2K y Gearbox aunan fuerzas para sorprendernos una vez más con una inmersiva adaptación de la que probablemente Sony tendría que tomar nota

Quizás no han anunciado lo que muchos llevamos esperando ansiosos desde hace unos cuantos años, pero 2K Games y Gearbox han vuelto a unir fuerzas en el día de hoy para anunciar una nueva entrega perteneciente a su queridísima franquicia de shooters en primera persona. Borderlands 2 llegará a PlayStation VR, y, de hecho, lo hará este mismo año, contando con una fecha estimada para el próximo 14 de diciembre. Cabe destacar que la aventura, que ya está disponible para su reserva (la cual nos brinda acceso a un tema dinámico exclusivo), nos llevará de nuevo a Pandora, permitiéndonos disfrutar desde una nueva perspectiva de la historia de los Buscacámaras y de Jack el Guapo que tantísimo nos enganchó hace ya seis años, que se dice pronto.

Como principales novedades, esta revisión trae consigo la posibilidad de ralentizar el tiempo a nuestro antojo a través de una nueva habilidad, ‘Tiempo Cabronazi’, así como nuevos esquemas de control que permite mover a nuestro personaje a través de pequeños teletransportes en lugar de seguir la forma tradicional, lo que reduce drásticamente la tasa de mareos producidos. No obstante, parece ser que este Borderlands 2 VR no incluye todos los contenidos post-lanzamiento lanzados para la propuesta original – al menos, 2K no ha dicho todavía nada al respecto -, lo cual es un auténtico punto negativo para un conjunto que inevitablemente se siente algo lastrado frente a las anteriores adaptaciones lanzadas.

No obstante, hoy no os he reunido aquí para hablar de las bondades o de las imperfecciones de esta revisión – lo cual no le resta valor; quién la pillara -. Os he reunido para hablar sobre el impacto que esta ha tenido en la comunidad, y sobre cómo el panorama de la realidad virtual debería de adaptarse a la misma con lanzamientos que realmente se adapten a sus necesidades y gustos, dejando arriesgadas propuestas como Moss o Astro Bot (ambas de una calidad altísima) para un futuro a medio o largo plazo.

Bien es cierto que en todos sitios hay ‘haters‘, lo cual me dificulta muchísimo hablar distendidamente del tema sin fijarme en las excepciones. Pero desde la presentación de esta edición tan especial hemos vivido una mayoritaria realidad, y es que las redes se han incendiado de comentarios positivos. De gente que no pudo disfrutar de la aventura en su día y que ha encontrado aquí una excusa perfecta para descubrir Pandora por primera vez, y de jugadores que ya le metieron muchísimas horas en su día, pero que ahora no pueden esperar para darse un inmersivo paseo por el que es uno de los mejores shooters de la pasada generación.

Este hecho es, cuanto menos, curioso. Desde el estreno de la plataforma, Sony, al igual que sus competidores más directos, ha estado apostando una y otra vez por ofrecer al usuario final una amplia gama de experiencias que, a pesar de su buen hacer y de su capacidad para impresionar momentáneamente al espectador, no acababan de cuajar como videojuego, y que, por ende, no le vendían el sistema a los menos interesados. Los más grandes estrenos, de hecho, han venido de parte de empresas como Bethesda, que no ha dudado a la hora de realizar conversaciones directas de propuestas como Doom o Skyrim, tanto para PSVR como para otras máquinas. ¿Resulta tan difícil de entender que, como jugadores que son, lo único que necesitan los usuarios de esta clase de dispositivos son videojuegos, en el más pleno significado de la palabra?

El poseedor de unas Rift (y por Rift me refiero a cualquier tipo de gafas de esta generación) está, a día de hoy, cansado de las montañas rusas, de terror pasillero y de juegos de mesa en tres dimensiones. Porque no solo de pan vive el hombre. Queremos sentir experiencias absorventes, únicas y comedidas, sí, pero también queremos perdernos por vastos planetas y disfrutar de RPGs a los que dedicar cientos de horas. Y entiendo que desarrollar una propuesta así requiere de muchos recursos, y de unos recursos que, dado el reducido target al que apuntan, muy probablemente no se vayan a recuperar a corto plazo. Pero es justo ahí donde entra el papel de los ports: de esos juegos antiguos que se mueven la mar de bien en unas PSVR, sin realizar ningún tipo de sacrificio a nivel técnico, y que, al encontrarse ya hechos, no precisan de demasiados gastos para la compañía.

Si acabaré arrepentiéndome de mis palabras con el paso del tiempo o no es algo que me resulta imposible conocer a día de hoy, pero, qué coño, quiero que más videojuegos de la pasada generación lleguen a esta clase de dispositivos. Quiero tocar a Ellie, acompañar a Drake durante toda su aventura, afilar las Espadas del Caos y desempolvar los cascos de los Helghasts abatidos. Creo que Sony, HTC y Oculus, junto al resto de third parties, tienen aquí un filón que todavía no se han parado a explorar, y que podría suplir de una forma maravillosa la grandísima ausencia de juegos que actualmente estamos viviendo en términos de realidad virtual. Quizás todavía no sea demasiado tarde para dicha revolución.