de formato tradicional literario: Construir el infinito, un ensayo con el que busca (y, pienso, consigue) acercar el diseño narrativo tanto a todos aquellos novatos interesados en ponerlo en práctica como a quienes hayan cultivado la suficiente curiosidad durante sus interminables sesiones de juego acerca de cómo se edifican las historias que tanto nos han marcan, nos enseñan y nos transforman.

Pese a haberlo definido como ensayo, la nueva firma de Tur se halla en un espacio que parece empeñado desde sus primeras palabras en distanciarse deliberadamente del academicismo, y en aprovechar el largo y ancho de sus 271 páginas (algunas de ellas, correspondientemente ilustradas) para establecer un diálogo directo con el lector, independiente de su bagaje cultural. Buena prueba de ello puede hallarse en el vocabulario empleado, de escaso barroquismo y con una óptima economía del lenguaje, que nos acerca sin grandes artificios a la materia de estudio sin por ello renegar de esa tan agradecida lírica que caracteriza los trabajos de Sergio. Con sus referencias de incalculable valor —que sacan a relucir la vena periodística del autor— y sus acertados apuntes de cosecha propia —que explicitan el conocimiento del mismo en los campos que decide explorar con nosotros—, Tur verbaliza y formaliza muchos de esos discursos que alguna vez los amantes de las buenas historias, de una manera tan casual como inevitable, hemos tratado de construir mientras nos debatíamos entre los hemisferios de la moralidad en Spec Ops: The Line (YAGER, 2012), mientras defendíamos a nuestros seres queridos en Persona 5 (Atlus, 2016) o mientras descubríamos el interior de los titanes arquitectónicos que coprotagonizan ICO (Team ICO, 2001), y los adereza con dosis de teorías literarias clásicas que, aún considerándose consabidas por gran parte del público lector (no escaparemos aquí de revisitar nuevamente la estructura aristotélica en tres actos), a buen seguro serán de ayuda al diseñador más primerizo, y servirán de recordatorio para el estudiante aventajado. Porque hay cosas que nunca está de más recordar.

Este acercamiento personal a los códigos narrativos —que drena del papel hasta alcanzar las líneas de investigación más recientes, y que ocasionalmente encuentra fundamento para sus afirmaciones en el imaginario colectivo o en la opinión popular—, sin embargo, no convierte el trabajo del diseñador madrileño en un estudio plenamente subjetivo o mínimamente inexacto, aunque sí quizás menos técnico de lo que aquellos que ya se dediquen a la profesión o que estén interesados en especializarse laboralmente en esta disciplina del desarrollo podrían llegar a buscar en un libro de estas características.

No resulta fruto de la casualidad, por ende, que el subtítulo de Construir el infinito sea Introducción al diseño narrativo, y es que más que como una herramienta pivote que nos vaya a acompañar a lo largo de nuestro periplo como guionistas y/o diseñadores, me gusta concebir la obra como un primer y muy necesario ejercicio embrionario, que revalúa la actividad narrativa, incentiva al lector a estudiar hasta la más básica experiencia lúdica y, en última instancia, le ayuda a seguir formándose; a tender puentes no solo hacia otras obras de inconmensurable calado profesional como el universal El guion: sustancia, estructura, estilo y principios de la escritura de guiones de Robert McKee, sino también hacia la inducción y experimentación propia. Si grandes referentes nacionales como el sempiterno Libertad dirigida. Una gramática del análisis y diseño de videojuegos (Víctor Navarro, 2016) configuraron una Biblia que dictaminó y dictamina una forma de proceder a la hora de entender y edificar las narrativas, Construir el infinito supone, ahora, un repaso a los elementos necesarios para enfrentar debidamente dicho material. No se puede negar que tal labor tenga, como mínimo, el mismo valor que la de obras destinadas a un público más avezado a la narración, como las citadas.

Una divulgativa carta de amor compartida entre autor y lector

Tal y como explicita su subtítulo, Construir el infinito, dado el acercamiento directo, práctico y multidisciplinar que realiza al diseño narrativo, se postula como un instrumento de amplia utilidad para entusiastas y creadores noveles interesados en el medio interactivo, así como una obra de interés para aquellos diseñadores y profesionales que quieran repasar algunas de las técnicas narrativas más relevantes, antiguas y efectivas que han permitido a relatos perdurar durante siglos, y que a día de hoy siguen emocionándonos tanto dentro como fuera de nuestra industria. Más que un documento indispensable que tener siempre a mano, lo último del comunicador madrileño se antoja como una carta de amor al arte de la narración de la que el autor decide hacernos partícipes, regalándonos parte de su aprecio por el medio y diseccionando a nuestro lado el porqué de tal pasión. Cuesta imaginar que con una pieza así, de tan humilde naturaleza y acotado conocimiento, pueda llegarse al infinito, pero, para aquel interesado en alcanzarlo, no podría haber un primer escalón más firme que este.


Esta crítica se ha realizado con una copia física del libro cedida directamente por el autor.